domingo, 12 de noviembre de 2023

Nuestra Mochila

 


Nuestra mochila.

Lo he visto en un anuncio de la TV, y lo he entendido.

No sabía el porqué ni entendía el peso tan grande que algunos días me hacía agacharme para soportarlo.

Y ahora lo sé, es mi mochila, el peso que arrastro después de tantos años de vivencias.

Nadie nos ha enseñado como sobrellevarlo, parecía como si fuera natural.

Pues no, es nuestra carga de lo que nos importa y nos preocupa.

Los únicos que podemos aprender a llevarlo, somos nosotros, intentando dar importancia solo a lo que la tiene.

Y de vez en cuando, poder descargarla un rato, para coger aliento y seguir.

Lástima que no haya carritos con ruedas para cargarla en ellos.

Pero como dicen, Dios aprieta pero no ahoga, la carga personal que nos da siempre tendrá un límite para que podamos llevarla.

Parar este Mundo, que necesito apoyar mi mochila un rato.


2 comentarios:

  1. Llegamos a la vida con una mochila vacía. Bueno quizá no tanto, porque la carga genética determina el lugar donde naces y hasta la familia que toca.

    A esas condiciones con las que el mundo te recibe empiezan a unirse otras cosas diversas que, poco a poco, que a medida que transcurre nuestra vida vamos poniendo en la mochila.

    No esta nada mal cargar a nuestra espalda los recuerdos de las vivencias pasadas, pero, también conviene, saber cuando desprenderse de aquellas cosas que ya no nos aportan nada en el vivir cotidiano.

    La vida la proyectamos hacia adelante y a nuestra espalda van quedado; el paso tiempo, los conocimientos y las experiencias adquiridas; las emociones; los amores y desamores vividos y tal vez sufridos; el cariño y el afecto de nuestra familia y de nuestros amigos.

    El pasado ya paso, no hay que esperar que vuelva, porque lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.

    Vaciar la mochila de aquello que ya no nos aporta positivismo es salud mental, amor por uno mismo, es en definitiva, desprenderse de lo que ya no forma parte de nuestra vida.


    Saludos:

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    1. Tienes toda la razon, pero pienso que a veces la mochila la tenemos pegada a la espalda y ni con espatula somos capaces de soltar lastre. Un Abrazo Amigo!

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Por favor, todo comentario o escrito CONSTRUCTIVO, espero entre todos no avergonzarnos de ponernos al nivel de los que no queremos.
Gracias