Frida, Ludvig y
Anniken son tres adolescentes noruegos de vida holgada, aunque podrían ser de
cualquier país de Europa. Con la curiosidad propia de su edad, se embarcan en un viaje a Camboya. Allí conocerán de primera mano cómo
son las condiciones en las fábricas textiles de la ropa que visten. Se trata de
un documental-reality que puede verse en la
web del diario Aftenposten con subtítulos en español, realizado por ese
mismo periódico, la ONG Fremtiden i våre hender (el futuro en nuestras manos) y
NORAD, la agencia noruega para la cooperación y desarrollo.
Tras la sorpresa inicial por la novedad
y la diferencia abismal con su plácido país de origen, los jóvenes acaban absolutamente devastados. "¿Qué clase de vida es
ésta?", se pregunta entre lágrimas Anniken, egoblogger de moda y belleza, en el
último capítulo de esta miniserie web titulada 'Sweatshop', el término inglés
para las fábricas y talleres cuyas condiciones violan la legislación laboral
occidental.
Los protagonistas trabajan en una de
ellas. "Imagínate estar sentado aquí todo
el día y hacer esto todo el rato", afirma Frida al comienzo del
episodio, cuando todo son risas. Después llega el hambre, el dolor de espalda,
el agotamiento. No es un trabajo fácil. "Lo peor de todo
es que éste es uno de los sitios a los que nos han dejado entrar (a
grabar)", dice Ludvig. "Me pregunto cómo serán los que no nos lo han
permitido, cuando aquí no tienen ni un baño decente para los empleados",
añade desmoronado.
Nos quejamos de lo que tenemos, pero hay que reconocer que somos unos privilegiados.
ResponderEliminarPero no por ello tenemos que ser conformistas.