Un día negro, pero mañana llegará la luz

Hoy ha sido un día negro. Me tenía que haber dado cuenta cuando he sentido frío al salir de debajo de la manta. Los radiadores estaban helados, y el frio se repartía por la casa. He ido a la caldera y el piloto estaba rojo parpadeando. Lo he reseteado pensando que era una tontería y me he puesto a desayunar. Al ir al lavabo a lavarme los dientes, agua fria, radiador frio. He vuelto a la máquina, y ahí estaba, diciendome hoy te voy a fastidiar. Y si que me ha fastidiado. He vuelto a nuestros orígenes, me he calentado un puchero con agua y me he lavado como los gatos o los enfermos. Pero no he conseguido ir a gusto a trabajar. He movido los hilos y a la tarde un compañero de trabajo, el que me la instaló, ha estado peleando con ella mas de media hora. Se ha dado por vencido. He vuelto al curro y he llamado al S.A.T. Ya se habian ido y les he dejado mensaje en el contestador. Mañana me queda otro lavado de gatos. El frio no me da miedo, me he puesto un pijama que me regalaron como la funda de un oso que creí que nunca lo iba a estrenar. Me encanta, y hoy se lo agradezco a mi amiga. Del curro ni os hablo, parece que estamos esperando una catastrofe, todo el mundo nervioso, impaciente, todo lo quieren para ayer. Y la menda, intentando tranquilizar a todos dandoles las palabras que quieren oir sin saber si podré contentar a todos. Pero como decía mi Madre, mentiras piadosas, mañana será otro día. Y por cierto, aquel que me dijo que tuviera cuidado en malgastar el dinero que me van a pagar del ERTE, tranquilo, ya tiene dueño, mi caldera. Amigos, mañana será otro día y aunque no luzca muy limpia, prometo que buscaré el rayo de luz que me ilumine. Buenas noches, que me voy a esconder debajo de mi manta.