viernes, 10 de julio de 2020

El hambre mata mas que el Covid-19




La ONG llama la atención sobre la emergencia de "nuevos epicentros de hambre" en países como India y Brasil

El hambre provocada por la pandemia de COVID-19 podría llegar a matar más que el propio virus en los próximos meses. Según las estimaciones de Oxfam, hasta 12.000 personas podrían morir al día por esta causa a finales de año, un dato que supera la cifra máxima de fallecidos por el coronavirus a nivel mundial, con algo más de 10.000 en abril.

"La pandemia de COVID-19 es la gota que ha colmado el vaso para millones de personas que ya tenían que hacer frente a los efectos de los conflictos, el cambio climático y la desigualdad, y a un sistema alimentario disfuncional que ha empobrecido a millones de productores de alimentos y de trabajadores de ese sector", ha subrayado el director ejecutivo interino de Oxfam, Chema Vera.

"Mientras tanto, ocho de las mayores empresas de alimentación y bebidas han pagado a sus accionistas dividendos por valor de 18.000 millones de dólares desde enero de este año", ha denunciado Vera, con motivo de la presentación del informe 'El virus del hambre' realizado por Oxfam, "a pesar de que la pandemia ya se estaba extendiendo por todo el mundo".

"Esta cifra es diez veces superior a la cuantía que Naciones Unidas ha solicitado para evitar que la gente siga pasando hambre", ha alertado, reivindicando que "los gobiernos tienen que contener la propagación de esta enfermedad mortal, pero es igual de importante que adopten medidas para evitar que las consecuencias socioeconómicas de la pandemia maten de hambre a tantas personas como la propia enfermedad, o incluso a más".

Partiendo de la base de que, según las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA), 121 millones de personas más podrían acabar al borde de la hambruna a finales de este año por el impacto socioeconómico de la pandemia, el informe analiza los diez peores "puntos críticos del hambre" del mundo.

1 comentario:

  1. #Este virus lo paramos unidos.

    La pandemia del coronavirus ha venido a agravar otro grave problema que sufren los más necesitados de la sociedad. El hambre, la crisis alimentaria sin precedentes que ya ésta afectando a millones de personas, especialmente en los países más pobres, pero que se nota menos en los países desarrollados.

    No hay mayor pandemia en el mundo ni más letal que la del hambre. No es contagiosa, por eso se propaga sin estados de alarma. No hay una solución mágica y homogénea para acabar con el hambre. Cada país tienen situaciones climáticas y ecológicas distintas, y condiciones de desarrollo, regímenes políticos y herencias culturales diferentes. Pero hay una máxima aplicable a todos: «Cuanto más cerca del consumidor se produce y más se acorten las cadenas de distribución alimentaria, mejor”

    En los países ricos también existen colectivos que no escapan al problema del hambre, gentes scon pocos recursos o desempleados que han visto empeorada su situación social a causa de la pandemia del coronavirus.

    Cientos de personas cuya principal fuente de alimentación es proporcionada en los comedores organizaciones humanitarias como, Caritas o la asociación valenciana de la Caridad.

    Al problema del hambre se une otro problema más grave si cabe y es el sufrimiento de vivir el hambre en soledad.

    La Asociación Valenciana de la Caridad – Casa Caridad – lleva más de un siglo ofreciendo comida a los más necesitados. Cada día se reparten más de doce mil raciones de comida, en sus comedores los necesitados no solo conseguían un plato de comida sino que además compartían compañía con otras personas que se encontraban en su misma situación.

    Sin embargo la llegada de los rigores de la pandemia, sobre todo por sus consecuencias sociales y económicas y la normativa sobre la concentración de personas, ha obligado a esta asociación humanitaria, y supongo que a otras más, a sustituir el sistema de reparto de comida habitual en sus comedores, por vales canjeables en supermercados.

    Muchos de los menesterosos gracias a los vales podrán conseguir algún alimento que llevarse a su boca, pero seguramente para muchos serán comidas vividas en soledad, en su casa o en la vía pública.

    Hambruna, soledad y pánico al contagio, triste realidad para miles de seres humanos desprotegidos de los poderes públicos y en parte de quienes se muestran insolidarios con las necesidades ajenas,


    Saludos:

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Gracias