¿Y si nos estamos
protegiendo mal del coronavirus? Así es la teoría de la transmisión aérea de la
Covid-19
¿Se transmite el
coronavirus por el aire? Esta es la gran pregunta que tiene dividida a la
comunidad científica. La Organización Mundial de la Salud asumió, el pasado mes de julio, en
un documento técnico que la transmisión del coronavirus era posible a
través de partículas infecciosas por el aire, pero sólo en determinados
entornos médicos y en algunos lugares cerrados en los que «el hacinamiento hace
pensar en la posibilidad de que se haya producido transmisión mediante
aerosoles», recogía el documento acotando mucho esa vía aérea de transmisión.
Aerosoles, esa es la clave que diferencia la transmisión de la Covid-19 asumida mayoritariamente por la OMS que, según la
organización, se produce por gotículas. Los aerosoles son partículas
que quedan suspendidas en el aire cuando hablamos, respiramos o tosemos y son
más pequeñas que las gotículas, que también se producen cuando tosemos,
estornudamos y hablamos, pero al ser más grandes y pesadas caen al suelo a
entre uno y dos metros de distancia. La otra forma de transmisión que la OMS
acepta es por fomites, esto es, cuando tocamos superficies o personas
contagiadas y después nos tocamos los ojos, la nariz o la boca.
«Lo que la OMS no
reconoce como vía de transmisión son los aerosoles en la sociedad, lo que
llevamos meses diciéndoles es que hablar, respirar, cantar o gritar, son
procedimientos de generación de aerosoles. Mientras yo hablo salen partículas
respiratorias de mí que son trocitos de mi saliva y de mi fluido respiratorio
que van flotando por ahí y otros los pueden respirar», explica en un encuentro
digital con periodistas José Luis Jiménez, profesor de Química de la Universidad
de Colorado Boulder. Jiménez es uno de los 239 científicos que el pasado mes de
julio firmó una carta dirigida a la OMS para que reconociera la transmisión por
aerosoles de la Covid-19. Según este investigador al principio no estaba claro
qué peso tendría la transmisión aérea del coronavirus, pero según ha ido
pasando el tiempo se han ido acumulando las evidencias. «En mi caso, yo creo
que supone más de tres cuartas partes del contagio», asegura.
La clasificación
es la base sobre la que construye la gestión de los riesgos de transmisión, las
recomendaciones y los recursos.
La cuestión es muy
importante porque aceptar que se produce la transmisión por aerosoles es
reconocer que no se pueden hacer muchas de las actividades que hemos retomado
tras el confinamiento o reconocer, por ejemplo, que el riesgo de contagio en un
colegio es mayor del que estamos asumiendo ahora.
«Este debate es el
núcleo de los sistemas de clasificación de las vías de transmisión de
enfermedades respiratorias adoptados por la Organización Mundial de la Salud y
otras agencias, como los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades. La clasificación es la base sobre la que construye la
gestión de los riesgos de transmisión, las recomendaciones y los recursos»,
señalaba en marzo en un artículo en Journal of the American Medical Association
la doctora Lydia Bourouiba del Laboratorio de dinámica de fluidos de
transmisión de enfermedades, del Instituto de Tecnología de Massachusetts. En
ese artículo midieron el alcance en metros de los diferentes tamaños de las
gotas que se emiten al estornudar. Las gotículas son visibles y tienen menos
alcance que los aerosoles que son invisibles y que flotan como el humo llegando
más lejos.
Recomendaciones
muy diferentes
Según José Luis Jiménez, hay que seguir haciendo lo
que nos han dicho hasta ahora: distancia y lavado de manos. “Pero la distancia
no es tanto por las gotículas que salen cuando tosemos o estornudamos, sino por
los aerosoles que son como el humo, que se dispersan y pueden causar la
infección. No sólo se transmite a corta distancia sino cuando compartes una
habitación”.
