"Estoy desde septiembre
en una constante incertidumbre, sin saber hasta cuándo voy a estar con esta
anulación total"
Magdalena, de 62 años, lleva
cuatro meses sufriendo las secuelas de la covid. Una de ellas, la vasculitis,
le permite aportar pruebas palpables de las consecuencias del virus
PAMPLONA – ¿Cuál es
su historia?
–A mí me confirmaron que estaba contagiada de covid
el 11 de septiembre. Desde entonces tengo los mismos síntomas. Dolores
musculares, dolores de huesos, adormecimiento de las piernas, picor... son cada
vez más intensos. Estamos viviendo, en mi caso, una pesadilla. Es estar en una
constante incertidumbre, sin saber qué me va a pasar mañana y hasta cuándo voy
a estar así en este sistema de anulación total. Para mí hay momentos que
el bicho ataca con más fuerza. Menos mal que es así y a veces
da un respiro. A mi me diagnosticaron vasculitis (inflamación de los vasos
sanguíneos) desde un inicio. Eso significa dolores musculares muy fuertes a
nivel de las piernas, los brazos, el pecho... el dolor es indescriptible. A
veces me siento frustrada, solo me dan ganas de llorar, porque ¿cómo expresar
al médico de cabecera la intensidad de dolor que tengo? Es traumatizante, lo
que más me desespera. Son varios meses y los dolores no desaparecen. Y digo,
¿qué le está pasando a mi organismo? Porque cada vez tengo otra sintomatología.
Es cansancio, como si me pasara una aplanadora que me dejaría inutilizada. Los
dolores de cabeza no son normales, son cimbrones en la nuca, un dolor intenso
en los oídos, que parecen que van a estallar... y las mandíbulas se me contraen
a tal extremo que no puedo abrir la boca y no puedo comer con cuchara. Es una
contracción muscular y un dolor intenso. Incluso me he tenido que tomar la sopa
con pajita. Pero pasa. No es permanente, son brotes. Pero durante esos brotes
siento que me muero. Hay días en que estar en la cama es un suplicio, porque me
duele todo. Y al levantarme tampoco puedo pararme, porque me mareo. Poner las
plantas de los pies en el suelo es insoportable. Tengo sudoraciones como en la
época de la menopausia, pero hace que la pasé diez años.
¿Cómo paso el periodo de
infección?
–Yo estuve con vómitos, diarrea y calambres de la
deshidratación que tenía. Y cuando llamé al 112, una vez que estuve de
madrugada que sentía morirme, me dijeron que llamase un taxi. Pero esa fase de
sentir que moría la llegué a pasar. A partir de eso, he ido 3-4 veces a
Urgencias. Me han inyectado, puesto sueros, pero me han mandado a casa... Eso
es lo que estamos viviendo.
¿Y ahora, cómo se trata?
–De momento para el picor de la piel, el ardor, me pongo
paños de agua fría para calmarme. Me hago masajes con una pomada que me han
dado, pero es hacer algo por no hacer nada. Mi médica de cabecera del centro de
Salud de Burlada, que es una maravillosa persona, siempre me dice que esto es
así, que va a pasar... me llamará para darme un nuevo tratamiento y pedirme una
analítica complementaria para ver exactamente qué órganos están afectados. Así
que en eso estamos... Ojalá despertemos en algún momento de esta pesadilla y
pueda decir hasta aquí ha llegado.
¿Ha podido volver a
trabajar?
–Yo estaba trabajando en Servicios Generales del Ayuntamiento
de Burlada cuando me contagié. Lamentablemente el contrato se me terminaba el
23 de octubre. Pero como estaba tan mal no regresé a trabajar, estaba de baja,
porque la médica me vio que estaba inutilizada. Se me pasó a Mutua Navarra y
sigo de baja médica por covid. Desde un principio me lo reconocieron, ya que al
haber tenido una prueba positiva mi médico sigue confirmando que las secuelas y
la sintomatología las vengo arrastrando desde entonces.
Tiene esa suerte de
que sus secuelas son palpables.
–Lo mío es evidente porque me saqué fotos de vasculitis. Ante
ese tipo de pruebas es algo evidente que persiste. Porque yo antes nunca he
tenido vasculitis, se me ha generado tras el covid.
¿Qué ha supuesto para usted saber que más personas sufren lo
mismo?
–Me siento anímicamente fortalecida por el grupo que se ha
conformado. Es muy importante que el resto de personas que lo están padeciendo
sepan que no están solas, que somos un grupo muy grande de pacientes de los que
en un principio pensamos. Desde que me he unido, no es que diga "mal de
muchos consuelo de tontos", pero comparto mi historia y veo que no estoy
enloqueciendo. Porque hay veces que piensas que estás paranoica. Dudaba que era
efecto de la covid. Ahora sé que mientras más personas seamos el mundo
científico va a tratar de encontrar la medicina propicia para esto. Ahora lo
único que se hace es recetar paracetamol, ibuprofeno... Y esa no es la
solución. Debe encontrarse algún medicamento que calme el dolor en los brotes.
JON VIEDMA CARRERA / UNAI BEROIZ
( De noticias de navarra)
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