Las 5 mentiras que más cuentan los malos
mecánicos
29 Mayo, 2017, modificada el 8 Junio,
2017 por Rubén Fidalgo
Seguro que alguna vez has escuchado la
desternillante parodia de Gomaespuma del mecánico y el cliente con la célebre
frase “puede ser el tapacubos o puede ser la junta de la trócola”–
y, si no lo has hecho, no sé a qué esperas para hacerlo-. La verdad es que
algunas excusas dan para un monólogo de El Club de la Comedia, pero, cuando uno
es el protagonista, no tienen ninguna gracia.
En los talleres hay excelentes profesionales, no lo
olvidemos, pero todos hemos tenido alguna experiencia no tan estupenda que
solemos recordar y comentar cuando sale la conversación, ¿a que sí? Pues hoy os
traemos algunos ejemplos de esas vivencias con mecánicos prototípicos, que, sin
perjuicio de reconocer de primeras que no son la mayoría, aún siguen
existiendo. Sobre todo en determinados tipos de talleres, ya sabéis. Empezamos.
Si, en alguna ocasión, el mecánico de tu coche te
dice una de estas frases, lo mejor es que te pongas alerta y recuerdes que “si hay duda,
es que no hay duda”:
1.-Eso le pasa a todos los… (marca y
modelo de coche)
Es, tal vez, la frase más dicha en los talleres mecánicos.
Muchas veces no es una excusa y es real. Hay modelos que tienen fallos endémicos
y los mecánicos tienden a diagnosticar basándose en su experiencia, pero, si
nos lo dicen cuando nos quejamos por notar algo raro tras una reparación, puede
ser una forma de enmascarar un problema en el que no se quieren meter.
Por ejemplo: vas a cambiar un embrague, te ponen
uno nuevo y, cuando vas a recoger el coche, el pedal va anormalmente duro. Tal
vez el motivo real sea una maza de embrague de mala calidad y ellos lo saben,
pero también saben que, en muchas ocasiones, la pieza se la cambia su
proveedor, pero pierden (por desgracia no siempre los proveedores las asumen)
las horas de mano de obra de volver a cambiar la pieza. Así
que despachan al cliente con un “eso es así, les pasa a todos cuando son
nuevos”.
2.- Tú llévalo, lo pruebas
y, si no te convence, lo vuelves a traer y lo arreglamos
Esto es una trampa en la mayoría de las ocasiones.
Las reparaciones tienen un plazo de garantía relativamente limitado. Lo normal
es que no sea superior a la obligatoria reflejada en el Real decreto
1457/1986 art. 16 en el que se especifica un plazo de garantía en las
reparaciones de 3 meses o 2.000 km.
Sales del taller no muy convencido por la
reparación, probablemente con la excusa descrita anteriormente y que se irá
suavizando con el tiempo… un tiempo que corre en nuestra contra y con unos
plazos de garantía tan cortos que es fácil quedarse fuera de ellos por despiste
o porque no tenemos tiempo en ese período de llevar de nuevo el coche al
taller.
El resultado en algunas ocasiones es que cuando
volvemos completamente convencidos de que la reparación no nos satisface nos
enseñan la letra pequeña de la garantía de la reparación y que ya no son
responsables.
3.- Pues ya que…
Otra muy típica y que también puede ser verdad en
muchas ocasiones, pero en otras esconde una manera de inflar la minuta. Por
ejemplo, vamos porque el coche no ha superado la ITV por
una fuga de aceite del motor. El causante es un retén del cigüeñal y, para
acceder a él, hay que desacoplar (en la mayoría de los casos) la caja de
cambios del motor.
Son varias horas de trabajo para cambiar un simple
anillo de goma que vale pocos euros y en la mayoría de los casos conviene
cambiar de paso el kit de embrague, esto es cierto. Sin embargo hay otras
reparaciones en las que no es verdad que “una vez que tenemos todo esto
desmontado, deberíamos cambiar esto otro”.
Lo mejor es que, cuando te propongan un “pues ya que“,
te acerques por el taller a que te enseñen las piezas que te recomiendan
sustituir, aunque no estén relacionadas directamente con la avería que provocó
que llevases el coche a reparar.
4.- Es el caudalímetro
Esta frase empieza a ser poco a poco menos
pronunciada que “es el filtro antipartículas”. Un alto porcentaje de los
caudalímetros que se han cambiado en realidad no eran el origen del problema.
Llevamos el coche al taller porque nos enciende una alerta de avería o a veces
se queda sin fuerza. El mecánico conecta la máquina de diagnosis y le aparece
el código de avería P0101, que se corresponde con un fallo
de caudalímetro.
Van a tiro fijo, cambian la pieza, salen a probar el
coche, pero el fallo persiste. Lo siguiente que van a mirar, casi con toda
probabilidad, es la válvula EGR. Si está sucia, la limpian (si se puede) o la
cambiarán. Muchas veces es ése el fallo, pero en otras ocasiones el defecto
sigue ahí, así que… tercer paso: comprobar si hay fugas o tomas de aire en la
admisión y al final ven que es una junta o un manguito mal apretado el
causante… pero ya han metido un caudalímetro nuevo y, en muchas ocasiones, lo
van a facturar.
En su defensa, la verdad es que este tipo
de fallos es complicado de encontrar y hace perder muchas horas al taller
hasta encontrar el verdadero origen. Con los
DPF o filtros anti partículas sucede algo similar. A veces da un
código de avería del sensor de presión diferencial, se cambia el sensor y el
problema es un manguito obstruido o agrietado.
5.- Eso ya estaba así, nosotros no
hemos tocado ahí
En los coches actuales, todo está interconectado.
Las diferentes unidades de mando de los distintos sistemas tienen que
comunicarse para trabajar al unísono. Lo explicaré con un ejemplo sencillo:
hace unos años, llegaron los sistemas de inyección de combustible y el ABS.
Eran dos sistemas con dos ordenadores independientes que no se hablaban entre
sí.
Al
llegar el control
de tracción, lo que se hizo fue conectar esas dos centralitas de modo que
la unidad del ABS pudiera dar órdenes a la inyección del motor para reducir la
aceleración y evitar que las ruedas perdiesen tracción. Bueno, pues ahora, en
muchos coches, hasta el navegador se comunica con el control de estabilidad y
el de velocidad de crucero.
Esto complica mucho la vida a los mecánicos y, a
veces, una reparación de un elemento que no tiene nada que ver con otro acaba
por provocar otros problemas. Algo tan simple como cambiar una batería en un
coche actual es un verdadero quebradero de cabeza. Casi todos
los coches que se venden ahora equipan el sistema Start & Stop,
que requiere de un módulo de gestión de la energía eléctrica para que el
dispositivo determine si es recomendable o no apagar el coche en los
embotellamientos.
Un cambio de batería puede provocar una verdadera
cascada de problemas eléctricos en el coche si no se siguen los procedimientos
del fabricante y se emplean los equipos de diagnosis necesarios para codificar
la nueva batería. Elementos que en principio no tendrían por qué estar
relacionados acaban estándolo.
Esto no quiere decir que siempre que nos planten
esta excusa sea eso, una excusa. A veces, es cierto que hay casualidades y
justo el día que sacamos el coche del taller porque hemos pinchado una rueda se
estropea el limpiaparabrisas, pero otras veces esa casualidad no lo es tanto.
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