lunes, 2 de septiembre de 2024

Capitulo 9 - La Comunidad el Buen Vivir"

 

Día 48: "El Club de Detectives del Relleno"

La noticia del cadáver en el descansillo se había esparcido como la pólvora por la Comunidad del Buen Vivir. A pesar de que la policía había hecho su trabajo, las vecinas, especialmente nuestras ya queridas Carmen, Conchita y Maruja, no estaban satisfechas. Habían decidido que necesitaban formar lo que ellas llamaban "El Club de Detectives del Relleno". Lo hacían a la vieja usanza: con libretas, bolígrafos, y una pasión desbordante por el misterio.

"Tenemos que ser discretas", susurró Maruja en una de las reuniones secretas que realizaban en el cuarto de limpieza. "Si los vecinos saben que estamos investigando, pueden ponerse nerviosos."

"¡Exacto!", añadió Carmen, quien había traído una lupa, solo porque le parecía que así se veía más profesional. "Nuestro primer paso debería ser revisar la lista de deudores de la comunidad. Seguro que alguien debía dinero y no lo quiere admitir."

Conchita, que siempre había sido la más pragmática, sacó una lista arrugada de su bolsillo. "Aquí la tengo. Es del año pasado, pero seguro que los morosos no han cambiado mucho."

Día 49: "Interrogatorios Caseros"

El "club de detectives" decidió que era hora de hacer preguntas, pero, claro, no querían parecer demasiado obvias. Así que cada una de ellas tomó a su cargo a un grupo de vecinos y comenzó a interrogar de la manera más sutil que podían.

Maruja se encargó del vecino del primero, Don Eustaquio, un hombre de pocos amigos que siempre parecía saber más de lo que decía. "Eustaquio", comenzó, "¿has visto algo raro últimamente? Como, no sé, alguien nuevo por aquí… ¿alguna cara desconocida?"

Eustaquio la miró de reojo, con esa mirada que siempre ponía cuando algo le olía mal. "No, Maruja, no he visto nada. ¿Por qué preguntas? ¿Tienes miedo?"

Maruja se dio cuenta de que debía cambiar de táctica. "No, hombre, es solo que… bueno, como sabes, la seguridad de todos es importante. ¡Y no querríamos que algo le pasara a alguno de los nuestros!"

Mientras tanto, Carmen se había hecho amiga de la portera, María, quien era un verdadero pozo de información. "María, hija, tú que lo ves todo desde aquí, ¿no has notado algún comportamiento raro de los vecinos? Ya sabes, alguien que de pronto se volvió más silencioso… o más hablador."

María, que adoraba los cotilleos, no dudó en compartir lo que sabía. "Bueno, ahora que lo dices, he visto al vecino del cuarto, ese que nunca saluda, bajando por las escaleras a las tantas de la madrugada. Y llevaba una bolsa muy sospechosa… no sé qué habrá dentro."

Carmen anotó todo en su libreta. "Interesante… muy interesante."

Día 50: "Pistas Confusas"

Mientras el "Club de Detectives del Relleno" seguía con su misión, la comunidad comenzaba a llenarse de rumores. Los vecinos empezaban a mirar a todos con recelo, como si cada uno de ellos pudiera ser el culpable.

Las abuelas, sin embargo, estaban más que felices con la situación. Finalmente, tenían algo emocionante de lo que hablar, algo que no involucraba solo quejas sobre la televisión o el precio de la fruta en el mercado.

Sin embargo, las pistas que estaban recopilando no parecían llevar a ningún lado. Cada vez que creían estar cerca de una revelación, algo más surgía que volvía todo más confuso. El vecino del cuarto, que había sido visto bajando con la bolsa sospechosa, resultó estar cuidando de la gata de su tía, que acababa de fallecer. Eustaquio, quien siempre parecía tan sospechoso, resultó ser simplemente un hombre paranoico que había puesto cámaras de seguridad en su puerta porque temía que alguien le robara el periódico.

