La fuente para jugar
que puso enfermos a 71 niños
Era la mayor
novedad del verano de 2018 en el distrito de Sant Andreu de Barcelona. Una gran zona de juegos de agua, con 234
surtidores alineados en 13 canales, destinada a refrescar las vacaciones de los
más pequeños. La diversión, sin embargo, duró muy poco y el Ayuntamiento se vio
obligado a cerrar el grifo 30 de agosto, solo 20 días después de poner en
marcha la instalación. La razón: varios casos de
gastroenteritis, algunos graves, entre los niños que habían jugado en las
fuentes.
Una investigación de la Agencia de Salud Pública de
Barcelona (ASPB) revela ahora los datos del brote, que afectó a 71 personas, de
“las que 27 necesitaron asistencia sanitaria y tres ingreso hospitalario”, según
una presentación hecha en el reciente congreso de la Sociedad Española de
Epidemiología (SEE). El 97% de los enfermos sufrió diarrea, el 72% dolor
abdominal, el 30% vómitos y el 20% fiebre. La mediana de edad de los enfermos
fue de siete años, aunque el rango va de un año a 47. Este último dato es
debido previsiblemente al diagnóstico de “10 casos secundarios”,
personas que enfermaron tras estar en contacto con algún afectado.
“Las investigaciones mostraron deficiencias en las
instalaciones y el agua de las fuentes fue identificada como el vehículo de
transmisión” de dos
patógenos, suscribe la Agencia. El primero es una bacteria (Clostridium
perfringens) y el segundo un parásito microscópico (Cryptosporidium
spp).
“Estos datos revelan una contaminación fecal del
circuito de agua. Lo más probable es que el origen fuera alguno o algunos de
los usuarios”, explica Manuel Rodríguez Iglesias, jefe de servicio del Hospital
Puerta del Mar de Cádiz y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades
Infecciosas y Microbiología (SEIMC).
Las zonas de juegos con agua han cobrado popularidad
en los últimos años. La que causó el brote, situada en los antiguos Cuarteles
de Sant Andreu, era especial por su gran tamaño. También por la gran acogida
que tuvo entre los vecinos, con hasta 10.000 usuarios en las casi tres semanas
que estuvo en funcionamiento. “Esta instalación fue la primera de estas
características en la ciudad”, explica un portavoz del Consistorio.
“Tenía sistema de filtraje, dosificación de
cloro en todo el sistema y control de PH, tal y como deben tener las piscinas
públicas, aunque es evidente con el brote que era insuficiente”, añadió este
portavoz. El Ayuntamiento recuerda que “no existe una normativa específica para
este tipo de instalaciones”, algo que la Agencia de Salud Pública de Barcelona
considera necesario desarrollar “para evitar nuevos brotes”, según su estudio.
Para Rodríguez Iglesias es “llamativo que los dos
patógenos causen un brote juntos”. “Suelen hacerlo por separado, pero la
coincidencia es poco común”, añade. Según el microbiólogo, “una persona
infectada por Cryptosporidium spp puede liberar una gran cantidad de
parásitos”. Esto, junto a su notable resistencia al cloro, “hace que tenga un
potencial elevado para contaminar el ambiente, aunque provoca procesos casi
siempre leves salvo en personas inmunodeprimidas, bebés y mayores”.
Clostridium perfringens es una bacteria común en el tracto
intestinal de la mayoría de personas, “algunas cepas producen toxinas que, en
elevadas concentraciones, son capaces de causar cuadros clínicos más graves”.
Según la ASPB, en el 36% de los pacientes cuyas heces
fueron analizadas fueron detectados ambos patógenos, en el 32% únicamente Cryptosporidium
spp y en el 8% solo Clostridium perfringens. El 24% dieron negativo,
lo que indicaría que el organismo ya ha eliminado el agente infeccioso.
Un uso ornamental para el clima
Un gran cartel informa de que está “prohibido el baño”
en las fuentes de Sant Andreu. Perdida su principal función, los surtidores
tienen ahora un uso ornamental tres horas y media al día.
Al refrescar el ambiente también aportan su gota al
Plan Clima de Barcelona, un paquete de medidas contra el cambio climático. Los
niños deberán esperar a la segunda fase de la urbanización de la zona, en la
que está prevista otra zona de fuentes recreativas.
Esta será de dimensiones más reducidas, como las que
no han dado problemas en otros municipios.
Las aguas que entran en contacto con las personan, al estar en contacto con el medio ambiente, han de estar bien potabilizadas, por tanto los controles sanitarios han de ser muy constantes.
ResponderEliminarCuando estos controles sanitarios son deficientes o escasos se incrementan los casos de infecciones entre los usuarios de dichas atracciones.
En este episodio llama poderosamente la atención el resultado de las investigaciones, señalan en primer lugar una deficiencia en las instalaciones, y en segundo lugar, que no exista normativa sobre el uso y disfrute de las fuentes recreativas.
Estamos ante otra deficiencia administrativa del ayuntamiento de turno, el cual parece más interesado hipnotizar a la población con obras novedosas sin prevenir previamente a su apertura al público, las deficiencias que éstas puedan tener.
Pura vergüenza para los políticos responsables de dichas instalaciones recreativas, con todo gracias que ningún menor sufrió males mayores
Saludos:
Sí, muy bonitas, obra muy bien realizada, pero, ¿Solo para la foto?
EliminarUn Abrazo Amigo!!!!