miércoles, 12 de agosto de 2020

Y no es ciencia ficcion




Los drones y otras armas no controladas in situ por el ser humano se han convertido en herramientas habituales para los ejércitos de todo el planeta, pero buena parte de la comunidad mundial pide regulaciones internacionales que las controlen e incluso las prohíban, señala un informe publicado este lunes

El documento, presentado por la ONG Human Rights Watch (HRW) en representación de la Campaña Stop Robots Asesinos, que engloba a 160 organizaciones de 65 países, repasa el desarrollo de este armamento y la posición de los diferentes países sobre éste desde 2013, año en el que comenzó esta iniciativa.

De acuerdo con la coordinadora de la campaña, Mary Wareham, "la retirada del control humano en el uso de la fuerza se ve ahora ampliamente como una amenaza para toda la humanidad a la que debe responderse multilateralmente", según se extrae de las posiciones públicas de muchos gobiernos.

Para Wareham, "un tratado internacional de prohibición es la única forma de afrontar los graves desafíos que plantean las armas totalmente autónomas", algo que han pedido explícitamente treinta gobiernos.

Entre los países que demandan la prohibición de los "robots asesinos" destacan naciones del llamado movimiento no alineado tales como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Pakistán, Perú o Venezuela.

En solidaridad con los no alineados también China, sorprendentemente, se ha unido al llamamiento a prohibir los armamentos autónomos, aunque Pekín matiza que el veto debería afectar sólo al uso de estas armas, no a su producción, explicó Wareham.

A estas llamadas se han unido líderes políticos, expertos en inteligencia artificial, empresas privadas o el actual secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recordó la activista.

El control humano del armamento, destacó, "es un imperativo legal, una necesidad legal y una obligación moral", por lo que "todos los países tienen que responder urgentemente iniciando negociaciones para un nuevo tratado internacional de prohibición".

La campaña cita a países como Austria, Brasil o Chile como principales promotores de negociaciones en el pasado lustro, pero subraya que potencias militares, especialmente Rusia y Estados Unidos, han bloqueado estos debates en escenarios multilaterales.

Muchas de las discusiones se llevan a cabo en las Convenciones de Armamentos Convencionales, aunque la que se iba a celebrar en 2020, que debía iniciarse precisamente hoy en Ginebra, se ha pospuesto debido al coronavirus.

"La pandemia ha retrasado los esfuerzos diplomáticos, pero ha mostrado la importancia de estar preparados para responder con urgencia a amenazas esenciales para la humanidad, y los robots asesinos son una de ellas", afirmó Wareham.

2 comentarios:

  1. Ufffffff entre los locos que mandan y la tecnología, pocas ganas de vivir en este planeta :(

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  2. #Este virus lo paramos unidos.

    Pues no pide nada la ONG. HRW, la industria armamentística es como otra industria de las muchas que hay ubicadas por todos los países y de ella dependen cientos de miles de puestos de trabajo. ¿Qué se hace con toda esa gente?

    Es verdad que el mundo ideal seria aquel en donde reinara el desarme mundial y por tanto la ausencia de ejércitos. Pero eso sería una utopía difícil de cumplir porque entre los humanos existe muchísima desconfianza de unos respecto a otros.

    Y yo me pregunto, ¿qué diferencia hay entre el uso por el hombre de armas que se manejan a distancia de las que se usan in situ en cualquier conflicto bélico? La realidad es que allí donde se utilicen unas u otras causan muertes y dolor entre seres humanos, y la mayoría de las veces son víctimas inocentes.

    Los tratados internacionales se aprueban para que los países firmantes lo cumplan, pero también algunos mandatarios pueden renunciar a su aceptación lo que conduce a que unos dirigentes políticos sientan desconfianza de las intenciones de los otros.

    La industria armamentística no solo produce armas de destrucción, muchos de los avances tecnológicos pasaran a ser aprovechados para usos pacíficos y de progreso económico para muchos trabajadores, sus vidas y la de sus familias dependen mucho del trabajo que ellos llevan a cabo en las empresas armamentísticas.

    Si algún tratado internacional prohíbe la fabricación y uso del armamento militar, habrá que ir pensando en que perspectivas laborales se ofrecen a todo este personal laboral.


    Saludos:

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