domingo, 12 de febrero de 2017

D. Carlos, hijo de Felipe II



La historia de Don Carlos, el sádico hijo de Felipe II que la leyenda negra convirtió en un mártir...

El heredero a la Monarquía Hispánica fue prendido en enero de 1568 acusado de conspirar contra su padre. A causa de una arriesgada trepanación cuando era adolescente, el príncipe sufrió graves daños cerebrales y desarrolló un carácter muy agresivo

Hasta sus últimos días, Felipe II recordaría con la mayor de las penas la noche del 18 de enero de 1568. Vestido con la armadura real, el Monarca más poderoso de su tiempo condujo a un grupo de cortesanos y hombres armados por los oscuros pasillos del Alcázar de Madrid «sin antorchas ni velas» al aposento del Príncipe Carlos, el hijo del Rey y su único heredero. Al despertarse y hallarse rodeado de hombres armados, Don Carlos exclamó: «¿Qué quiere Vuestra Majestad? ¿Quiéreme matar o prender?». «Ni lo uno ni lo otro, hijo», contestó Felipe II instantes antes de que el Príncipe se llevara la mano a la pistola cargada de pólvora que guardaba siempre en la cabecera de su cama.

El joven heredero fue arrestado, sin que nadie llegara a apretar el gatillo, y acusado de conspirar contra la vida de su padre. Días antes, uno de sus mejores amigos, Don Juan de Austria –hermano bastardo del Rey y a la postre héroe de Lepanto–, se había visto obligado a desvelar los planes de su sobrino al percatarse de la gravedad de su locura. El cautiverio de seis meses, lejos de calmar a Don Carlos, empeoró su salud mental y terminó costándole la vida en un arranque de demencia a los 23 años de edad. En medio de una huelga de hambre, el heredero de la Monarquía Hispánica se acostumbró a calmar sus calenturas volcando nieve en su cama y bebiendo agua helada, lo cual terminó consumiendo su quebradiza salud. Por supuesto, la propaganda holandesa acusó directamente al Rey de ordenar el asesinato de su hijo y argumentó que lo único que quería Don Carlos era acabar con la tiranía de su padre en los Países Bajos. 


2 comentarios:

  1. Desde entonces, seguro que en nada hemos mejorado. Las persona, cuando las haces grandes, en vez de hacer el bien a NUESTROS SEMEJANTES, PENSAMOS QUE LOS DEMÁS NOS PERTENECEN Y PODEMOS DISPONER DE SUS VIDAS Y DICTAR SUS MODOS DE VIDFA. eL QUE HA ABDICADO TAMBIEN TIENE ALGO DEL QUE MENCIONAMOS Y AL QUE NOS REFERIMOS EN ESTA BIOGRAFÇIA

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  2. Tienes razón Cristóbal, el problema es dar el Poder a alguien que no está capacitado. De la Realeza o no.

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