viernes, 3 de septiembre de 2021

El misterio de las cabezadas en el sofá

 


Por qué es tan fácil dormirse en el sofá y tan difícil volver a dormirse en la cama

A todos nos ha ocurrido alguna vez que nos hemos quedado dormidos en el sofá viendo una película y al trasladarnos a la cama para seguir durmiendo, ha aparecido el desvelo y nos ha costado mucho volver a dormirnos. Pueden haber pasado apenas unos segundos entre un momento y otro y el sueño se nos ha perdido por el camino, ¿por qué ocurre esto?

El motivo tiene que ver con la naturaleza del sueño y también con nuestras expectativas hacia él.

"El sueño no es un proceso voluntario "sino algo que ocurre cuando se cumplen determinadas condiciones".

Una de ellas es que hayamos pasado un tiempo despiertos, un tiempo durante el que la necesidad de volver a dormir se va acumulando hasta alcanzar un nivel suficiente para que tengamos sueño. Otra de ellas es que se den determinadas circunstancias ambientales: que sea de noche, que haya oscuridad, un nivel térmico confortable, que estemos tumbados, que nos sintamos seguros y tranquilos... "Esto obviamente no tiene que ser así siempre, pero son los requisitos generales para quedarnos dormidos".

En la cama, la ansiedad por no dormir nos impide dormir

En principio, la cama debería ser el lugar ideal para que se cumplan esas condiciones, y para la mayoría de la gente, así es. Pero para otras personas, especialmente para las que ya han tenido problemas de sueño previamente, meterse en la cama es un momento cargado de expectativas y ansiedad precisamente por la preocupación anticipada de no poder dormirse. "Acaban creando una asociación negativa entre meterse en la cama y dormir que termina siendo precisamente la causa, o una de las causas, de que no puedan dormir".

 “Cuando una persona empieza a pensar que no va a dormir bien y al día siguiente se va a encontrar peor, ese pensamiento genera una ansiedad que dificulta más el quedarse dormido”, aseguraba al hablar sobre algunos consejos por si te desvelas en medio de la noche y te cuesta volverte a dormir.

Si además antes de acostarnos hemos dado una cabezadita en el sofá, hay otra dificultad añadida para dormirnos al llegar a la cama: hemos descargado esa necesidad de volver a dormir que habíamos ido acumulando durante todo el día desde que nos despertamos por la mañana, así que en ese momento ya no tenemos tanto sueño.

En el sofá podemos estar más relajados pero ojo con la tele

¿Y por qué en el sofá no hemos tenido problema para quedarnos dormidos? "Porque cuando estabas viendo esa película no estabas agobiado por no poder dormir". En ese momento estabas realmente relajado y sin expectativas, en un sitio cómodo y seguro. Se cumplían prácticamente todas las condiciones necesarias para poder entrar en ese estado deseado pero involuntario.

Casi todas, porque hay una que no. "La luz en general inhibe la producción de melatonina, una hormona que interviene en el momento de conciliar el sueño. Esto es especialmente acusado con la luz azul que emiten las pantallas". Por eso, según la experta, la televisión no es realmente amiga del sueño, sino todo lo contrario. 

Qué puedes hacer para evitarlo

Si esto te pasa una noche, puede ser molesto pero poco importante. Pero si te pasa a menudo puede convertirse en un problema. Aquí van algunos consejos para solucionarlo.

Por un lado, evita quedarte dormido en el sofá, delante de la televisión. Si estás viendo una película y notas que te adormilas, apaga la tele y vete inmediatamente a la cama. Si quieres seguir viendo la tele, "siéntate en una silla o en un sitio menos cómodo hasta que se termine la película.

Además, crea una rutina básica y fija antes de acostarte en la que el dormitorio esté reservado solamente para dormir: ni trabajar, ni usar el ordenador, ni ver la tele... "La cama solo debe ser para dos cosas: dormir y sexo".


3 comentarios:

  1. “Vamos va la cama que hay que descansar
    Para que mañana podamos madrugar…”


    Es muy cierto que si se hecha una cabezadita entre horas, luego a la hora de ir a dormir cueste más de la cuenta conciliar el sueño. De ahí la importancia que el mantener unas normas cotidianas en nuestra conducta de echar una cabezadita antes de retirarse a dormir cada doce.

    El quedarse dormidos en el sofá, cuando se está relajadito y entretenido viendo algún programa de la tele es un poco complicado, pero no por ello hay que hacer lo posible por evitarlo.

    Llegada la noche cabe retirarse a descansar con la satisfacción de haber disfrutado de un día maravilloso. Y al cerrar los ojos dejarse llevar a un mundo de fantasía donde rescatar de la mente el más hermoso de los recuerdos y plasmarlo en un lindo sueño.




    Saludos.

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  2. Una casa sin sofá es como una comida sin pan.

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  3. Jajaja, yo digo una casa sin tele es como un baño sin agua.
    Gracias Amigos!!!!

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Por favor, todo comentario o escrito CONSTRUCTIVO, espero entre todos no avergonzarnos de ponernos al nivel de los que no queremos.
Gracias