Capitulo 8 - La Cuadrilla

 

Capítulo 8: Un "Crossover" Cultural

Trama del Capítulo:

— Esto es lo más grande que hemos hecho en años —dice Rafa, mirando a la cuadrilla que está ya entre el jaleo de sevillanas y aurreskus, con la barra rebosante de pintxos, jamón ibérico y, por supuesto, litros de sidra y rebujito.

Curro, en su salsa, grita desde una esquina del bar.

— ¡Sevillanas para todos! A ver si esos del norte aguantan el ritmo.

Luis, siempre el más perdido, intenta seguir los pasos de baile con su típico desatino, moviéndose al compás de la música mientras sus brazos van por un lado y sus pies.

—¡Luis! ¡Parece que estás bailando con un calamar, no con una persona! —grita Manolo, mientras suelta una carcajada.

Iñaki no deja pasar la oportunidad y, con su característico tono fanfarrón, se planta en medio del bar con los brazos en jarra:

— ¡Escuchadme bien! No se necesita tanto adorno para pasarlo bien. ¡Un par de sidras y lo arreglamos!

Sin embargo, antes de que Curro pueda responder, los amigos de Iñaki empiezan a cantar en euskera, lo que provoca la curiosidad de los andaluces. A los pocos segundos, los sevillanos están intentando seguir la letra sin entender ni una.

— ¡Esto es de locos! —exclama Rafa, mientras intenta coordinar a los dos grupos, aunque ya está claro que la fiesta tiene vida.

Curro, con su típico arte andaluz, no puede evitar hacer un comentario:

— Anda que los del norte... ¡Son buenos para levantar piedras, pero no para mover los pies!

Iñaki, sin perder su compostura, responde:

— Al menos nosotros no necesitamos sol para ser felices, con una buena txapela y una sidra, nos vale.

El cruce de chistes y bromas entre el norte y el sur sigue toda la noche, pero en el fondo, todos están disfrutando a lo grande. Luis, después de varios intentos fallidos de aprender a bailar sevillanas, finalmente se rinde y decide inventarse su propio paso, que es una mezcla absurda entre aurresku y fandango.

— ¡Mira, Rafa! ¡Luis ha inventado un baile nuevo! —grita Manolo, casi doblado de risa.

La cuadrilla no puede más de la risa. Al final, como siempre, todo acaba con la típica reconciliación y brindis.

— Al final, lo que importa es la fiesta y estar juntos —dice Rafa, levantando su copa de sidra

— ¡Eso, hombre! ¡Que aquí lo que sobra es alegría! —añade Curro.

Y así, entre pintxos, jamón, sidra y rebujito, la cuadrilla cierra otra noche inolvidable. La mezcla de culturas ha sido todo un éxito, con mucho humor y, como siempre, el espíritu de camaradería que los une a todos.