tragada por la tierra
La tierra se está
tragando a la ciudad industrial de Berezniki (150.000 habitantes), situada al
este de Rusia, en el krai de
Perm, una de las 83 regiones administrativas del país. Lo
que le permitió prosperar ha sido también la razón de su hundimiento: una mina
de sal de potasio. Su explotación durante décadas ha carcomido el suelo de esta
localidad ubicada en los montes Urales, a orillas del río Kama.
Desde los años ochenta, inmensos cráteres han
desgarrado el suelo, se han tragado fábricas y oficinas, y han demolido una La ciudad rusa
que está siendo escuela y destrozado casas. En
2007, el vídeo de una cámara de seguridad filmó una erupción que envió ondas de
choque en la ciudad, según informa Euronews. Las familias que vivían
cerca tuvieron que ser evacuadas e irse a otras localidades con sus familias.
Durante décadas, los mineros soviéticos cavaron
vorazmente la tierra, no siempre respetando las ordenanzas
pertinentes. Según un reportaje de la Deutshe Welle, a 400
metros de profundidad de esta ciudad fundada en 1932 por la antigua Unión
Soviética hay espacio para 11.000 edificios residenciales de
cinco pisos, lo que explica la apertura de cráteres en la
tierra. Un día, el agua entró en la mina, las capas de sal comenzaron a
deshacerse, y las rocas a desprenderse en las cuevas. La superficie fue
cediendo y desde entonces la tierra se ha estado abriendo en diferentes zonas
de la localidad.
Uralkali, la empresa que actualmente opera la mina, afirmó
hace un par de años que se habían estado tomando medidas para garantizar la
seguridad de la población, reforzando las capas de sal
superiores. En 2016, el presidente Vladimir Putin pidió a los políticos de la
ciudad que explicaran el retraso en la construcción de viviendas para personas
cuyos hogares se vieron afectados. Un año más tarde, la solicitud de
realojamiento de varios residentes seguía siendo sistemáticamente rechazada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, todo comentario o escrito CONSTRUCTIVO, espero entre todos no avergonzarnos de ponernos al nivel de los que no queremos.
Gracias