Varias Leyendas de Cordoba

Túnel entre la Mezquita y Medina Azahara

Cuenta la leyenda que existe un túnel subterráneo entre la Mezquita y Medina Azahara, por el cual pasaba el califa a caballo para ir desde Medina Azahara a la Mezquita a sus rezos diarios. También se sabe en la actualidad que es poco probable que exista dicho túnel, pero tal ha sido la repercusión que muchos cordobeses lo cuentan a visitantes como si fuera cierto.

Estrella de los Deseos, una de las leyendas de Córdoba que te cautivará

Junto a la Calle Torrijos, en la Mezquita de Córdoba se encuentra una estrella en la pared, un fósil, que todos los que la tocan creen impregnarse de una magia especial, le piden un deseo que se supone se cumplirá. Leyendas que hacen aún más especial y mágica a nuestra ciudad.

La calle Abrazamozas

La que ahora es la calle de Valdés Leal fue un tiempo conocida como la Calle Abrazamozas, y cuenta la leyenda que esto se debió porque una noche, una muchacha pasaba por ella y un muchacho la siguió, hasta impedirle continuar su paso, le indicó que la dejaría pasar si le dejaba abrazarla. La muchacha le dijo que corría así peligro pero él insistió y cuando la abrazó encontró el tacto de unos huesos fríos bajo la vestimenta. Fue tal la impresión que cayó desmayado. Algunas de las leyendas de Córdoba ponen los pelos de punta ¿verdad?

Leyenda de los amantes aplastados

El amor siempre es protagonista en muchas de las leyendas de Córdoba. Esta vez, se narra que existía una madre viuda en la ciudad y su hijo un día quiso llevarse el poco dinero y comida que tenía su madre para disfrutarlo con su amada, la madre clamó al cielo una venganza cuando su hijo la dejó sin nada. Los jóvenes se resguardaron en un lugar para dar forma al amor y se les cayó encima una pared, cuando descubrieron los cadáveres estaban en posición de amantes.

El origen de los Condes de Priego

Narra la leyenda que Don Fernan Alfonso, Señor de Belmonte, estaba locamente enamorado de su esposa, Doña Beatriz de Hinestrosa. Su amor ciego no le hizo darse cuenta de que unos primos le estaban traicionando. Refugiados por el parentesco, uno de ellos consiguió vencer la resistencia de la dama y entabló relaciones, mientras su hermano hizo lo mismo con su criada. Un mayordomo, enfadado por un despido que consideró injusto, alertó al Señor de Belmonte y éste decidió comprobar si era cierto antes de tomar decisión alguna.
Don Fernan fingió que se iba de caza, y cuando la noche estaba avanzada, apareció de imprevisto, sorprendiendo así a los amantes. Al ver el espectáculo de doña Beatriz con su primo, dio muerte a ambos, al igual que al otro caballero y la criada. Después de pasar unos años, Don Fernan se volvió a casar, y sus descendientes fueron los Condes de Priego y de ahí el origen.