Se llevan el féretro de un funeral al negarse el cura
a oficiar la misa entera en castellano
El rector de Cardona (Barcelona)
defiende que hizo media misa en catalán porque no le avisaron «con tiempo»
La familia de Dolores Bastida Navarro,
fallecida este mes de noviembre a la edad de 95 años, solo tenía una intención:
cumplir su última voluntad enterrándola en Cardona (Barcelona) junto a su
marido tras una misa en castellano,
como ella dejó escrito. La mujer ya descansa en el lugar que pidió, pero su
despedida religiosa no salió como quería. Aunque el sacerdote oficiante, el
padre Carles Pubill, asegura que hizo una parte en castellano y otra en catalán
porque le avisaron con poco tiempo y no pudo preparar los misales, su familia
denuncia a ABC que el religioso se negó, por lo que decidieron llevarse el
cuerpo de su madre antes de que acabaran las exequias.
«Mi madre contrató en vida un seguro de decesos y había varios apartados,
uno de ellos era las últimas voluntades.
Allí, expresó
que quería que su misa de funeral fuera en castellano. En la
compañía de seguros nos dijeron que cuando ocurriera el deceso en la funeraria
nos tomarían nota. Cuando ya nos dejó, fuimos a la funeraria y llenamos un
formulario, donde pusimos de nuevo que queríamos la misa en castellano. Sin
embargo, al día siguiente fuimos a hacer la misa a la iglesia de Cardona y allí
el sacerdote empezó hablando en catalán. Yo avisé a los de la funeraria, que
estaban también allí, y ellos hablaron con el sacerdote. Este paró, se fue y al
cabo de unos minutos volvió con otro misal en las manos. Sí siguió en
castellano un rato, pero cuando acabó de leer los evangelios, volvió al
catalán», relata Dolores, hija de la fallecida, muy molesta con este nuevo
capítulo de tensiones lingüísticas en Cataluña.
«Cuando volvió al catalán, el de la funeraria se acercó
de nuevo al altar y le recordó que la difunta quería la misa en castellano.
Entonces, el sacerdote bajó, se
vino a nosotros y nos dijo que ya había hecho una parte en castellano y que
seguiría en catalán porque no tenía los libros para
continuar en castellano», añade. «Yo intenté negociar con él, le dije que para
nosotros eso presentaba un problema, le dije que yo ni siquiera era creyente,
pero nada, no hizo caso. Fue entonces cuando vi que había dos caminos, o
montábamos una discusión allí, o nos íbamos. Decidí evitar un escándalo, así
que le pedí a la funeraria que sacara el féretro de allí, a lo cual la
funeraria me dijo que tenía razón, lo sacaron y nos fuimos al cementerio. Fue
fuerte y muy triste para nosotros. Mi madre solo tenía dos voluntades, misa en
castellano y enterrarse en junto a su marido, y solo hemos podido cumplir una.
Ella era una mujer muy exigente y siento que la he decepcionado. No me sirven
disculpas ni excusas. Tampoco sé qué movió al cura a hacer lo que hizo, pero
debería haber sido más caritativo y profesional. Para nosotros el daño ya está
hecho», concluye la mujer.
Queja
al obispado
Tras lo ocurrido en el funeral, la familia
de Dolores elevó una queja a la Diócesis
de Solsona, vacante por la marcha del polémico Xavier Novell.
Desde esa instancia, excusaron al padre Pubill diciendo que él no sabía que la
misa tenía que ser en castellano y que no tenía los materiales necesarios para
ello. Carles Pubill,
por su parte, también defiende que a él nadie le avisó y asegura que hizo la
parte que pudo en ese idioma porque, afirma, no tenía los libros. «Hice la
parte que podía en castellano, seguí en catalán e iba a acabar en castellano.
No me avisó ni la familia ni la funeraria. No entiendo todo este alboroto, si
me hubieran avisado con tiempo, lo habría hecho como querían porque yo ya he
hecho muchas otras misas y funerales en castellano. Aquí en Cardona hay muchos
castellanoparlantes», relató el sacerdote en declaraciones a ABC. «Por
desgracia, todo esto se está utilizando políticamente», concluye este clérigo
que, no obstante, no esconde su querencia política nacionalista. De hecho, fue
uno de los 300 sacerdotes que firmó
en 2017 un manifiesto defendiendo la celebración del
referéndum ilegal del 1 de octubre.
Aunque las versiones de la familia y el
religioso llegasen a encajar, no parece que el asunto pueda tener ya solución.
En estos momentos, el cuerpo de Dolores descansa desde en el cementerio de
Cardona y sus hijos no quieren ni oír hablar de repetir su misa. «Nuestra historia con Cardona ha acabado»,
resuelve su hija.
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