miércoles, 31 de mayo de 2017

El hombre mas Feliz del Planeta

Comparto con vosotros este artículo que me ha parecido interesantísimo, creo que deberíamos aprender mucho de el.

Por David Jiménez, FotografÍas de Neema Frederic
¿Una bonita casa en la playa? Matthieu Ricard prefiere el monasterio apartado de toda civilización donde vive, en las montañas de Nepal. ¿Una cuenta bancaria boyante? Ha entregado todo el dinero de las ventas de sus libros a la caridad. ¿Quizá un matrimonio bien avenido o una excitante vida sexual? Tampoco: a los 30 años decidió acogerse al celibato y dice cumplirlo sin descuidos. En realidad, Matthieu Ricard carece de todas las cosas que los demás perseguimos con el convencimiento de que nos harán un poco más felices. Y sin embargo, este francés de 61 años, biólogo molecular hasta que decidió dejarlo todo y seguir el camino de Buda, es más feliz que usted y yo. Mucho más feliz. El más feliz.
Científicos de la Universidad de Wisconsin llevan años estudiando el cerebro del asesor personal del Dalai Lama dentro de un proyecto en el que la cabeza de Ricard ha sido sometida a constantes resonancias magnéticas nucleares, en sesiones de hasta tres horas de duración. Su cerebro fue conectado a 256 sensores para detectar su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y así con decenas de sensaciones diferentes.
Los resultados fueron comparados con los obtenidos en cientos de voluntarios cuya felicidad fue clasificada en niveles que iban del 0.3 (muy infeliz) a -0.3 (muy feliz). Matthieu Ricard logró -0.45, desbordando los límites previstos en el estudio, superando todos los registros anteriores y ganándose un título –«el hombre más feliz de la tierra»– que él mismo no termina de aceptar. ¿Está también la modestia ligada a la felicidad? El monje prefiere limitarse a resaltar que efectivamente la cantidad de «emociones positivas» que produce su cerebro está «muy lejos de los parámetros normales».
El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en la contemplación y que carece de bienes materiales es capaz de alcanzar la dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un trabajo mejor, un coche más grande o una pareja más estupenda?
Los trabajos sobre la felicidad del profesor Richard J. Davidson, del Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, se basan en el descubrimiento de que la mente es un órgano en constante evolución y, por lo tanto, moldeable. «La plasticidad de la mente», en palabras del científico estadounidense, cuyo estudio es el quinto más consultado por la comunidad investigadora internacional.
Los científicos han logrado probar que la corteza cerebral izquierda concentra las sensaciones placenteras, mientras el lado derecho recoge aquellas que motivan depresión, ansiedad o miedo. «La relación entre el córtex izquierdo y el derecho del cerebro puede ser medida y la relación entre ambas sirve para representar el temperamento de una persona», asegura Ricard, que durante sus resonancias magnéticas mostró una actividad inusual en su lado izquierdo.
Los neurocientíficos americanos no creen que sea casualidad que durante los estudios llevados a cabo por Davidson los mayores registros de felicidad fueran detectados siempre en monjes budistas que practican la meditación diariamente. Ricard lo explica en la capacidad de los religiosos de explotar esa «plasticidad cerebral» para alejar los pensamientos negativos y concentrarse sólo en los positivos. La idea detrás de ese concepto es que la felicidad es algo que se puede aprender, desarrollar, entrenar, mantener en forma y, lo que es más improbable, alcanzar definitivamente y sin condiciones.
Éxtasis mental. Lograr el objetivo de la dicha no es fácil. Ricard ha escrito una decena de libros –estos días combina sus retiros espirituales con la promoción de su obra Happiness en el mundo anglosajón– y cientos de artículos tratando de mostrar el camino y, aunque la mayoría de sus obras se han convertido en éxitos editoriales, el propio autor descarta que su lectura garantice el éxito. Al igual que un logro en atletismo o en la vida laboral, el cambio sólo es posible con esfuerzo y tenacidad, pero Ricard asegura que todo habrá merecido la pena una vez se alcanza el estado de éxtasis mental que logran los elegidos. En su Defensa de la felicidad (Urano), la traducción de su último libro publicado en España, el monje explica cómo nuestra vida puede ser transformada incluso a través de variaciones mínimas en la manera en que manejamos nuestros pensamientos y «percibimos el mundo que nos rodea».
