La leyenda de los Reyes Magos
que en realidad no eran reyes
Poco se sabe del origen de los Reyes
Magos más que llevaron oro, incienso y mirra a María y José para
felicitarles por el nacimiento del niño Jesús. Pero, ¿de dónde sale esta
historia? ¿Existieron alguna vez estos personajes? Lo cierto es que sí, pero
resulta curiosa su fama al ser citados una única vez en la Biblia.
Concretamente en el Evangelio de Mateo, donde “se habla de unos ‘magos’, pero
no se precisan sus nombres, ni que fuesen reyes ni tan siquiera que fuesen
tres”, asegura a los medios Javier Docampo, director del Departamento de
Manuscritos, Incunables y Raros de la Biblioteca Nacional de España (BNE).
Este centro atesora en su
colección valiosas piezas, como el Auto de los Reyes Magos o códices medievales y renacentistas, que nos permiten
reconstruir cómo se forjó la leyenda de los tres Reyes Magos durante la Edad
Media, pues fue entonces cuando se forjó la leyenda que conocemos hoy en día y
cuando fueron dignificados como ‘reyes’ por primera vez.
La obra no define Melchor, Gaspar y Baltasar como nobles
sino como tres astrólogos que debaten sobre el hallazgo de una nueva estrella y
su posible significado, algo que relacionan con el nacimiento de un posible
Mesías. Para averiguar la verdadera naturaleza del recién nacido, deciden
hacerle varios regalos: si fuera un rey de la tierra, preferirá el oro; si
fuera un rey del cielo, querrá la mirra. Pero dejará las dos por el incienso.
El manuscrito también les muestra visitando el palacio de Herodes, que promete
adorar también al Niño, aunque después el monarca reconoce temer el nacimiento
del nuevo rey.
El documento data del siglo XIII pero no
fue hasta el siglo XVIII que fue descubierto por un canónigo de la catedral de
Toledo, Felipe Fernández Vallejo. Se trata de una obra fundamental en la
historia de la literatura española por ser el texto teatral más antiguo
conservado en lengua castellana.
La BNE custodia además otros
testimonios artísticos sobre la leyenda de los Reyes Magos, como los dibujos y
grabados conservados en el Departamento de Bellas Artes y Cartografías, aunque
sobresalen las miniaturas de los códices medievales y renacentistas, tanto de
libros de horas como de otras tipologías.
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