lunes, 25 de enero de 2021

Una muestra de las secuelas del COVID

 


"Estoy desde septiembre en una constante incertidumbre, sin saber hasta cuándo voy a estar con esta anulación total"

Magdalena, de 62 años, lleva cuatro meses sufriendo las secuelas de la covid. Una de ellas, la vasculitis, le permite aportar pruebas palpables de las consecuencias del virus

PAMPLONA – ¿Cuál es su historia?

–A mí me confirmaron que estaba contagiada de covid el 11 de septiembre. Desde entonces tengo los mismos síntomas. Dolores musculares, dolores de huesos, adormecimiento de las piernas, picor... son cada vez más intensos. Estamos viviendo, en mi caso, una pesadilla. Es estar en una constante incertidumbre, sin saber qué me va a pasar mañana y hasta cuándo voy a estar así en este sistema de anulación total. Para mí hay momentos que el bicho ataca con más fuerza. Menos mal que es así y a veces da un respiro. A mi me diagnosticaron vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) desde un inicio. Eso significa dolores musculares muy fuertes a nivel de las piernas, los brazos, el pecho... el dolor es indescriptible. A veces me siento frustrada, solo me dan ganas de llorar, porque ¿cómo expresar al médico de cabecera la intensidad de dolor que tengo? Es traumatizante, lo que más me desespera. Son varios meses y los dolores no desaparecen. Y digo, ¿qué le está pasando a mi organismo? Porque cada vez tengo otra sintomatología. Es cansancio, como si me pasara una aplanadora que me dejaría inutilizada. Los dolores de cabeza no son normales, son cimbrones en la nuca, un dolor intenso en los oídos, que parecen que van a estallar... y las mandíbulas se me contraen a tal extremo que no puedo abrir la boca y no puedo comer con cuchara. Es una contracción muscular y un dolor intenso. Incluso me he tenido que tomar la sopa con pajita. Pero pasa. No es permanente, son brotes. Pero durante esos brotes siento que me muero. Hay días en que estar en la cama es un suplicio, porque me duele todo. Y al levantarme tampoco puedo pararme, porque me mareo. Poner las plantas de los pies en el suelo es insoportable. Tengo sudoraciones como en la época de la menopausia, pero hace que la pasé diez años.

¿Cómo paso el periodo de infección?

–Yo estuve con vómitos, diarrea y calambres de la deshidratación que tenía. Y cuando llamé al 112, una vez que estuve de madrugada que sentía morirme, me dijeron que llamase un taxi. Pero esa fase de sentir que moría la llegué a pasar. A partir de eso, he ido 3-4 veces a Urgencias. Me han inyectado, puesto sueros, pero me han mandado a casa... Eso es lo que estamos viviendo.

¿Y ahora, cómo se trata?

–De momento para el picor de la piel, el ardor, me pongo paños de agua fría para calmarme. Me hago masajes con una pomada que me han dado, pero es hacer algo por no hacer nada. Mi médica de cabecera del centro de Salud de Burlada, que es una maravillosa persona, siempre me dice que esto es así, que va a pasar... me llamará para darme un nuevo tratamiento y pedirme una analítica complementaria para ver exactamente qué órganos están afectados. Así que en eso estamos... Ojalá despertemos en algún momento de esta pesadilla y pueda decir hasta aquí ha llegado.

¿Ha podido volver a trabajar?

–Yo estaba trabajando en Servicios Generales del Ayuntamiento de Burlada cuando me contagié. Lamentablemente el contrato se me terminaba el 23 de octubre. Pero como estaba tan mal no regresé a trabajar, estaba de baja, porque la médica me vio que estaba inutilizada. Se me pasó a Mutua Navarra y sigo de baja médica por covid. Desde un principio me lo reconocieron, ya que al haber tenido una prueba positiva mi médico sigue confirmando que las secuelas y la sintomatología las vengo arrastrando desde entonces.

Tiene esa suerte de que sus secuelas son palpables.

–Lo mío es evidente porque me saqué fotos de vasculitis. Ante ese tipo de pruebas es algo evidente que persiste. Porque yo antes nunca he tenido vasculitis, se me ha generado tras el covid.

¿Qué ha supuesto para usted saber que más personas sufren lo mismo?

–Me siento anímicamente fortalecida por el grupo que se ha conformado. Es muy importante que el resto de personas que lo están padeciendo sepan que no están solas, que somos un grupo muy grande de pacientes de los que en un principio pensamos. Desde que me he unido, no es que diga "mal de muchos consuelo de tontos", pero comparto mi historia y veo que no estoy enloqueciendo. Porque hay veces que piensas que estás paranoica. Dudaba que era efecto de la covid. Ahora sé que mientras más personas seamos el mundo científico va a tratar de encontrar la medicina propicia para esto. Ahora lo único que se hace es recetar paracetamol, ibuprofeno... Y esa no es la solución. Debe encontrarse algún medicamento que calme el dolor en los brotes.

JON VIEDMA CARRERA / UNAI BEROIZ ( De noticias de navarra)


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