miércoles, 20 de noviembre de 2024

Capitulo 9 - La Cartera

 


Capítulo 9: Las Sombras del Archivo

Al amanecer, Nuestra Cartera estaba ya frente al edificio donde vivía Clara. Con el sobre marrón apretado contra el pecho, tocó el timbre con decisión. Clara tardó en responder, pero cuando abrió la puerta, su rostro se iluminó al verla.

—¡Hija mía! ¿Tan temprano? ¿Traes alguna buena noticia? —preguntó Clara, siempre cálida.

—Quizás no tan buena, pero necesito que me ayudes con algo —respondió, mostrando las fotografías del sobre.

Clara se quedó en silencio, mirando las imágenes como si reviviera algo doloroso. Finalmente, con un suspiro profundo, señaló al hombre de cabello gris en una de las fotos.

—Ese es don Álvaro Guillén. Él era… bueno, era el director del Archivo Municipal. Un hombre intocable, de los que piensan que el mundo les pertenece. David trabajaba para él como administrativo antes de desaparecer.

Nuestra Cartera sintió que una pieza del rompecabezas encajaba. El Archivo Municipal había sido mencionado antes, un lugar donde se guardaban documentos históricos y secretos oficiales.

—David descubrió algo allí, ¿verdad? Algo que no debía saber.

Clara asintió lentamente.

—Sí, eso creo. Nunca me dijo qué era, pero recuerdo que una noche llegó a casa muy alterado. Me dijo que había encontrado algo importante, algo que podía cambiarlo todo. Luego desapareció… —su voz se quebró al final.

Nuestra Cartera decidió que era hora de ir al Archivo Municipal. Si David había descubierto algo allí, ese era el siguiente paso.


El edificio del Archivo era imponente, con columnas de piedra que hablaban de otro siglo. Dentro, las paredes estaban forradas de estanterías repletas de carpetas y documentos, mientras que el eco de los pasos resonaba en el silencio.

Ella se presentó como visitante y pidió acceso a los archivos de 1985, el año en que David había trabajado allí. Le dieron un permiso limitado y la condujeron a una sala de lectura. Pasó horas revisando documentos polvorientos, sin encontrar nada relevante.

Entonces, un archivador diferente llamó su atención. No estaba en el catálogo, pero llevaba una etiqueta con un nombre familiar: Álvaro Guillén.

Al abrirlo, encontró informes confidenciales y cartas escritas con un lenguaje encriptado. Entre ellas, una lista de nombres, incluido el de David Gómez, con la palabra "eliminado" anotada a mano al lado.

Un sonido detrás de ella la hizo girar. Un guardia de seguridad la miraba fijamente, y su expresión no era nada amigable.

—Ese archivador no está permitido —dijo, dando un paso hacia ella.

Con los documentos aún en la mano, Nuestra Cartera sintió cómo el corazón le martilleaba en el pecho. ¿Qué debía hacer? ¿Entregarlo o intentar salir con él?