Cualquier parecido con la realidad, es totalmente cierto.
Tengo un gato en mi casa, debería ser domestico pero creo que
nació salvaje y así se quedó.
El miércoles a la noche, me meto en la cama, me pongo la tele
y estiro el brazo para apagar la luz.
Lo siguiente que recuerdo es a H, el nombre de mi gato,
colgando de mi brazo, con los colmillos hincados, el rabo gordo gordo y
agarrándose como a la vida.
Empecé a dar movimientos bruscos con el brazo para ver si
conseguía soltarlo y en vez de ello, solo me quedaron los desgarros de las uñas
en mi brazo.
No sé como acabó la historia, me imagino que mis gritos le
asustarían, me levanté y fui al lavabo dejando un reguero de sangre por el
pasillo.
Cogí el frasco de agua oxigenada, es lo único que tengo en la
caja del botiquín y la descargué sobre mi brazo.
El fondo del lavabo daba pena, era espuma manchada de rojo.
Acabé echándome por todo cristal mina, con el gato
vigilándome desde lejos y me volví a la cama cerrando la puerta.
Me costó dormirme, me escocía y dolía el brazo pero al final
Morfeo se hizo conmigo.
Ayer a la mañana me fui a trabajar, y aunque hacía calor me
puse camisa de manga larga, me acordé de las mujeres que se ponen jerséis de
cuello vuelto.
A media mañana me acerqué a la farmacia, es conocido, y le
enseñe mis heridas de guerra.
Me dijo que como me había desinfectado la hinchazón sería del
golpe, pero que no estaría mal que fuera al médico por si tenía infección.
Le contesté que ni harta de vino iría, que en un par de días
estaría como nueva.
Cogí más cristal mina y volví a mi trabajo con su
asesoramiento que me diera de vez en cuando.
Pero hoy me he despertado fatal, me dolía mucho la cabeza y
el dolor del brazo me subía hasta el hombro.
La hinchazón era todavía más notable y además enrojecido, no
me gustaba nada.
En el curro me he tomado un postillón de paracetamol y a
esperar recuperarme.
Cuando ha llegado el albañil, colaborador y amigo desde hace
muchísimos años lo primero que me ha dicho que tenía mala cara.
Le he enseñado mi brazo y me ha reñido un montón, que a ver
que hacía aquí en esas condiciones, que me llevaba al médico.
Le he dicho que ni hablar, que en ese local de virus yo no
entro.
·
Pues
pide cita con tu médico y se lo cuentas.
Como me reñía y reñía me he metido a pedir cita previa en mi
centro de salud.
Después de meter todos los datos me ha salido el pantallazo
de:
·
Si
no tiene Ud. Ningún síntoma relacionado con el COVID-19 no le podemos atender.
·
Y
le rogamos que no se acerque a su centro de salud.
Entonces le he dicho ¿ves? No se puede ir.
Me ha hecho intentar pedir cita telefónica por teléfono, solo
me ha costado media hora, por supuesto que con el manos libres para que no se
me cayera la oreja por tanto tiempo sostener el auricular.
Y por fin me ha atendido una señorita que me ha encantado, lo
primero que me ha dicho que ya no le quedaban citas telefónicas a mi medico
hasta el lunes.
Y me ha preguntado que me pasaba.
Ya sabéis que eso de contar las cosas en dos palabras no va
conmigo.
Entre las dos hemos llegado a sacar la gracia a la situación
y me ha dicho, mándame un par de fotos por correo electrónico y yo hago que las
vea el doctor para que te llame.
Le he pedido a mi compañero que hiciera de fotógrafo y las he
mandado.
A la media hora me ha llamado el doctor, me ha dicho que si,
que parecía un poco infectado, me recetaba una pomada para darme durante todo
el día de hoy y si mañana no estaba mejor que empezara con el antibiótico.
A que hemos llegado, atención telefónica con diagnostico
aproximado, que pena.
