Ala, otra semana ganada.
Me siento como el del dibujo.
No le voy a dejar levantarse.
Respecto al tabaco, estoy como nunca, acaba de salir un compañero de trabajo, que se ha tomado un café con cigarro a mi lado y ni me ha molestado.
Solo le he dicho que se replantee que quizás haya llegado la hora de dejarlo.
Que me mire y diga si me ve peor.
Por supuesto que sobre el tabaco me ha dicho que me ve bastante tranquila, demasiado, pero viéndome la cara y los ojos le doy pena.
Si que es cierto que se nota la semana tan larga, que en vez de reposar un par de días por la boca, he estado aquí al pie del cañón y me pesa.
Me pesa mucho.
Hoy estoy cansadísima, muerta de sueño, con náuseas, ganas de vomitar, no me extraña que me diga que le daba pena.
Pero le he dicho que esto es pasajero, para el lunes soy como un sol recién estrenado después de la niebla cerrada.
¡Os prometo que sobreviviré a todo!
¡Campeona! ¡¡Campeona!! ¡ole! ¡¡oooleee!!
ResponderEliminarEstas fantástica con rezumando ese ímpetu anti tabaco, con la confianza de que los síntomas secundarios también se pueden vencer, que no decaiga toda esa fuerza.
A propósito cuando estas cerca de algún fumador aunque no te moleste el humo ni el olor, ten en cuenta que te conviertes en fumadora ‘pasiva’ y en este caso también perjudica tu salud.
Tienes que organizar en tu puesto de trabajo lugares separados para los fumadores y no fumadores, para los que echan un traguito y para los abstemios, y ya puestos en esta guerra anti vicio, separar a los currantes feos de la gente guapa. Tu como lo ves.
Ánimos que tú puedes conseguirlo.
Jajaja, tranquilo, el del cigarrillo poco se acerca por aquí, y ningún otro se atreve a hacerlo
EliminarGracias por los ánimos!!!!