El exceso de higiene y el abuso de los desinfectantes, algo
habitual durante estos días, puede romper la primera
barrera defensiva del cuerpo, la piel, y sus barreras
protectoras (manto ácido, hidro-lipídico, bacterias benignas, etc.).
- Sequedad
y aparición de grietas: el jabón y el agua en exceso, así como el uso
de geles desinfectantes, pueden hacer que se elimine el manto lipídico de
la piel.
- Eczema
irritativo: una
reacción inflamatoria de la piel que acaba en descamación y picor como
resultado de la exposición, repetida y continuada, a sustancias o factores
irritantes que dan lugar a lesiones cutáneas. La limpieza excesiva, la
humedad mantenida, agentes detergentes, productos ácidos, etc., pueden alterar
la estructura normal de la capa más superficial de la piel.
- Eczema
alérgico de contacto: puede desarrollarse en personas previamente
sensibilizadas a sustancias concretas.
- Dermatitis
de contacto: es
una reacción que suele manifestarse en forma de enrojecimiento e inflamación,
según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma
Pediátrica (SEICAP). Da picor, en ocasiones intenso. Es más común en
personas que se han sensibilizado a una sustancia externa y es más
frecuente si ya hay daños previos en la piel, como dermatitis atópica o
psoriasis. También existe una predisposición genética a sufrir este tipo
de alergia.
- Alteración
del microbioma: si
bien el gel hidroalcohólico puede matar los microbios potencialmente
peligrosos, también altera las comunidades de bacterias beneficiosas en la
piel. Cuando usamos estos desinfectantes, eliminamos todos los microbios
que residen en nuestra mano, buenos y malos. Esto puede dar lugar a malos
olores,hongos o infecciones de uñas.
Pasos para la desinfección de manos
eficaz y segura con gel
La OMS hace unas recomendaciones sobre cómo
utilizar correctamente el gel para la desinfección de manos, un proceso que
tendría que durar unos 20-30 segundos y que consta de los siguientes pasos:
1. Verter una cantidad de producto en
la palma de la mano.
2. Frotar las manos entre sí; la palma
de una mano contra el dorso de la otra entrelazando los dedos; las palmas de
las manos entre sí; el dorso de los dedos con la palma de la mano opuesta; los
pulgares con un movimiento de rotación.
3. Dejar secar. Es quizás uno de los
pasos más importantes para que así los vapores se dispersen. "Una vez
secas, tus manos estarán seguras", admite la OMS.