Es un viaje hacia el interior de uno mismo que Matthieu Ricard recorrió contra todo pronóstico. Nacido en París en 1946, el «monje feliz», como se le conoce en todo el mundo, creció en un ambiente ilustrado. Su padre, Jean-François Revel, fue un reconocido escritor, filósofo y miembro de la Academia Francesa que reúne a la elite intelectual del país galo. Su madre dedicó gran parte de su vida profesional a la pintura surrealista y tuvo un gran éxito antes de convertirse también ella en monja budista. Ricard vivió en su juventud los excesos propios del París de los años 60 y tras terminar sus estudios de secundaria se decidió por las ciencias. Hizo su doctorado en genética celular en el Instituto Pasteur de París y trabajó con el premio Nobel de medicina François Jacob. Parecía destinado a convertirse en uno de los grandes investigadores del campo de la biología cuando le dio a su padre el disgusto de su vida.
El estudio de textos budistas desencadenó una llamada espiritual que le llevó a dejarlo todo. Decidió que el laboratorio no era lo suyo y partió hacia el Himalaya para hacerse discípulo de Kangyur Rinpoche, un histórico maestro tibetano de la tradición Nyingma, la más ancestral escuela del budismo. Era 1972 y las próximas tres décadas de este francés de carácter suave y cultura exquisita –el único europeo que lee, habla y traduce el tibetano clásico– iban a ser dignas del mejor guión de una película.
Tras estudiar con los grandes maestros del budismo, pasar meses en retiros y recorrer los pueblos del Himalaya, conoció al Dalai Lama y en 1989 se convirtió en uno de sus principales asesores y en su traductor al francés. Su posición como mano derecha del Señor de la Compasión le ha convertido en la figura budista occidental más influyente del mundo y llevaron al gobierno francés a concederle la Orden Nacional Francesa.
La vida elegida por Ricard le enfrentó a los ideales en los que se había formado y al ateísmo de su padre. Ambos decidieron discutir sus diferencias en El monje y el fisólofo, un diálogo que sólo en Francia vendió 500.000 copias y en el que la búsqueda de la felicidad está presente en cada capítulo. «Tenía muchas esperanzas en su futuro profesional y me parecía una lástima que abandonara [su carrera científica]. Después me di cuenta de que había transferido su espíritu científico al estudio del budismo», decía el padre antes de morir, una vez hubo aceptado la elección de Matthieu.
La idea de Ricard de ofrecerse para los estudios de la mente que llevaba a cabo la Universidad de Wisconsin estuvo influenciada por el propio Dalai Lama, que durante años ha colaborado con científicos occidentales, facilitando el análisis cerebral de los monjes y su capacidad de aislar la mente durante las sesiones de meditación. Uno de los aspectos que más ha fascinado a los investigadores es la capacidad de los monjes de suprimir sentimientos que hasta ahora creíamos inevitables en la condición humana: el enfado, el odio o la avaricia. El estudio de sus cerebros demuestra una capacidad extraordinaria para controlar sus impulsos basados en el principio de que Buda no prometió a sus seguidores la salvación en el cielo, sólo el final de sus sufrimientos en la tierra si lograban controlar sus deseos. Para muchos ese ha sido uno de los puntos flacos del budismo: la limitación de las ambiciones personales y la pasividad.
Ricard suele acudir a una anécdota del Dalai Lama para negar que el control de los impulsos negativos sea igual a pasividad o falta de respuesta, por ejemplo ante un crimen o un genocidio. «Alguien le preguntó en una ocasión al Dalai Lama qué haría si alguien entra en una habitación para matar a todos los presentes. Su respuesta irónica fue: «Empezaría por dispararle a las piernas. Y si eso no funciona, apuntaría a la cabeza».
Ricard cree que el problema es que nuestros sentimientos negativos hacia otras personas no están a menudo justificados, sino que los hemos creado nosotros en nuestra mente de forma artificial como respuesta a nuestras propias frustraciones. Y ése es uno de los impulsos que el monje francés piensa que hay que aprender a controlar si se quiere ser feliz. Para el escritor, la felicidad es «un tesoro escondido en lo más profundo de cada persona». Atraparla es cuestión de práctica y fuerza de voluntad, no de bienes materiales, poder o belleza. Los que llegan al final del viaje y logran la serenidad que lleva a la dicha, asegura Ricard, sienten lo mismo que «un pájaro cuando es liberado de su jaula».
