La carta de Santiago Abascal a Pablo Iglesias que se ha vuelto
viral
Libertad Digital publicó
la carta en 2016 y las redes la recuperan ahora.
Abascal se dirigió a
Pablo Iglesias en un artículo
publicado en Libertad Digital
y titulado Pablo, el infierno mismo,
que aludía a los elogios del líder de Podemos a Arnaldo Otegi:
Pablo, permite que me ahorre
lo de "estimado", más que nada porque me gusta decir la verdad
siempre. El caso es que el otro día reiteraste
tu miseria moral alabando a un terrorista. Dijiste que
"sin personas como Otegi no habría paz". No leí tus declaraciones. Me
las leyó mi padre. Me llamó por teléfono expresamente. Te ahorro la literalidad
de la conversación porque es más virulenta aún que las letras que ahora
escribo.
Pero debes saber que,
mientras tú vomitabas esa basura, el hombre que me llamaba no debía de tener a
muchos metros a los escoltas que le vigilan desde hace veinte años gracias a las balas de los amigos de Otegi.
Mientras tú pasabas tu infancia en Soria leyendo a Verne y a Salgari, yo la
pasaba en tierra vasca –y española– viendo cómo mataban a los amigos de mi
padre, como Jesús Velasco o Félix Galíndez, o como a Estanis Galíndez, cartero
de mi pueblo, asesinado, como todos, por la espalda. Sello de tus admirados,
valientes y perspicaces amigos.
Mientras tu adolescencia
empezaba a despertar con sueños húmedos con no sé qué actriz española –algo de
eso dijiste hace poco–, la mía despertaba con las cartas que la ETA escribía a
mi abuelo para anunciarle su temprana muerte: "Le buscaremos hasta ejecutarle",
rezaban las misivas de tus perspicaces amigos. Mientras tú te reunías con el
enemigo en una herriko
taberna y alababas la "perspicacia de ETA", yo recibía a mis hijos
en el paritorio acompañado por guardaespaldas.
Mientras tú te entretenías
en la universidad entre escrache y manifa, yo acudía a la universidad escoltado
y veía mi nombre en un punto de mira
pintado con spray en las mismas pizarras. Literal, Pablo. Mientras tú
disfrutabas de tus becas y de tu vida facilona, yo llevaba una pistola al cinto
por si podía evitar que me pegasen un tiro en la nuca, anuncio también literal
de las paredes de mi pueblo.
Mientras tú animabas a la
afición que te jaleaba a salir a
"cazar fascistas" o a pegar a un "lumpen",
y quizá mientras tú leías cómo se hace un cóctel molotov, yo empezaba la
madrugada apagando el fuego de la tienda de ropa de mi padre, arrasada por el
fuego de los cócteles molotov de los amigos de tus amigos.
Mientras tú te dedicabas a acosar a los que no piensan como tú en
la universidad –me acuerdo ahora de Rosa Díez–, yo veía pasar el féretro de
Gregorio Ordóñez entre vivas a España, o velaba el cadáver de Jesús Mari
Pedrosa, asesinado a tiros en la puerta de su casa en Durango.
Mientras yo rendía honores a
Manuel Indiano, abatido a balazos en su tienda de golosinas de Zumárraga, tú
cogías un vuelo para tu paraíso
venezolano o iraní para aprender cómo jodernos más la vida.
Tu
paraíso es nuestro infierno. Tus amigos son nuestros enemigos. Y tus héroes, Pablo, son
nuestros villanos. Y tú – siento decirlo y siento pensarlo– eres todo eso a la
vez, sin matices, el enemigo, un villano y el infierno mismo.
Por eso somos tantos los que
te conocemos, cada día un poco más, los que vemos la gran mentira que se
esconde detrás de alguna de tus verdades. Y por eso somos tantos los que te
combatiremos, en las universidades si hace falta, en las urnas cuando toque, en
los tribunales cuando la ocasión lo exija. En la cheka si ese es nuestro
destino en la España soviética que querrías construir. Y en todos los lugares
en los que pretendas dar tu pérfida batalla. Cuando quieras y donde quieras.
Porque se trata de nuestra Patria y se
trata de nuestra Libertad. Y no solo no crees en ninguna de las
dos, sino que quieres destruir ambas.
Lo tienes crudo, porque
somos millones los que pensamos que representas lo peor. Lástima que los corruptos
te hayan dado esta oportunidad para engañar a tanta buena gente. Porque es así,
Pablo, tú solo eres una consecuencia de la corrupción de tantos dirigentes del
PSOE y del PP. Gracias a Dios, la España decente os combatirá a ambos a la vez.
Por una España más unida, más justa y más libre. Os combatiremos siempre.
“Los extremos se tocan”
ResponderEliminarFrase proverbial cuya idea claves señala un exceso verbal con las ideas expresadas, en este caso, por dos líderes políticos.
Pablo Iglesias y Santiago Abascal protagonizaron en el 2016 de una agria disputa entre ellos en torno a las ideas políticas de signo extremo que ambos representan, uno posicionado en la extrema derecha, el otro en la izquierda.
Lo llamativo de esta lejana disputa es que cada cual afea al otro lo más negativo y doloroso para la sociedad, contenido en las ideas políticas que defienden.
Ambos tratan de convencernos de los peligros que el otro puede ocasionarnos, suponiendo que tengan suficiente poder político y gubernamental para imponer sus ideas extremistas a los españoles.
En lo que no reparan ambos personajes es que la mayoría de ciudadanos ya están cansados de que quieran manipular nuestros pensamientos, pero que tengan claro que por supuesto no vamos a consentirlo.
Saludos:
Sigo diciendo lo mismo, una selva de personajillos.
EliminarUn Abrazo!!!!