Aislar a los humanos, erradicar el trabajo: un plan
salvaje para evitar el colapso
Un grupo de pensadores,
cada vez más numeroso y con mayor influencia, se ha propuesto abordar la crisis
climática mediante la intervención a gran escala sobre la ecosistemas para
mantener habitable (y frío) el planeta
Imaginemos lo siguiente, en un futuro no muy lejano. Más de la mitad de la Tierra está cubierta por árboles y vegetación. En
medio de estos bosques, extrañamente simétricos, sobresalen ciudades
verticales, megalópolis en las que viven millones de personas. Los edificios
están recubiertos con placas solares móviles y son energéticamente
autosuficientes, pero en los bajos apenas hay luz: ahí se encuentran millones
de fábricas y almacenes completamente a oscuras, donde un ejército de cíborgs trabaja sin descanso. El único medio de
transporte urbano que existe son los drones, pilotados por una inteligencia
artificial autónoma, que conecta las viviendas entre sí. En las afueras se
encuentra una Zona de Exclusión Humana, reservada a los robots de trabajo,
donde están situadas varias decenas de centrales nucleares, un parque de
árboles artificiales de descarbonización, granjas de servidores y un puerto
espacial que conecta la Tierra con las minas de hierro, níquel, oro y platino
del cinturón de asteroides
NEA.
En este nuevo mundo, el trabajo ha sido automatizado y, por lo tanto,
abolido para los humanos. No hay escasez energética. No hay escasez de
alimentos. Animales humanos, no humanos y cíborgs viven bajo un mismo régimen
comunista de lujo, luchando para mantener frío el planeta. Los gobiernos de las
siete ciudades-Estado que agrupan a toda la población de la Tierra trabajan
bajo un mismo plan tecnocientífico para seguir recabando datos que aseguren su
supervivencia. No hay guerras.
Esa
civilización posible, que hoy apenas podemos imaginar sin soltar una sonrisa
burlona, no procede de un cuento de ciencia ficción. En términos estrictos, ni
tan siquiera puede decirse que sea una utopía. O, por lo menos, no lo es para
un grupo de pensadores, cada vez más numeroso y con mayor influencia, que se ha
propuesto abordar la crisis climática desde una perspectiva poco habitual
dentro de los movimientos de izquierda, etiquetada como realismo
salvaje: la geoingeniería o ingeniería climática, es decir, la
intervención a gran escala sobre la ecosistemas para mantener habitable la
Tierra.
¡¡GUAUUUUU!! Si ese es el progreso< que le espera a la humanidad en un futuro conmigo que no cuenten para verlo ni para disfrutarlo. No sé si abran tantos árboles y vegetación, teniendo en cuenta la cantidad de incendios ‘intencionados’ que hoy destruyen la naturaleza.
ResponderEliminarLeyendo el articulo me ha venido a la mente los años de la guerra fría, tras la Segunda Guerra Mundial cuando los dos bloques vencedores de la contienda y antagónicos entre sí, encabezados por los EE.UU. y la U.R.S.S., se empeñaron en imponer sus doctorados socio económicos – liberalismo o marxismo – al resto del mundo mundial.
El comentario nos propone un mundo en el que la tecnología será controle todo cuanto se mueva en ese mundo, hoy imaginario, y el resto de seres vivos, incluyendo a los humanos estarán subordinados a las decisiones emanadas de la inteligencia artificial.
Posiblemente no haya escasez de nada pero es seguro que la riqueza estará dominada por unos pocos comegambas -ayyyy que las maquinas no se alimentan como los humanos e igual en ese tiempo ya no existen gambas que catar – Pero lo que sí que existirá será cierta rivalidad entre las ciudades estados que se encargaran de dominar la Tierra.
En fin la ciencia ficción no esta entre mis diversiones favoritas y este progreso futurible yo no me lo creo, como mucho esto debe ser un entretenimiento de ese grupo de pensadores que no tienen otro trabajo más rentable que el amargar la existencia a la humanidad presente y futura.
Saludos:
Los que vengan detrás de nosotros...se acostumbrarán, hasta que la tierra haga... PUM!!! Y volveremos a empezar.
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