Satisfacción filipina. Tampoco es necesario leer a este hijo adoptivo de Buda o retirarse a un templo en el Himalaya para comprobar que el «dinero no da la felicidad». Los habitantes de las barriadas pobres de Manila se muestran, a pesar de sus dificultades, aparentemente más contentos que los tiburones financieros de la vecina y multimillonaria Hong Kong. Cada vez que se hace una encuesta sobre felicidad global, los filipinos aparecen entre los pueblos más satisfechos. Ni la pobreza ni el hecho de que su país haya sido declarado el «lugar del mundo más afectado por los desastres naturales» por el Centro para la Investigación y Epidemiología de Desastres parecen afectar su visión positiva de la vida. Su intensa vida social y familiar compensa penurias privaciones. Los honkoneses, con una renta per cápita 20 veces mayor, aparecen sistemáticamente en los últimos lugares en los mismos sondeos de felicidad. La presión consumista, el estrés y el deterioro de las relaciones sociales figuran entre las causas de insatisfacción más citadas por los ciudadanos. Todo el desarrollo y el dinero del mundo no han logrado levantar el ánimo de la Nueva York de Asia.
Matthieu Ricard ve en resultados como éste la prueba de que cualquiera, no importa las desgracias que haya vivido, puede alcanzar la felicidad si cambia el chip mental que a menudo nos hace detenernos en los aspectos negativos de la existencia. Incluso la pérdida de los seres queridos puede sobrellevarse con relativa facilidad si se afronta la muerte desde una perspectiva nueva, menos centrada en su dramatismo. «Mi padre murió el año pasado a los 82 años. Como dependía tanto de su brillantez intelectual, cuando se vio limitado se desanimó», asegura el monje, para quien la muerte de quienes nos rodean debe ser aceptada como un paso más en el ciclo natural de la vida y no necesariamente como un episodio triste. «El mejor homenaje que podemos ofrecer a los que ya no están con nosotros es vivir la vida de forma constructiva, ser conscientes de que nacemos solos y morimos solos. ¿Por qué no sentir que cada ser humano es nuestro familiar, que cada casa es nuestro hogar?».
Los investigadores que han estado analizando las emociones de Ricard creen que los resultados podrían servir para paliar enfermedades como la depresión y llevar a la gente a entrenar una mente saludable de la misma forma que hoy se acude al gimnasio a mejorar la forma física. Más aún, si como sugiere Ricard, una de las claves de la satisfacción personal es el control y la supresión de instintos negativos como el odio, y si existe una forma de limitarlos, estaríamos ante la posibilidad de mejorar la condición humana y enmendar sus peores defectos.
Por supuesto son muchos los que apuntan a la inocencia y la sobredosis de utopía que supone pensar en una aldea global en la que todo el mundo perdona a los demás y nadie se enfada con nadie, un mundo basado en las buenas maneras y sentimientos, sin guerras ni luchas de poder. El monje francés responde a quienes dudan con la pregunta que mejor define su visión de la vida: «¿Acaso quieres vivir una vida en la que tu felicidad dependa de otras personas?».
Matthieu Ricard no quiere. Por eso en lugar de una casa en la playa ha elegido una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen; por eso ha regalado los millones de euros procedentes de sus libros (se han vendido millones de copias en todo el mundo y han sido traducidos a una decena de lenguas); y quizá por eso ha evitado los conflictos propios de la vida matrimonial. El «hombre más feliz del mundo» no sugiere que todo el mundo haga lo mismo para encontrar la dicha. Sólo que aprendamos que la deseada casa de la playa, los millones en el banco o esa pareja tan atractiva tampoco nos conducirán a ella. Aprender a contentarnos con lo que tenemos quizá sí.
  • Vejez: Cuando la agudeza mental y la acción disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
  • Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.
  • Soledad :existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
  • Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
  • Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, ésa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
  • Conflictos de pareja minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
  • Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
  • Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
  • Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
  • Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado, estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.
Su última obra traducida al español: «Defensa de la felicidad» (Urano).

