Simón coge la batuta !Que miedo¡

 

Chistes de médicos

 

Todavía no me he muerto

 

Todavía estoy aquí.

Sigo respirando.

Ya sé que estáis hartos de que me queje tanto, pero os prometo que a veces pienso que en mi anterior vida debí ser demasiado mala para lo que me está tocando en esta.

A las mañanas pongo el piloto automático y salgo a la jungla, con mis labios rojos, nadie es capaz de saber que hay en mi interior.

Sobrevivo día a día como puedo y sin meter ruido.

Me peleo justo lo necesario con quien se lo merece.

Lo último ha sido con esta cutre sanidad que nos han dejado.

Desde que tuve el covid no he levantado cabeza físicamente y lo único que me dicen que tenga paciencia, 4 meses no son suficientes.

El ultimo catarro/covid/alergia me lleva derrotando a poquitos, solo conseguí cita telefónica con la enfermera, cita telefónica con mi médico para auscultarme a través del teléfono (se han vuelto un poco brujos) y ya, cuando estaba harta de tanto jarabe y pastillas que me metían en la receta digital, llamé, monté la bronca y conseguí que me viera.

Después de mirarme sus palabras fueron

·         Debería de haber empezado antes con el antibiótico.

·         Eso pensaba yo, pero en la farmacia no me lo podían dar.

·         Por supuesto, el antibiótico lo tengo que recetar yo.

·         Por eso he tenido un gran problema al intentar que me viera Vd. desde hace más de un mes

Me recetó antibiótico de caballo, y me dijo que si en unos días no mejoraba, que le llamara, igual valoraría el mandarme hacer una placa.

Me encanta! El sandios quizás me mande hacerla.

Eso solo es un detalle de estos días.

Otro fue peor, casi acabo detenida.

Iba con mis compañeros a almorzar al lado del trabajo y al dar la vuelta nos encontramos con un hombre, boca abajo, temblando y gritando.

Me doy cuenta que hay un operario de la mancomunidad hablando con alguien comunicándole que si, que esta vivo, que está temblanco, etc etc.

Le digo, ya vale de tantas explicaciones, diles que manden una ambulancia lo mas rápido posible y ya valoraran ellos que le ocurre.

No me hace ni caso y veo aparecer a 2 munipas de mi barrio, cuando se van a acercar aparece un coche de municipales y sonriendo les gritan, Dejarlo! Lo hemos tirado nosotros ahí! Está borracho, que duerma la mona!

Me enfrento a ellos y les digo, pero como podéis estar sonriendo viendo a una persona en el suelo boca abajo sufriendo.

Su respuesta fue, siga su camino que nosotros ya sabemos que hay que hacer.

En ese momento llega la ambulancia, y los municipales les dicen que se vayan que no son necesarios.

Mis compañeros me agarran del brazo y me arrastran al local diciéndome que voy a dormir en la comisaria como no me calle.

En vez de acompañarles a almorzar me quedé en la puerta, viendo la escena (es lo que mejor sabemos hacer)

Veo como se van todos los municipales y el hombre se queda en el sitio.

La gente pasa, mirándole y sigue de largo.

De repente veo a una mujer que se para, le habla, le ayuda a levantarse y le acerca a una silla y lo sienta.

Solo pensé una cosa, porque no fui yo capaz de hacerlo?

Nos estamos volviendo anti-sociales e inhumanos, y yo no quiero.

Bueno, ya os he dado bastante la tabarra.

A ver si soy capaz mañana de contaros algo bueno, que os aseguro que haberlo ailo, lo difícil es encontrailo.

Parar este Mundo que yo me bajo.

Y ahora unos chistes

 

Las Madres olvidadas

 

Hoy hablo de las madres olvidadas.

Nosotras hemos tenido que aprender a vivir solo con el recuerdo, cada día más borroso, de aquellos días felices, marcados por la entrega de incalculable dosis de amor incondicional.

Hay madres de diversos tipos: madres que se dedican al hogar, las que tienen que salir a trabajar por necesidad o porque desean desarrollarse profesionalmente.

Las que han dejado sus sueños a un lado para convertirse en cuidadoras absolutas de sus vástagos, las independientes, las madres solteras, las emprendedoras, las abandonadas por sus maridos, las exitosas, las abnegadas, en fin, a todas:

FELIZ DIA DE LA MADRE

No obstante, con suma tristeza debemos aceptar que hay madres que han sido olvidadas, pues no todos lo hijos piensan así, o bien, son incapaces de demostrar algo de respeto y consideración, aun cuando todavía están a tiempo de hacerlo.

Las que hemos sufrido frialdad, indiferencia e ingratitud de nuestros propios hijos.

Esos seres que cuidamos, protegimos y por quienes nos sacrificamos durante muchos años desde que nacieron, al crecer optaron por alejarse, por abandonar a su suerte a quienes les dieron la vida, dejando una amarga sensación de vacío y soledad.