En base a esta teoría, para este investigador, lo que
hay que hacer es “evitar compartir el aire de una habitación y hacer todo en el
exterior. Fuera, con distancia y mascarillas es prácticamente imposible
contagiarse”.
Si no queda más remedio que tener que estar en un
interior “hay que evitar sitios con poca ventilación, mucha gente y estar mucho
tiempo, lugares donde haya gente sin mascarillas y la gente esté hablando o
cantando o gritando”. ¿Y con mascarilla me podría seguir contagiando? Según
este investigador sí, aunque baja la posibilidad de contagio. Con mejores
mascarillas y bien ajustadas disminuye, pero no desaparece. “La medida mejor,
siempre, es salir fuera”.
«La OMS ha metido la pata y se niega a sacarla. Se
niegan a escuchar, no tienen expertos en aerosoles en los comités clave. Me
duele criticar a la OMS porque tiene un trabajo muy difícil, pero hay cerrazón
científica, quizá miedo a admitir esto y las consecuencias que podría tener»,
asegura el investigador.
¿Son seguros los
colegios?
Una de las
implicaciones de aceptar que la trasmisión de la Covid-19 se produce por aerosoles
sería aceptar que las escuelas no son tan seguras. En el documento en que estos científicos comparten todas las
preguntas y respuestas sobre esta vía de transmisión son claros: «Los colegios
suelen cumplir muchos de los requisitos para una transmisión eficaz del virus:
en interiores, hacinamiento, poca ventilación, proximidad, larga duración, sin
máscara, hablar / cantar / gritar / respirar con dificultad».
Estos científicos
consideran que sólo puede haber clases presenciales «si los niveles de
infección en la comunidad son bajos» y además se implementan medidas «como una
mayor ventilación, máscaras, mantener el distanciamiento, reducir el volumen
del habla y reducir la densidad». Pero insisten en que lo mejor es dar las
clases al aire libre.
“En 1910 en Nueva
York para evitar contagios de tuberculosis se dieron las clases de los alumnos
en el exterior”, destaca Jiménez. Y esta es la recomendación de este experto,
salir al exterior, que se usen los parques y las clases se den fuera, en
estadios o lugares grandes.
#Este virus lo paramos unidos.
ResponderEliminarComenzamos un nuevo curso participativo, en este blog, repitiendo el tema con que despedimos el anterior. “Como decíamos ayer”…., el tema del Covid-19, continúa marcando nuestras vidas, y lo que nos queda por pasar todavía.
Tratándose de un virus que puede transmitirse por medio de las gotículas infectadas que quedan flotando en el aire; y que dichas partículas contagiosas son emitidas por las personas cuando hablan, respiran o tosen; las posibilidades de resultar contagiados son elevadas.
Por ello es prioritario aplicar las medidas de protección dispuestas por las autoridades sanitarias para cada ocasión. El inicio del curso escolar no puede quedar al margen de estas medidas sanitarias.
Pasado el verano los adultos van a retomar muchas de las actividades que realizaban antes del confinamiento, pero en esta ocasión en cada instante hay que ser conscientes de las medidas de protección que en cada ocasión habrá que adoptar.
El tiempo transcurrido desde el mes de marzo, la información recibida por medio de los medios de comunicación y las recomendaciones de las autoridades, han de servir para que los ciudadanos hayan adquirido hábitos para su protección frente al virus así como contribuir a la protección de los demás.
En esta lucha contra el bicho maligno no caben actitudes irresponsables, ni insolidarias de aquellos que piensan que este tema no va con ellos o que por su juventud el virus no les causara ningún daño.
Frente a la amenaza para la salud del Covid-19 debemos permanecer todos unidos, porque el contagio es real y llega a afectar a todos sea cual sea su edad, estado social o de salud, o si se es hombre o mujer. Toda la humanidad esta expuesta a esta enfermedad para la cual aun no se dispone de medicinas seguras y eficaces cien por cien.
Saludos:
Estoy contigo Amigo.
EliminarSolo luchando todos juntos contra el, lograremos vencerlo.
Cuidate mucho!!!!