Chistes en la playa nudista








Noticias 31/5/2017


Tranquilos, no pasa nada, esto no es titular.



Los borregos intentando ganarse la vida de cualquier manera, esto al final va a ser una jungla. Ganara el mas fuerte



Iglesias, esta vez te has arrimado a quien no debes, no creo que pensaras que ibas a salir en la foto con un huevo en la cabeza.



Movilización? si pero para que pagues por todo lo robado.



Y siguen con sus jueguecitos, a ver si les compramos una nintendo.



Creo que tenemos muchísimas mas cosas importantes que cambiar eso también. A quien le molesta?


 

Para Trump lo de amenazar lo ha convertido en un habito.

martes, 30 de mayo de 2017

El pan que consumimos a diario

Yo, hoy, después de haber visto el programa de ayer, por primera vez en mucho tiempo, no he comprado pan.

Al revés, voy a indagar, a ver de que forma, puedo llegar a hacer un pan casero , aunque solo sea los domingos.

No estoy dispuesta a enfermar por culpa de comer un alimento básico como es el pan.

Si que es cierto que es nuestra culpa.

Como podemos pensar que una barra que pagamos 45 céntimos puede ser comestible.

A la vista, recién sacado del horno, calentico, de la panadería a casa, no necesitaba ni jamón dentro para darle un buen repaso.

Pero eso se ha acabado.

Quiero que leáis lo que he sacado de los comentarios del programa y si podéis lo buscáis en internet y lo veis entero.

Ah, y si pensáis que el integral se salva, no, es peor.

Compraron en 4 sitios distintos

* Gran superficie

* Bazar chino

* Cadena de pan

* Panadería especializada

Y después de analizarlos , ninguno era integral.

Lo comentaron a cámara con la OCU y preguntándoles si eso no era un fraude, contesto que sí, pero Sanidad lo permitía y ellos no podían hacer nada.

En uno de los envoltorios ponía , en letra no demasiado pequeña, que el pan podía contener partículas de pescado, chocolate, aceite de palma y varias alegrías mas de esas.

Eso es lo que les damos a nuestros hijos en los bocatas?

Luego nos extrañan las enfermedades, estómagos hinchados, intestinos vagos, cáncer de colon, etc.

SANIDAD LO SABE Y LO PERMITE en algo tan básico como es el pan.


Cuatro emite este lunes 22 de mayo, a las 22:40 horas,  un nuevo entrega de ‘En el punto de mira‘ en el que ofrecerán mañana los resultados de una investigación que, entre otros cosas, descubrirá cómo se fabrica el pan habitual de nuestro día a día, qué nutrientes aporta y si es posible comprar auténtico pan integral en España.
Los reporteros Boro Barber y Marta Losada recorrerán Madrid, Barcelona, Tarragona, Sevilla y Zaragoza para investigar qué tipo de pan se vende en España y para descubrir el secreto del pan blanco. ¿Por qué cada día se vende más barato? ¿Afecta este tipo de pan a la salud?
La constante guerra de precios ha hecho que se tire también por los suelos la calidad de los ingredientes que se usan para hacer una barra de pan. Comprobamos que el pan que normalmente es más barato y que se produce de una forma rápida, en apenas 2 horas, contiene más azúcares y menos nutrientes y que puede resultar perjudicial para la salud. El tiempo de fermentación determina la calidad del pan. Si se compara un pan realizado en 2 horas y otro en 48 horas, se comprobará que el del proceso más largo de elaboración contiene menos azúcar, menos gluten, ayuda a la digestión y contiene más nutrientes. Expertos en el consumo de pan industrial alertan que el consumo prolongado de pan de baja calidad puede causar cefaleas, infertilidad, alopecia, y distensión abdominal.
El pan integral tampoco está a salvo: cada año se venden en España más de 170.000 toneladas de pan integral, según el Ministerio de Agricultura: ‘En el punto de mira’ demostrará que muchas de ellas no son realmente de pan integral y el fraude es masivo. Ante las cámaras del programa podrá verse si alguna de las barras de pan seleccionadas en el mercado como “pan integral” cumple los requisitos mínimos.

