El 'Gran abuelo', el árbol chileno que podría ser
el más antiguo del mundo
Este alerce en Los Ríos, en el sur de Chile, tiene cerca de 5.500
años y arrebata el récord al pino californiano 'Matusalén' con 4.853 años de
vida
Desde
niño, el científico Jonathan
Barichivich intuía que el Gran
abuelo, el alerce que su familia cuidó con mucho mimo en Los Ríos (sur de Chile), era
especial. Ahora, más de tres décadas después, acaba de descubrir por qué: con cerca de 5.500 años, podría ser el árbol más viejo del
mundo.
El hallazgo se produjo casi por casualidad, cuando Barichivich
estaba estudiando el impacto del cambio climático en los alerces, una especie
de conífera típica de la Patagonia y amenazada por distintos factores, como
incendios, tala o sequía.
"Obtuvimos una pequeña muestra del árbol y, aunque no era el objetivo inicial de la investigación, pudimos
estimar su edad. Nos sorprendió mucho descubrir que es mucho más viejo de
lo que pensábamos, pues creíamos que tenía entre 3.500 y 4.000 años",
cuenta a Efe frente a este gigante de casi 30 metros de altura.
Convertido en la estrella del Parque Nacional Alerce Costero, a 800
kilómetros al sur de Santiago, el Gran abuelo sería más viejo que Matusalén, el pino
de California (EEUU) que hasta
ahora ostentaba el récord, con 4.853 años.
Un método inusual
La dendrocronología es
la ciencia que estudia, entre otros aspectos, la edad de los árboles a través
de sus anillos. Para contarlos, normalmente se perfora el
tronco hasta el centro y se extrae una muestra de no más de cinco milímetros de
ancho. Así ocurrió con Matusalén.
En el caso del Alerce Milenario, como también es
conocido el Gran abuelo, el dispositivo
perforador no pudo llegar al centro por la inmensidad de su tronco, de más de 4
metros de diámetro.
"Llegamos sólo al 40 % del radio total. En esa pequeña
muestra, contamos 2.400 años. La pregunta es cuántos años hay en la otra mitad
a la que no pudimos acceder y la respuesta no es una simple suma"
Sus mayores enemigos ahora son el cambio climático y el turismo, que
se ha incrementado considerablemente en los últimos tiempos. Para el primero,
la solución se antoja complicada.
Para el segundo, en cambio, la estatal Corporación Nacional
Forestal (Conaf) ha decidido cerrar temporalmente el parque hasta diseñar una
nueva estrategia que permita la llegada de visitantes sin poner en peligro al
ejemplar. "El turismo y la conservación son plenamente compatibles, pero
este debe ser ordenado y regulado", reconoce a Efe Pablo Cunazza, de
Conaf.
El Gran abuelo, concluye
Barichivich, "es
una cápsula del tiempo" que transporta "un mensaje hacia el
futuro" en sus anillos: "Nuestro rol es protegerlo
y permitirle que siga avanzando con su mensaje". EFE
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