Gustavo
Duch -
Consejo Científico de ATTAC España
“Un verano hice una suplencia de vacaciones en un geriátrico -me
explica una cocinera profesional-, y todavía no me rehago del primer encargo
que recibí. Se trataba de hacer caldo para 40 personas con los siguientes
ingredientes: un minitrozo de hueso de jamón, dos carcasas de pollo, 4
zanahorias, 1 cebolla y 2 patatas”. Cómo dice ella, “¡el agua quedó muy buena!”
Esta situación puede parecer anecdótica o puntual pero, como
sabemos todas las personas que tenemos la suerte de cuidar de nuestra gente
mayor cuando por problemas de salud o de dependencia residen en centros donde
se preparan comidas para colectividades -como los geriátricos, centros de día u
hospitales-, lo que les traen en las bandejas no es mucho mejor que esta sopa
de agua. De hecho, con productos como el panga del Vietnam, verduras congeladas
o embutido de mar (un tubo de plástico rellenado con trozos de merluza de
Namibia que se corta en porciones) es muy complicado hacer una buena comida.
¿Pensamos que esto es lo que se merecen estas personas en su
último tramo de la vida? Aunque los nutrientes puedan ser científicamente los
correctos y aporten las 2.200 kcal/día aconsejadas, ¿no es fundamental la
calidad de los ingredientes y, evidentemente, la preparación amorosa y sabrosa
del plato? ¿No somos conscientes que para la gente mayor la cuestión cotidiana
más importante de su día a día es disfrutar de una buena comida y hacer de este
acto un gran momento? Podríamos añadir más cuestiones, como por ejemplo que
parece que olvidamos que muchas de estas personas son de una generación
acostumbrada a una comida con ingredientes locales y de temporada, y ahora lo
que se encuentran en el plato son inescrutables purés o bolitas enharinadas que
quieren hacerse pasar por buñuelos de bacalao. Efectivamente, si hablamos de la
calidad de nuestros servicios sanitarios, la comida de los centros para
la gente mayor es una deficiencia a corregir, porque es muy evidente que
comer suficiente, sano y bueno es un factor de salud decisivo.
No hay derecho a semejante ultraje a nuestros mayores. Ya no sólo en la comida, porque si viéramos los cuidados que reciben algunas personas mayores...HUMMM
ResponderEliminar|IMPERDONABLE|
EliminarEl problema de muchos de nuestros mayores que viven en las residencias es que ya han sido acostumbrados a vivir así, de tal forma que para ellos es algo completamente normal. ¿Pero eso es vivir? NO¡¡¡ a eso se le llama sobrevivir, porque lo único que hacen es comer y dormir, dormir y comer.
EliminarSufren en silencio!!!! No tienen ni voz ni voto!
ResponderEliminarLos que tienen hij@s son los que mas sufren, porque se sienten abandonados. HIJ@S EGOISTAS!!!!