viernes, 11 de octubre de 2019

La basura invade el Espacio




Así se realiza un seguimiento de la basura espacial para evitar las colisiones de satélites y otros desastres

Miles de lanzamientos desde los albores de la carrera espacial han supuesto un creciente número de escombros espaciales. La mayor parte de la basura espacial se encuentra en dos zonas: órbita terrestre baja, que está a unos 400 kilómetros de altura, y órbita geoestacionaria, a unos 36.000 kilómetros de altura

Además de 23.000 objetos del tamaño de una pelota de softball o más grande, como restos de cohetes, satélites e incluso trajes espaciales antiguos, hay más de 650.000 objetos que son del tamaño de un pulgar.

También pueden existir otros 170 millones de pedazos de escombros tan pequeños como la punta de un lápiz, incluidos elementos como pernos explosivos y manchas de pintura.

Miles de pequeñas piezas de escombros se unieron a la órbita en 2007 cuando China estrelló intencionadamente uno de sus viejos satélites contra un "vehículo asesino". Después, en 2009, un viejo satélite ruso y un satélite estadounidense colisionaron, agregando basura aún más peligrosa.

Los restos de cohetes a menudo tienen combustible sobrante. A medida que, con el tiempo, el ambiente hostil del espacio debilita y erosiona las ciertas partes del cohete, los combustibles pueden mezclarse, explotar y esparcir más desechos en todas las direcciones.

Ningún trocito de basura espacial es insignificante, por muy pequeño que sea, ya que cada uno viaja a velocidades lo suficientemente altas como para infligir daños catastróficos a equipos vitales. Un solo golpe pequeño podría ser mortal para los astronautas a bordo de una nave espacial.


Jack Bacon, un científico senior de la NASA en 2010, dijo a Wired que un golpe de una esfera de aluminio de 10 centímetros sería similar a la detonación de 7 kilogramos de TNT.

Si el problema de la basura espacial se fuera de control, una colisión podría engendrar otras colisiones y, a su vez, propagar aún más escombros: una cadena de accidentes conocida como un evento de Kessler.


El astrofísico Donald J. Kessler, que solía trabajar para el Centro Espacial Johnson de la NASA, trasladó la idea en un estudio de 1978. Kessler y su colega de la NASA Burton G. Cour-Palais calcularon que a medida que se sucedieran más lanzamientos en las próximas décadas aumentarían los riesgos.


En el estudio, titulado "Frecuencia de colisión de satélites artificiales: la creación de un cinturón de escombros", también se describieron importantes fuentes de escombros espaciales y posibles sumideros que eliminarían la basura peligrosa de la órbita.

Como explica el estudio de Kessler, cuanto más masivo es un objeto, más desechos espaciales puede crear si es golpeado. Por lo tanto, los objetos grandes presentan un riesgo mucho mayor de provocar una cascada de colisiones si hay muchos otros satélites en órbitas similares.


Un evento del síndrome de Kessler podría crear un campo de escombros similar al Cinturón de Asteroides en grandes regiones del espacio alrededor de la Tierra. Estas zonas pueden ser demasiado arriesgadas para lanzar nuevos satélites o naves espaciales durante cientos de años, lo que, al final, limita severamente el acceso humano al espacio

Actualmente no existe un sistema para eliminar satélites antiguos o barrer pedazos de escombros para evitar un evento de Kessler. En cambio, los desechos espaciales son monitorizados desde la Tierra, y las nuevas reglas requieren que los satélites en órbita terrestre baja sean desorbitados transcurridos 25 años.


"Nuestro plan actual es gestionar el problema y no dejar que llegue tan lejos", dijo Gossner. "No creo que estemos cerca de necesitar eliminar activamente las cosas. Se están haciendo muchas investigaciones al respecto, y tal vez algún día eso sucederá, pero creo que, ahora, en mi humilde opinión es un gasto innecesario ".

