viernes, 26 de julio de 2024

Y ahora una de miedo

 


La Sombra en el Bosque

Había una vez un pequeño pueblo rodeado por un denso bosque. Los habitantes del pueblo evitaban entrar en el bosque al caer la noche, pues contaban historias de una sombra oscura que merodeaba entre los árboles. Nadie sabía con certeza qué era, pero aquellos que se atrevían a adentrarse en el bosque después del anochecer nunca volvían a ser los mismos.

Una noche, un joven llamado Lucas decidió desafiar las supersticiones y explorar el bosque. Estaba decidido a demostrar que no había nada que temer. Con una linterna en la mano y su valentía a cuestas, se internó entre los árboles mientras la luna llena iluminaba tenuemente su camino.

A medida que avanzaba, el bosque se volvía más oscuro y el silencio más inquietante. La luz de su linterna parecía apenas penetrar la densidad de la noche. Lucas continuó caminando, sintiendo una extraña presencia que lo observaba desde las sombras. De repente, escuchó un susurro a su espalda. Se giró rápidamente, pero no vio nada. Sin embargo, la sensación de ser vigilado se intensificó.

Siguió adelante, tratando de ignorar el miedo creciente en su interior. Fue entonces cuando vio algo moverse entre los árboles. La sombra, alta y delgada, parecía deslizarse sin hacer ruido. Lucas aceleró el paso, tratando de alejarse de lo que fuera esa cosa, pero la sombra parecía seguirlo, siempre manteniéndose justo fuera del alcance de la luz de su linterna.

Finalmente, llegó a un claro en el bosque. En el centro del claro había una vieja cabaña, medio en ruinas. Pensó que quizás podría refugiarse allí y encontrar algo de seguridad. Corrió hacia la cabaña y cerró la puerta tras de sí. La oscuridad dentro de la cabaña era casi absoluta, salvo por un débil resplandor de la luna que se filtraba por las grietas en las paredes.

Lucas sintió un escalofrío recorrer su espalda. Algo no estaba bien. De repente, la puerta se abrió lentamente y la sombra entró, deslizándose sin hacer un solo sonido. Lucas retrocedió, sus ojos fijos en la figura que ahora lo acechaba dentro de la cabaña. La sombra no tenía rostro, solo un vacío oscuro donde deberían estar los ojos.

Con un grito ahogado, Lucas trató de escapar, pero la sombra se abalanzó sobre él. La linterna cayó de sus manos y la luz se extinguió, sumiéndolo en la más completa oscuridad. El pueblo nunca volvió a saber de Lucas. La gente murmuraba que había sido reclamado por la sombra del bosque, una entidad antigua y maligna que se alimentaba del miedo y la desesperación.

Desde esa noche, nadie en el pueblo se atrevió a entrar en el bosque después del anochecer. Y la cabaña en el claro quedó abandonada, un recordatorio silencioso del destino de aquellos que desafiaban las advertencias y se enfrentaban a la sombra en el bosque.


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