“Podremos salir un mes
de cada tres”: el análisis académico más duro sobre el coronavirus
vlenore@vozpopuli.com
(Víctor Lenore)
“Aceptémoslo: el estilo de de vida que
conocíamos no va a volver nunca”. Lo firma Gideon Lichfield, director de la
revista, que destacó por sus análisis a lo largo de dieciséis años en The
Economist. Se trata del resumen de un informe del Imperial College de
Londres, prestigiosa institución fundada en 1907 y especializada
en ciencia, ingeniería, medicina y empresariales. Casi todos los rankings
lo colocan como una de las diez mejores universidades del planeta. ¿Por qué
asusta tanto su nuevo estudio?
Vayamos al párrafo
que mejor resume el diagnóstico: “Mientras haya una sola persona en el mundo
con el virus, los brotes pueden y seguirán ocurriendo sin controles estrictos
para contenerlos. En un reciente informe, los investigadores del Imperial
College de Londres (Reino Unido) propusieron una forma de actuación:
imponer medidas de alejamiento social más extremas cada vez
que los ingresos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) empiezan a
aumentar, y suavizarlas al reducirse la cantidad de las personas ingresadas”,
señala. Además añaden un gráfico:
¿Cómo
cambia esto nuestra realidad cotidiana? “Según este modelo, los investigadores
concluyen que el alejamiento social y el cierre de escuelas deberían producirse
aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no, hasta
que haya una vacuna disponible, algo que no se espera, como mínimo hasta dentro
de 18 meses”, escribe. Resumiendo: no habrá descanso hasta que tengamos cura y
vacuna.
La factura social
Así de duro es el golpe contra nuestras expectativas:
“El modelo predice que incluso la mejor estrategia de mitigación, que significa
aislamiento o cuarentena de los enfermos, de los ancianos y de los que han
estado expuestos, además del cierre de escuelas, provocaría un aumento de
las personas gravemente enfermas ocho veces mayor de lo que
podría soportar el sistema de Estados Unidos o de Reino Unido”, añade. Los
países anglosajones también han reaccionado demasiado tarde para evitar el
colapso.
“El coste real
será asumido por los más pobres y los más débiles. Las personas con menos
acceso a la sanidad y las que vivan en áreas más propensas a enfermedades
también serán excluidas con mayor frecuencia de lugares y oportunidades
abiertas para todos los demás. Los trabajadores autónomos, desde
conductores hasta fontaneros e instructores de yoga, verán que sus trabajos se
precarizan aún más. Los inmigrantes, los refugiados, los indocumentados
y los expresidiarios se enfrentarán a otro obstáculo para hacerse un hueco
en la sociedad”, lamenta. De hecho, pronostica que ganar menos de 30.000 euros
anuales podría comenzar a considerarse un factor de riesgo, así como tener una
familia de más de seis miembros.
Conclusión del reportaje: “Todos tendremos que adaptarnos a
una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Pero como con todo
cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán
los que ya han perdido demasiado. Lo mejor que podríamos esperar es que la
gravedad de esta crisis finalmente obligue a los países, en particular a
Estados Unidos, a corregir las enormes desigualdades
sociales que provocan que grandes franjas de su población sean
tan extremadamente vulnerables”, remata.
Vemos la paja en el ojo ajeno,y no vemos la viga en el nuestro.
ResponderEliminarTenemos que cuidar de nuestro pais, copiar a los mejores, no pensar en otros paises, cuándo hacemos comparaciones es pura envidia.
Criticamos mucho a los americanos y todos quieren ir a vivir allí.
Basta con que un hombre odie a otro, para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera.
tratemos de ser mejores personas, vivir, dejando vivir a los demás sin molestar.
No te mando un aplauso Nieves, pero sÍ un SALUDO GRANDE.