Una parte importante del esfuerzo para prevenir un evento de Kessler es la Red de Vigilancia Espacial (SSN). El proyecto, liderado por el ejército estadounidense, utiliza 30 sistemas diferentes en todo el mundo para identificar, rastrear y compartir información sobre objetos en el espacio


Muchos objetos se rastrean día y noche a través de una red de observatorios radar en todo el mundo.

Los telescopios ópticos terrestres también vigilan, pero no siempre son administrados por el gobierno. "El sector comercial está vendiendo montones de telescopios", dijo Gossner. El gobierno paga por sus servicios de rastreo de escombros.

Los telescopios en el espacio también rastrean los escombros. Se sabe mucho menos sobre ellos porque probablemente sean satélites militares de alto secreto.

Los objetos detectados por el gobierno y las empresas se agregan a un catálogo de desechos espaciales y se comparan con las órbitas de otros fragmentos conocidos de basura espacial. Las nuevas órbitas se calculan con supercomputadoras para ver si existe la posibilidad de colisiones.

El SSN emite un informe básico de emergencia tres días antes de una probabilidad de 1 entre 10.000 de colisión. Luego proporciona múltiples actualizaciones por día hasta que pase el riesgo de la misma.


Para elaborar dicho informe, un objeto sospechoso debe estar a cierta distancia de otro objeto. En órbita terrestre baja, esa distancia debe ser inferior a 1 kilómetro; sin embargo en el espacio profundo, donde la precisión de las órbitas es menos fiable, la distancia debe ser inferior a 5 kilómetros.

El siguiente gran objeto que caerá a la Tierra después de Tiangong-1 puede ser el telescopio espacial de la NASA, Hubble de 12,25 toneladas, que podría salir de su órbita en 2021.


Al igual que otros objetos que pueden ser guiados hacia su destino, Hubble (así como la Estación Espacial Internacional) serán desorbitados en el "cementerio de naves espaciales": el punto más remoto del Océano Pacífico.

 

2 comentarios:

  1. El hombre no se conforma solo con contaminar el medio ambiente de la tierra, sino que terminara también contaminando las diversas capas de la atmósfera, algunas de ellas ya lo están a causa de los daños directos (contaminación atmosférica), alterar su composición o funcionalidad (efecto invernadero) o daños indirectos (deterioro de la capa de ozono).

    Uno de los mayores vertederos humanos se encuentra sobre nuestras cabezas y es invisible a simple vista. Seis décadas de carrera espacial han dejado en órbita miles de toneladas de chatarra que amenazan los sistemas de comunicación en nuestro planeta

    Lo triste es que hoy por hoy no existe ningún sistema factible que consiga ir retirando tanto desperdicio espacial, y no existen visos de que dicho trabajo se vaya a realizar.

    A la vez que transcurre el tiempo más países se suman a la aventura espacial, poniendo en órbita satélites para todos los usos, para las telecomunicaciones, de origen militar etc., pero cuando termina su utilidad o se desintegra sus restos continúan perteneciendo al país al que pertenece y cualquier otro país que toque sus restos se expone a un conflicto diplomático de consecuencias imprevistas en la actualidad.

    Nos tenemos que acostumbrar a vivir en un ambiente, terrestre y aéreo, cada vez más contaminado, no nos cabe otra alternativa, esta situación es lamentable, pero no cabe otra salida; o tal vez si, aun podamos elevar nuestra voz para reclamar a las potencias mundiales que no sigan contaminando más nuestro planeta Tierra. Porque de lo contrario, ¿A dónde iremos?


    Saludos:

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    1. Amigo, no deberíamos ser tan agoreros, pero el futuro que dejamos a las nuevas generaciones, es una vergüenza.
      Espero que ellos sean mas listos y puedan reconvertir este mundo sucio.
      Un Abrazo!!!!!

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Por favor, todo comentario o escrito CONSTRUCTIVO, espero entre todos no avergonzarnos de ponernos al nivel de los que no queremos.
Gracias