Por qué es tan fácil dormirse en el sofá y tan difícil volver a dormirse en
la cama
A todos nos ha
ocurrido alguna vez que nos hemos quedado dormidos en el sofá viendo una
película y al trasladarnos a la cama para seguir durmiendo, ha aparecido el
desvelo y nos ha costado mucho volver a dormirnos. Pueden haber pasado apenas
unos segundos entre un momento y otro y el sueño se nos ha perdido por el
camino, ¿por qué ocurre esto?
El
motivo tiene que ver con la naturaleza del sueño y también con nuestras
expectativas hacia él.
"El sueño no es un proceso voluntario "sino algo
que ocurre cuando se cumplen determinadas condiciones".
Una de ellas es que
hayamos pasado un tiempo despiertos, un tiempo durante el que
la necesidad de volver a dormir se va acumulando hasta alcanzar un nivel
suficiente para que tengamos sueño. Otra de ellas es que se den determinadas circunstancias
ambientales: que sea de noche, que haya oscuridad, un nivel
térmico confortable, que estemos tumbados, que nos sintamos seguros y
tranquilos... "Esto obviamente no tiene que ser así siempre, pero son los
requisitos generales para quedarnos dormidos".
En la cama, la
ansiedad por no dormir nos impide dormir
En principio, la cama debería ser el lugar ideal para que se
cumplan esas condiciones, y para la mayoría de la gente, así es. Pero para
otras personas, especialmente para las que ya han tenido problemas de sueño
previamente, meterse en la cama es un momento cargado de expectativas y
ansiedad precisamente por la preocupación
anticipada de no poder dormirse. "Acaban creando una
asociación negativa entre meterse en la cama y dormir que termina siendo
precisamente la causa, o una de las causas, de que no puedan dormir".
“Cuando una persona
empieza a pensar que no
va a dormir bien y al día siguiente se va a encontrar peor, ese pensamiento
genera una ansiedad que dificulta más el quedarse dormido”,
aseguraba al hablar sobre algunos consejos por si te desvelas en medio de la noche y
te cuesta volverte a dormir.
Si además antes de acostarnos hemos dado una cabezadita en el
sofá, hay otra dificultad añadida para dormirnos al llegar a la cama: hemos descargado esa necesidad de volver a
dormir que habíamos ido acumulando durante todo el día
desde que nos despertamos por la mañana, así que en ese momento ya no tenemos
tanto sueño.
En el sofá
podemos estar más relajados pero ojo con la tele
¿Y por qué en el sofá no hemos tenido problema para quedarnos
dormidos? "Porque cuando
estabas viendo esa película no estabas agobiado por no poder dormir".
En ese momento estabas realmente relajado y sin expectativas, en un sitio
cómodo y seguro. Se cumplían prácticamente todas las condiciones necesarias
para poder entrar en ese estado deseado pero involuntario.
Casi todas, porque hay una que no. "La luz en general
inhibe la producción de melatonina, una hormona que interviene
en el momento de conciliar el sueño. Esto es especialmente acusado con la luz azul que emiten las pantallas".
Por eso, según la experta, la televisión no es realmente amiga del sueño, sino
todo lo contrario.
Qué puedes hacer para evitarlo
Si esto te pasa una noche, puede ser molesto pero poco
importante. Pero si te pasa a menudo puede convertirse en un problema. Aquí van
algunos consejos para solucionarlo.
Por un
lado, evita
quedarte dormido en el sofá, delante de la televisión. Si estás
viendo una película y notas que te adormilas, apaga la tele y vete
inmediatamente a la cama. Si quieres seguir viendo la tele, "siéntate en
una silla o en un sitio menos cómodo hasta que se termine la película.
Además, crea una rutina básica y fija antes de acostarte en la
que el dormitorio esté reservado solamente para dormir: ni trabajar, ni usar el
ordenador, ni ver la tele... "La
cama solo debe ser para dos cosas: dormir y sexo".
“Vamos va la cama que hay que descansar
ResponderEliminarPara que mañana podamos madrugar…”
Es muy cierto que si se hecha una cabezadita entre horas, luego a la hora de ir a dormir cueste más de la cuenta conciliar el sueño. De ahí la importancia que el mantener unas normas cotidianas en nuestra conducta de echar una cabezadita antes de retirarse a dormir cada doce.
El quedarse dormidos en el sofá, cuando se está relajadito y entretenido viendo algún programa de la tele es un poco complicado, pero no por ello hay que hacer lo posible por evitarlo.
Llegada la noche cabe retirarse a descansar con la satisfacción de haber disfrutado de un día maravilloso. Y al cerrar los ojos dejarse llevar a un mundo de fantasía donde rescatar de la mente el más hermoso de los recuerdos y plasmarlo en un lindo sueño.
Saludos.
Una casa sin sofá es como una comida sin pan.
ResponderEliminarJajaja, yo digo una casa sin tele es como un baño sin agua.
ResponderEliminarGracias Amigos!!!!