I C T U S - No hay que perder el tiempo



El diario granadino Ideal recogía hace unos días una historia sorprendente. Un joven recibió un mensaje de wasap absurdo enviado por su hermana. “Nem ptmomto” o “Q m stocmut msli” eran algunas de las frases sin sentido que aparecieron en su teléfono y que le dieron la pista de que algo iba muy mal. Rápidamente fue a recogerla para ingresarla en el hospital.
Esa rapidez de reflejos de su hermano le salvó la vida, simplemente porque su fue capaz de identificar uno de los síntomas que aparecen cuando una persona está sufriendo un ictus cerebral.
La distextia es una alteración del lenguaje escrito, y como variante de la afasia (trastorno del lenguaje o incapacidad de comunicarse correctamente) es una de las señales que debemos tener en cuenta a la hora de detectar pronto un ictus.

Yo lo he vivido cerca, una conocida del barrio, estaba comiendo en casa de su hermana , comida familiar, y empezó a decir cosas sin sentido, de inmediato la llevaron a urgencias y le estaba dando un ICTUS, hoy esta estupenda y no le ha quedado ninguna secuela. Todo por la prontitud de sus familiares.



No se porque, pero hoy es habitual escuchar a nuestro alrededor que alguien ha sufrido un ICTUS, nadie estamos libres!


Existen pequeños trucos para detectar los síntomas del ictus:
Dile que levante un brazo. Si no puede o tiene dificultades puede ser un síntoma. NO lo dudes y llama o acude a urgencias.
Si dice palabras o frases inconexas: Señala y pregúntale cómo se llama algún objeto, intenta hablar y que describa la habitación donde está o cómo se siente. Si intercambia palabras o notas alguna alteración del lenguaje, no lo dudes y llama o acude a urgencias.
Intenta que sonría. Si su cara se ve desfigurada, si no puede mover algunos músculos de la boca y parece flácida, no lo dudes y llama o acude a urgencias.
Nos gustaría ser muy claros, por eso repetimos con insistencia: llama o acude a urgencias. Y no esperes a que haya varios síntomas, con uno de ellos es suficiente. La diferencia entre conocer estos síntomas y actuar rápidamente puede salvar vidas.

Hoy nos reimos con los Polis








Noticias 30/5/2017


Siempre buscando el limite, no se que le pasa a esta juventud, no temen a nada!



Lo único que no has hecho es matar a nadie con el coche, pero no por eso te mereces perdón, a la jaula del fondo del mar.


Menos mal que por lo menos se quedó la placa!


 

Hablan de millones de euros en los fraudes como nada, que vergüenza!


 

Como es en Bagdad, no pasa nada! esos para el mundo son ciudadanos de segunda o de tercera.



Ser mujer en este mundo es un problema! y eso que una mujer es la madre de todos esos sinvergüenzas



No se a que esperan las autoridades para detener a sinvergüenzas con tantos antecedentes . Ah, Si! esperan a que cometan una barbaridad.

lunes, 29 de mayo de 2017

Hoy la ironia de Forges







Noticias 29/5/2017


Parece que estén en el cole haciendo jugarretas, pero no, son políticos , de los que cobran por ayudar a gobernar nuestro Pais



Uno a la semana, creo que juegan con fuego y se les deja.



Es mas peligroso ser mujer que andar a 200 con la moto. Tienes mas probabilidades de que te mates.


Hombre, yo sin haber estudiado mucho no me hubiera costado tanto tiempo decidirlo, un guarda forestal que no puede andar! 



 

Mucho Madrid, mucha tontería, pero si te entran tus necesidades tendrás que ir entre 2 coches.


 La sangría humana de nuestro siglo, y nadie hace nada. SON PERSONAS!!! que la mayor desgracia que tienen es haber nacido donde lo han hecho.

 

Que mas da ataque terrorista o borracho? el daño lo hacen igual!