Cómo compartir un décimo de Lotería sin sobresaltos
Los décimos de lotería son al portador, por lo que, en principio, el premio lo recibe el que lo tiene en su poder
Aunque en estas fechas tan señaladas, el espíritu de la honestidad y las buenas intenciones se refleja hasta en el anuncio de la propia Lotería, la realidad es que cada año salen a la luz casos insólitos en los que alguno de los dueños del décimo compartido intenta escabullirse con el premio.
Entonces, comienza la peor pesadilla de los dueños legítimos del boleto, quienes tendrán que emprender complicados procesos judiciales para demostrar que son propietarios de un dinero del que, para más inri, está intentando apropiarse un amigo o un familiar.
Para evitar sustos que puedan truncarle a cualquier participante la alegría de cobrar un buen pellizco en estas Navidades, los expertos recomiendan seguir unos sencillos pasos a la hora de compartir un décimo de lotería con tus allegados.
Debe quedar por escrito
Lo primero que hay que tener cuenta es que los décimos de lotería son al portador, por lo que, en principio, el premio lo recibe el que lo tiene en su poder. Por eso, para prevenir que quien ha guardado el décimo caiga en la tentación de no repartir el premio, es conveniente dejar plasmado documentalmente el acuerdo.
Tal y como ha asegurado la responsable de contenido de Legálitas, Sara García, a Libre Mercado, "lo conveniente es tomar precauciones por escrito" del acuerdo que se ha llevado a cabo con el décimo. García asegura que con una fotocopia del boleto donde además figuren los datos de todos sus apostantes, su firma y la cantidad que juega cada uno, es suficiente. "No es necesario acudir a un notario para que levante acta del acuerdo como se suele creer", señala la abogada.
Los juicios por la identidad de los dueños de los billetes de la Lotería de Navidad "son muy habituales todos los años en España a pesar de que los participantes tienen la posibilidad de ahorrarse con unos sencillos pasosprocesos judiciales que suelen durar entre 3 y 4 años hasta que consiguen recuperar su dinero", comenta García.
"Cuanta más información haya en la hoja que fotocopiamos, menos problemas tendremos a la hora de cobrar", añade. Lo ideal es que en el folio conste el nombre completo del apostante, su DNI, su firma y la cantidad que juega. "Si no consta cantidad, el juez entenderá que los participantes juegan a partes iguales. Si sólo consta la firma, un perito calígrafo no tendrá problema en detectar si la rúbrica es auténtica, pero ese paso ralentizaría el juicio", explica.
Pero hay más opciones para jugar a la Lotería sin sustos. Si no tenemos una fotocopiadora a mano, también se pueden escribir en los datos del boleto (serie, fracción y sorteo) y los de las partes en un folio y fimarlo. Con las nuevas tecnologías, muchos son los que optan por hacerle una foto al boleto y escribir por detrás del original todos estos datos. A la abogada esta opción le parece la menos fiable porque "para cobrar el premio es muy importante que el boleto no esté deteriorado y además, la parte de atrás del décimo es un espacio insuficiente para poner todos estos datos. Hay que hacer la letra muy pequeña y puede que no sea legible y que se pueda manipular".
En el caso de que no haya un contrato por escrito, un contrato verbal tiene validez siempre y cuando, alguno de sus protagonistas pueda demostrar el acuerdo alcanzado. En el caso de la Lotería, los testigos del pago de décimo, que una persona juegue siempre al mismo número y que todo el mundo lo sepa, peñas que siempre tienen los mismos miembros... son algunos de los indicios que han ayudado a esclarecer juicios.
Compartir un décimo también es positivo frente a la fiscalidad, ya que el importe exento se calculará en función del número de personas que lo compartan, aplicándose el límite exento (2.500 euros) por cada uno de ellos.
Si estamos casados en régimen de gananciales y a uno de los cónyuges le tocase la lotería, ese dinero obtenido será de los dos. Sin embargo, si estamos casados en separación de bienes el premio será propiedad exclusiva del que compró el décimo. Si los cónyuges están en periodo de separación, que suele preceder al divorcio, y uno de ellos comprase la lotería premiada, el premio sería para el cónyuge que comprase el décimo, según reiterada Jurisprudencia del Tribunal Supremo. Sin embargo, esa separación debe ser seria, prolongada y demostrada. No bastaría una mera interrupción de la convivencia.
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