jueves, 5 de septiembre de 2024

Capitulo 2 - La Cuadrilla

 

Capítulo 2: El Solterón de Bilbao

Escenario:
De nuevo en el Bar El Rincón, el lugar donde la cuadrilla pasa sus mejores y peores momentos. Hoy es un día especial: Rafa ha invitado, por obligación de su mujer, a su cuñado Iñaki. Los chicos ya lo conocen de vista, pero nunca han pasado tiempo con él en el bar. El ambiente está cargado de expectativa porque Iñaki es un personaje… peculiar.

Personaje Nuevo:

1.    Iñaki "El León de Bilbao":
Iñaki es el hermano de la mujer de Rafa, un tipo de unos 50 y tantos años, solterón por elección (o al menos eso dice él). Alto, corpulento, con una voz que parece retumbar en las paredes del bar. De Bilbao, claro, y lo repite cada vez que tiene la oportunidad. Tiene una opinión sobre absolutamente todo y se cree experto en cualquier tema, aunque sus conocimientos son más bien escasos. Su autoestima es tan alta como el puente colgante de su tierra natal, y se las arregla para, sin querer, ser aún más fastidioso que los defectos individuales de cada miembro de la cuadrilla.

Trama del Capítulo:

La cuadrilla está relajada, tomando unos zuritos, cuando entra Iñaki, con la confianza de alguien que cree estar en un estadio de fútbol y no en un bar. Saluda a todos como si fuera el alcalde de Bilbao, estrechando manos con una sonrisa que parece que puede venderle un coche usado a cualquiera. Rafa se pone tenso, ya sabe lo que viene.

Iñaki no tarda ni cinco minutos en empezar a soltar perlas. Se sienta, mira alrededor y suelta:

— ¡Vaya sitio pequeño! Si esto fuera Bilbao, tendríais una barra el triple de larga. Y el café… bah, ni comparación.

Luis, siempre el más callado, intenta hacerse pequeño, pero Iñaki lo atrapa con una mirada penetrante.

— ¿Y tú? ¿Quién eres? No te había visto por aquí. ¿No te sobran unos euros para pagar la ronda? —dice con una risita socarrona.

Luis sonríe nervioso, sabiendo que hoy tampoco va a tocar la cartera.

Pepe "El Trepa" ve en Iñaki una oportunidad de algún negocio o contacto interesante, y se lanza:

— Iñaki, tú que eres un tipo con mundo, ¿qué opinas de mi idea de franquicias de recreativas?

Iñaki lo mira con desdén y responde:

— ¿Franquicias? Eso en Bilbao lo hacemos con una mano atada a la espalda. Pero no te lo recomiendo, chaval. A no ser que seas tan listo como yo, claro.

Pepe, confundido pero no queriendo quedar mal, asiente como si hubiera recibido un sabio consejo. Mientras tanto, Manolo "El Mago" observa desde la distancia, sabiendo que la tormenta no ha hecho más que empezar.

Cuando el tema de conversación se desvía hacia fútbol, Iñaki aprovecha para recordarles que "en Bilbao solo juegan los de casa", y que si el Athletic jugara en cualquier otra ciudad, ganaría la Champions cada año. Nadie se atreve a contradecirlo.

Poco a poco, los defectos de Iñaki empiezan a saturar el ambiente. Interrumpe, se vanagloria, critica, y todo con ese tono de superioridad que acaba por exasperar a todos. Incluso Rafa, que está acostumbrado a aguantarlo por obligación familiar, se empieza a poner nervioso.

Finalmente, llega el momento más esperado: la cuenta. Iñaki se levanta de golpe, se mete la mano en el bolsillo, y justo antes de decir que paga, exclama:

— ¡Me han robado la cartera! Debe haber sido en la última sidrería en Bilbao. ¡Qué mala suerte, eh!

Luis es el único que sonríe con alivio al ver que, por una vez, no es el único en intentar escabullirse del pago. Pero esta vez, Carmen, la dueña del bar, conociendo a la cuadrilla, ya tiene la cuenta hecha a nombre de Rafa. Él, resignado, paga mientras mira de reojo a Iñaki, quien sigue hablando como si nada hubiera pasado.

La cuadrilla sale del bar, algo exhausta por la "energía" de Iñaki, y entre risas nerviosas, todos coinciden en que ese tipo, con un ego así, no podía haber nacido en otro sitio que no fuera Bilbao.


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