Bienvenidos al Hotel Rejas
En
España son cientos las personas que cada día acaban ingresadas en los
calabozos. Durante su custodia en los centros de detención policiales se
inician una serie de protocolos para garantizar tanto sus derechos como su
seguridad.
Un delincuente puede permanecer hasta un
máximo de 72 horas detenido en una celda mientras se realizan las gestiones e
instrucción del atestado que traten de esclarecer los hechos acaecidos.
Durante este tiempo un detenido no deja
de realizar sus necesidades fisiológicas siendo un policía perteneciente al
Área de Seguridad el encargado de velar por su particular bienestar.
La Instrucción 12/2015 de la Secretaría de Estado de Seguridad establece
tres turnos de comida para las personas detenidas fijando la siguiente franja
horaria:
·
Desayuno: entre las 07:00 y las 09:00
horas.
·
Almuerzo: entre las 13:00 y las 15:00
horas.
·
Cena: entre las 21:00 y las 23:00 horas.
¿Policías o camareros?
Podrían pensar en una empresa de
cátering como la más idónea para dar sustento a los delincuentes pero no, los
encargados de estos menesteres son los propios agentes responsables de su
custodia.
Así pues, una mañana cualquiera, en una
comisaría cualquiera, suenen sonar voces de ultratumba que reclaman desde los
calabozos orinar, defecar o desayunar.
Ese es el momento en el que interviene
el policía de turno que con buena cara procede a satisfacer las necesidades de
aquel hurtero, alunicero, violador, agresor, pederasta o estafador que reclama,
no con mucha educación en la mayoría de los casos, ir al retrete o que se le
entregue su desayuno.
Calabozos con todo lujo de detalles
Como buen hospedaje que debe ser, la
referida instrucción insta a los funcionarios a velar “para que los
detenidos dispongan de los productos de higiene básicos
(papel higiénico, jabón, toalla, etc.)”. Además, “se facilitará a los detenidos que puedan acudir al aseo a realizar labores de higiene y sus necesidades fisiológicas cuando lo precisen”.
(papel higiénico, jabón, toalla, etc.)”. Además, “se facilitará a los detenidos que puedan acudir al aseo a realizar labores de higiene y sus necesidades fisiológicas cuando lo precisen”.
Incluso entre las reseñas de Google
podemos encontrar alguna crítica a los servicios durante la estancia en calabozos. En
referencia a la Comisaría de Dto. Centro de Madrid, un supuesto detenido opina
que “La comida mal y el trato peor aún. Los servicios muy sucios, no volvería.”
¿Quién paga todo esto?
Llegados a este punto, no podemos obviar
comparar estos servicios con los de nuestras vacaciones de verano… Llegas al
hotel, te asignan habitación, cama, comes y bebes disfrutando de tu pensión
completa y te permites exigir hasta cierto nivel de calidad sobre atención
prestada ya que reclamas por lo que pagas.
SIN EMBARGO, EN EL CASO DEL DETENIDO NO ES
PRECISAMENTE “PAGAR” EL VERBO QUE MEJOR CONJUGA SINO “ROBAR”.
Realicemos un promedio de gasto de
estancia en un calabozo durante 12 horas:
·
Desayuno: 3 euros.
·
Comida: 6 euros.
·
Cena: 6 euros.
·
Manta ignífuga: 20 euros.
·
Colchones ignífugos: 70 euros.
·
Ajuar: 3 euros.
·
Servicio de lavandería: 15 euros.
Podríamos seguir sumando gastos de
electricidad, agua… sin olvidarnos del salario del agente que tan cortesmente,
deja de servir al ciudadano para atender las necesidades de los “presuntos”
delincuentes que reservan alojamiento en el Hotel Rejas.
¿Quien paga estos gastos?
Podríamos decir que nadie pero
mentiríamos. El dinero para abastecer esta infraestructura se usurpa de las
arcas públicas. No hay delincuente debidamente condenado al que se le exija el
pago de estos gastos. Gastos que en ningún caso debería de asumir un ciudadano
ejemplar como mordida a parte de los impuestos que paga al Estado.
Es por eso que desde la Asociación
Policía h50, consideramos necesario que se tengan en cuenta estos gastos
inadmisibles para la Administración y para los ciudadanos y se tenga en cuenta
en las condenas el abono de minuta de gastos en instalaciones
policiales para aquellos condenados culpables.
Los policías trabajan para los
ciudadanos, aquellos son a los que deben servir no a los delincuentes que
quebrantan las lineas de la legislación vigente. Para ellos, que no solo
recaiga todo el peso de la ley sino que también paguen por aquellos gastos que
han ocasionado al Estado derivados de su actividad delictiva.
En este país cualquier delincuente – o presunto – tiene todos los derechos civiles, pero muy pocas o ninguna obligación para con la sociedad. Por ello no me extraña lo que cuenta, sobre esté tena, el aporte de hoy.
ResponderEliminarCualquier detenido en estancia policial o judicial, por el simple hecho de estar privado de libertad, ya tiene que ser tratado con un mimo de bebe malcriado y los funcionarios que deban atenderle que se anden con mucho cuidado pues a la mínima ocasión pueden verse frente a un juez respondiendo de su cumplimiento del deber en el cuidado y atención a un retenido.
Es triste que en este país la justicia sea celosa guardiana de los derechos y libertades de los presos y detenidos, pero estos maleantes no tienen ninguna obligación respecto al resto de la sociedad. Y produce más inri cuando se sabe que a estas personas el estar investigadas y detenidas en relación a los delitos cometidos sus minutas y atención penal les sale gratis.
Es una vergüenza ver como algunos delincuentes en cuanto salen del “Hotel Rejas” vuelven a delinquir y si regresan al hotelito vuelven a disfrutar de todos los derechos y seguridad pertinente a precio cero para su bolsillo, mientras tanto la sociedad con sus impuestos debe cargar con los gastos y placeres de tales incívicos ciudadanos.
Saludos:
Yo pienso igual, menos derechos y mas obligaciones se les deberían exigir.
EliminarUn Abrazo Amigo!!!!