Me ha dicho que me acercara a la farmacia, que ya tenía las
recetas para retirar.
He cruzado la calle y con mi sonrisa debajo de la mascarilla
le he dicho al farmacéutico, mira, ya he hablado con el médico, he tenido
consulta electrónica.
Me ha dicho, a ver, enséñame el brazo.
Y le he visto en su mirada que no le gustaba nada.
·
A
ver que te ha recetado.
Y todo serio me dice, la pomada ni te la llevas, empieza ya
mismo con el antibiótico, una pastilla cada ocho horas durante siete días sin
dejarlo.
¡Tienes una infección de caballo! No tiene nada que ver con
lo que te vi ayer.
Os lo sigo contando hoy lunes ya trabajando.
La verdad que mejoría mejoría no es que haya notado mucho.
He tenido decimas de fiebre todo el fin de semana y el
estomago clamando por su existencia.
Tengo tres puntos que no dejan de suturar, siguen abiertos y
saliendo líquidos asquerosos.
Les doy de tiempo 24 horas más para que me lo vea algún profesional,
aunque no sé quien, como no sea el farmacéutico lo tengo difícil.
Amigos, no poneros malos, si no tenéis síntomas del COVID
recordad que no os van a atender.
Tendremos que seguir algún cursillo de medicina en YOUTUBER o
lo tenemos difícil.
Parad este mundo que yo me bajo.
#Este virus lo paramos unidos.
ResponderEliminar¡Cielos! Con la fierecita indómita que tienes en casa, para que preocuparse por el bicho maligno que pulula por el espacio aéreo. En la penumbra de la estancia el gato se debió asustar por ello agredió el brazo que mantenías en movimiento
No te tomes a la ligera las heridas causadas por mis H, pues las infecciones también pueden debilitar el sistema inmunológico y es más fácil caer más enfermo.
De ahí que el farmacéutico haya aconsejado la toma del antibiótico, más habría que saber si la pomada era para prevenir la supuración de las heridas.
LO de la atención sanitaria vía telefónica o telemática va camino de implantarse en todas las autonomías y nos tenemos que ir acostumbrando a este servicio de mínimos, pues visitar el centro de salud u hospital supone correr el riesgo de perder nuestra preciada salud.
Es muy triste que hayamos llegado a esta situación sanitaria y peor aún que no parece que haya visos de mejorar en el futuro. Tomate la recuperación con calma y no hagan ninguna travesura de niña valiente, para ese papel ya tenemos a los heridos de película, que siempre salen victoriosos y sin ningún rasguño.
Cuídate apreciada amiga, y que la recuperación del brazo sea pronto para poder ir con vestimenta de manga corta – que aun estamos en el verano - así como lucir el dorado bronceado del verano sobre la epidermis de los brazos
Saludos:
Jiji, me has hecho sonreír.
EliminarTranquilo que de heroína tengo muy poco.
Hoy he visitado a nuestro amigo el farmacéutico y me ha dicho que va muy bien, que tenga paciencia y que siga limpiándome las heridas a menudo.
Se que no le ha extrañado mi actitud puesto que en los últimos meses se ha convertido en el medico de cabecera de todos los vecinos, haciendo lo que puede y su larga experiencia le ha enseñado.
Amigo, que soy muy dura de pelar, ya mismo estoy luciendo palmito.
Un Abrazo!!!!
Si! Los farmacéuticos han ocupado el lugar de los médicos de família.
ResponderEliminarSiempre han sido muy amables con todos sus clientes-pacientes, ya compres una caja de aspirina o una caja de tiritas.
Son los que se merecen un aplauso, están ahí cuándo se les necesita. Un gran aplauso para tu farmacéutico.
Opino lo mismo.
EliminarCreo que esos si han sido, son y serán nuestros héroes.
Un aplauso para ellos y para ti también Anónimo, por estar ahí!