Pero la pista más desconcertante vino del vecino del quinto, Paco, quien de repente empezó a actuar de forma muy extraña. "He visto cosas, Maruja", le confesó un día mientras ella hacía la ronda en la azotea. "Cosas que no tienen explicación… y lo peor es que creo que me están vigilando."

Maruja, siempre dispuesta a darle la vuelta a cualquier situación, pensó que Paco estaba intentando desviar la atención, pero ¿por qué?

Día 51: "Un Descubrimiento Inesperado"

Una noche, mientras el "club" se reunía para analizar las pistas, Conchita mencionó algo que dejó a todas en silencio. "Sabéis", dijo, "el otro día, mientras estaba regando mis plantas, vi a alguien en el patio trasero… no era ningún vecino. Estaba rondando cerca del contenedor de basura."

Todas se miraron con ojos de sospecha. ¿Podría haber algún desconocido merodeando por la comunidad?

Decidieron investigar a fondo. Esa misma noche, armadas con linternas y sin ningún plan claro, se dirigieron al patio trasero. Lo que encontraron allí las dejó sin palabras. Alguien había escondido una bolsa de plástico bajo un montón de hojas secas.

Maruja, siempre la más valiente del grupo, se inclinó y abrió la bolsa. Dentro, encontraron varios papeles arrugados, una vieja libreta con números escritos y algo que las dejó heladas: una navaja con manchas de sangre seca.

"Esto… esto es una prueba", murmuró Conchita.

"¡Tenemos que llevar esto a la policía!", exclamó Carmen, aunque no sin antes hacer una foto con su móvil, por si acaso.

Pero antes de que pudieran hacer nada, una sombra se movió detrás de ellas. Al volverse, vieron a Paco, con una expresión que oscilaba entre la desesperación y el miedo.

"Yo… yo no quería hacerle daño", tartamudeó.

Día 52: "La Confesión"

Paco fue llevado al piso de Maruja, que en ese momento se había convertido en el centro de operaciones del "Club de Detectives del Relleno". Con una taza de té en las manos y el ceño fruncido, Paco comenzó a hablar.

"No era mi intención… solo quería que me dejara en paz", confesó. Al parecer, el hombre que había aparecido muerto en el descansillo había sido un prestamista que había estado acosando a Paco durante meses por una deuda que él no podía pagar. Paco había intentado razonar con él, pero las cosas se salieron de control.

"Lo que pasó esa noche fue un accidente", dijo Paco entre sollozos. "Él vino a reclamarme el dinero y cuando intenté explicarle que no lo tenía, se puso violento. En el forcejeo, cayó por las escaleras… y yo entré en pánico."

Las abuelas se quedaron en silencio, asimilando la confesión. No sabían si debían sentir compasión por Paco o entregarlo inmediatamente a la policía.

Finalmente, Maruja tomó la decisión. "Paco, sé que no querías hacerle daño, pero esto tiene que resolverse de la manera correcta."

Día 53: "El Epílogo del Misterio"

Paco fue entregado a la policía esa misma noche. Aunque su confesión dejó a todos en shock, los vecinos se sintieron aliviados de saber finalmente lo que había sucedido. El misterio que había sacudido a la comunidad durante días había llegado a su fin.

Sin embargo, para las abuelas, el "Club de Detectives del Relleno" había sido una experiencia inolvidable. Habían descubierto una nueva pasión por la investigación, y aunque el caso de Paco se había cerrado, sabían que no podían abandonar tan fácilmente sus libretas y lupas.

"Siempre hay algo que descubrir en esta comunidad", dijo Maruja con una sonrisa, mientras las otras dos asentían con entusiasmo.

Y así, mientras la policía se retiraba y la comunidad volvía poco a poco a la normalidad, las abuelas se quedaron observando el portal, sabiendo que, aunque este misterio había terminado, no pasaría mucho tiempo antes de que surgiera otro.


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