La Silla Vacía en la Cena de Empresa
Cuenta la leyenda que, en ciertas cenas de empresa, existe
una tradición secreta que nadie menciona, pero que todos temen: la
silla vacía. Nadie sabe cómo ni por qué aparece, pero siempre queda
una silla libre en la mesa, aunque la organización haya confirmado que todos
los lugares estaban ocupados.
El origen de esta leyenda se remonta a una cena navideña de
una gran empresa de marketing en los años 90. Según dicen, un empleado llamado
Raúl llevaba semanas intentando ganarse el favor de su jefe. Era un joven
ambicioso, siempre dispuesto a destacar. En esa cena, todo iba según lo
planeado hasta que, en un momento de la noche, Raúl fue invitado a un brindis
especial en un salón aparte. Nunca más se le volvió a ver.
Desde entonces, en esa empresa, durante cada cena navideña,
se reservaba siempre una silla en su honor. Pero aquí viene lo inquietante:
empleados de otras empresas han empezado a notar que, al organizar sus propias
cenas, también aparece esta silla misteriosa.
Se dice que quien se siente en la silla vacía, por curiosidad
o por no creer en la historia, experimenta cosas extrañas: sensación de frío en
pleno salón abarrotado, susurros ininteligibles entre las conversaciones, y
hasta ver sombras en los reflejos de las copas de vino. Lo más aterrador es que
esas personas a menudo acaban renunciando al trabajo días después, alegando
haber tenido sueños perturbadores en los que Raúl les advertía que "el
éxito tiene un precio que no siempre merece la pena pagar".
Ahora, cuando alguien nota la silla vacía en una cena de
empresa, todos intentan ignorarla, evitando siquiera mencionar que está allí.
Porque si lo haces, dicen que te estarás "postulando" para ser el
próximo en ocupar ese lugar especial en una historia que no querrás
protagonizar.
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