No trates a tus mayores como si fueran niños
Todos los especialistas coinciden: es
un gran error tratar a nuestros mayores como si fueran niños. Está claro que no
lo son. Paciencia, escucha atenta, respeto, cariño, mucha comunicación y de
calidad, responsabilidad y asertividad son habilidades claves para cuidar de
los más ancianos de la familia
La sociedad ha creado
prejuicios y estereotipos asociados al simple hecho de ser mayor.
El edadismo, como así
se llama la discriminación a los mayores, se ha convertido junto al racismo y
el sexismo en uno de las tres grandes factores de discriminación.
Conocer las
necesidades de nuestros mayores y ponerse en su lugar puede servir mucho de
ayuda para que ellos se sientan cómodos y nosotros también.
El pasado año la
Confederación Española de Organización de Mayores (CEOMA) denunció que la
imagen del mayor es una imagen “castigada por la sociedad, donde hasta los
cánones de belleza utilizados por la publicidad y la cultura de la imagen
reflejan la juventud y el cuerpo atlético”.
Mientras que la imagen del mayor “es oculta y
denegada, reflejando enfermedad, asexualidad, apatía, dejadez, abandono, falta
de proyección de futuro”.
EFEsalud ha
entrevistado a los doctores Mari Carmen Martínez Alatarriba y Enrique Arrieta,
dos médicos especialistas de la Sociedad Española de Médicos de Atención
Primaria (SEMERGEN)
Esto es lo que nos han
contado:
Para Mari Carmen Martínez Altarriba no es cierto que
los mayores se comporten como niños “sino que somos nosotros los que les
tratamos mal y como si fueran niños”.
Son personas que han
acumulado experiencia y sabiduría “y saben muchas cosas, cosas que un niño no
puede saber porque todavía no conoce la vida, nunca una persona mayor va a
poder ser como un niño, es un error de los más grandes que hay” .
Cuando se trata a un
niño, añade, además de cuidarle le estás educando para la vida, “y una persona
mayor la vida ya la ha vivido y no le puedes tratar cómo que no conoce todo
eso”.
Cuidado del mayor:
paciencia y cariño
El cariño y la
paciencia son fundamentales en el trato a los mayores, añade la doctora
Altarriba.
Hay que tener
paciencia y si repiten mucho las cosas hay que entender que están viviendo más
en el pasado que en el futuro que les queda. Recuerdan su pasado de modo
continuo y por eso lo cuentan y lo vuelven a contar.
“Paciencia, escucha activa, cariño,
comprensión….y lo resumimos todo en el respeto a los derechos fundamentales de
la persona”.
“Tenemos que
acordarnos que una persona anciana tiene los mismos derechos fundamentales que
una de cinco, treinta o cincuenta”.
Y hay que contar
siempre con su opinión, defiende.
“Contar con su opinión y demostrárselo, en cualquier
caso, tanto si tomamos decisiones sobre su salud o sobre su vida, hay que
contar con ellos, es un derecho fundamental”.
La soledad, apunta
también la doctora, es uno de los grandes males que sufren hoy los mayores, al
no compartir como antaño, el mismo techo que sus hijos y sus nietos, que
incluso viven, en muchas ocasiones, en otras ciudades o países diferentes.
Mayores: una soledad
“muy fuerte”
“La soledad del mayor
es muy fuerte, no es el mismo tipo de soledad que la que puedan sentir las personas de otras
edades”.
La del mayor lleva un
componente muy importante de falta de cariño, falta de compañía…
“Hay que tener en
cuenta que las personas mayores han perdido a sus padres, hermanos o amigos,
sus descendientes no se ocupan de ellos, no les comprenden porque han vivido en
una sociedad diferente”.
“Es una soledad totalmente diferente al sentimiento de
soledad que puede tener un joven o un adulto, por tanto está viviendo unas
experiencias que nosotros, por edad, todavía no conocemos”.
