miércoles, 27 de noviembre de 2024

Capítulo 3 - "Operación Fitness"

 

"La Entrada Triunfal de Fabio"

El Gimnasio Olimpia estaba en plena actividad cuando las puertas se abrieron de nuevo con un golpe contundente, como si se tratara de un anuncio de película. Allí, enmarcado por la luz del sol, apareció Fabio, un hombre alto, bronceado y con una sonrisa que parecía diseñada para comerciales de dentífrico. Llevaba una camiseta ajustada que dejaba poco a la imaginación y unos pantalones de gimnasio con tantos bolsillos que podría haber llevado un set de herramientas completo.

Charo, que estaba en mitad de una conversación sobre la importancia de la hidratación (con una botella de agua de cristal que parecía más decorativa que práctica), se detuvo en seco. "¿Y este quién se cree que es, el galán de la telenovela?" murmuró, mientras ajustaba su coleta con un movimiento digno de una diva.

Fabio avanzó con confianza hacia el centro del gimnasio. Don Hilario, siempre el primero en dar la bienvenida, se acercó con una sonrisa. "¿Qué tal, Fabio? Bienvenido al Olimpia. ¿Primera vez en un gimnasio?"

"Para nada", respondió Fabio, con un acento italiano que hizo que las cabezas de Marta y Laura giraran como si estuvieran en una película a cámara lenta. "He estado en gimnasios de todo el mundo. Pero aquí vengo por la auténtica experiencia local", añadió, mirando a su alrededor con una expresión que mezclaba curiosidad y superioridad.

Mientras tanto, los Lenguaraces estaban en plena evaluación del recién llegado. "Mucho músculo, poca chicha", comentó Amparito, mientras Paco añadía: "Este viene a darnos clase de cómo se hace todo, ya verás".

Pero fue Charo quien no tardó en asumir el papel de anfitriona autoproclamada. Se acercó a Fabio con su mejor sonrisa y un brillo competitivo en los ojos. "Fabio, ¿verdad? Yo soy Charo, la reina de este gimnasio. Aquí todos me siguen a mí", dijo con un tono entre broma y advertencia.

Fabio no se dejó intimidar. "Encantado, Charo. Será interesante ver quién lidera realmente", respondió, con un guiño que hizo que un par de pesas cayeran al suelo de puro impacto dramático.

La tensión entre ambos era palpable, pero en lugar de estallar, tomó un giro inesperado. Fabio decidió empezar su rutina con una clase improvisada de estiramientos, mientras Charo lo observaba desde una máquina de remo. Cuando Fabio hizo un split perfectamente ejecutado, Charo se levantó y exclamó: "¡Eso no es nada! Yo hacía yoga cuando todavía no era moda".

En cuestión de minutos, el gimnasio entero estaba dividido en dos bandos: los fans de Fabio y los leales a Charo. Los Lenguaraces hacían apuestas sobre quién ganaría en una competencia de flexiones, mientras Don Hilario, divertido pero resignado, observaba desde su oficina.

Al final de la sesión, Fabio y Charo se cruzaron nuevamente. "Tienes estilo, Fabio, pero todavía te falta ritmo", comentó Charo, con una sonrisa desafiante. "Tú también tienes estilo, Charo, pero yo tengo... resultados", replicó él, guiñándole un ojo antes de salir del gimnasio.

El Gimnasio Olimpia nunca había sido un lugar de competencia… hasta ahora. Y los próximos días prometían estar llenos de desafíos y más drama.


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