Factores de riesgo
Considera la
especialista que la desestructuración familiar es otro factor de riesgo en la
vida de los mayores: “no existe el núcleo familiar de antaño donde antes se
encontraban integradas hasta tres y cuatro generaciones, había una comunicación
intergeneracional”.
Ahora, como mucho, los abuelos cuidan a
los nietos, pero la generación de en medio, la de los padres, debido al
trabajo, “está desaparecida” en esa relación intergeneracional.
“Dejan abandonados a
los hijos en las actividades extraescolares y a los abuelos en la residencia”.
El rol que asumía
antes la mujer de cuidar de su mayores, “hoy no lo quiere asumir nadie y esto
es un problema”.
Mayores: comunicar es
clave
Tratamos a los mayores
como incapaces cuando empiezan a necesitar ayuda, y necesitan ayuda para
determinadas tareas, pero esto no significa que sean incapaces.
Pueden, por ejemplo,
necesitar apoyo para ir o llevar la compra o para vestirse, pero pueden seguir
tomando decisiones sobre los cuidados que quieren recibir, o cómo quieren
gastar el tiempo o pasar determinadas situaciones.
“Lo que suele ocurrir
es que cuando necesitan ayuda ya les empezamos a tratar como a niños”.
De las habilidades
para cuidar al mayor, destaca Arrieta la importancia de la comunicación:
Hay que escuchar,
darse cuenta de lo que necesitan
“Y es fundamental el estilo de comunicación, que no sea impositivo que no le anule, que le
ayude a orientarse, a expresarse…”
Si se trata de un cuidador, cada vez que
entre en su habitación, debe decirle quién es y a continuación qué es lo que
van a hacer”.
En las residencias,
los mayores se quejan de que entra el personal y no dicen quienes son, ni
tampoco qué van a hacer, o a dónde les llevan.
Además cuando se usa
un estilo de comunicación adaptado a las necesidades de la persona se previenen
muchas complicaciones.
Los ancianos que
acumulan enfermedades y toman muchos fármacos, pueden estar más confusos ,
tener mayor lentitud para reaccionar y “si les sacamos de su entorno habitual o
les hablamos de un modo que les trastorne favorecemos la confusión”.
Y con una comunicación adecuada se previene que tengan
reacciones agresivas, de tristeza, que tengan alteraciones del comportamiento.
La lucha contra el
maltrato
Uno de los grandes
problemas del maltrato en España, según SEMERGEN, es la falta de estudios
que permitan conocer la prevalencia e incidencia real de los ancianos
afectados, ya que solo se conocen 1 de cada 24 casos de maltrato.
Consecuentemente,
resulta difícil obtener datos oficiales y, de los pocos estudios realizados
hasta el momento, las cifras que muestran son muy variables entre sí.
Es por ello, la
Agencia de Investigación de la Fundación de esta sociedad ha puesto en marcha
el proyecto de investigación PRESENCIA (Prevalencia de sospecha de
maltrato a personas mayores no institucionalizadas atendidas en Atención Primaria) con
el objetivo de “ estudiar la situación actual de los abusos y maltrato a las
personas mayores”.
El
estudio, incluirá en torno a 2.500 pacientes de aproximadamente 247
centros de Atención Primaria, en todas las Comunidades Autónomas, excepto Melilla.
La Atención Primaria
tiene una posición privilegiada para detectar síntomas e indicios de
maltrato a mayores.
Muchos de los ancianos se encuentran solos con sus
cuidadores en las casas, y el médico de Familia es el único que puede entrar en
los domicilios y detectar el problema.
El maltrato al anciano, declarado por la OMS como un problema de
salud por sus tremendas consecuencias, es una dificultad muy grave e invisible,
y de acuerdo con la doctora Altarriba, Semergen quiere darle visibilidad y
“aportar datos reales que sirvan para exigir a la administración y al gobierno
más herramientas y recursos para luchar contra él”.
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