Un voto vale una mierda

Vamos a jugar a cambiar cromos, perdón votos.

Nuestros votos valen una mierda.

Solo son mercadería para que nuestros políticos tengan material para trapichear.

No les importa nada el votante, el de a pié, el currito, el pagador de impuestos.

Ellos a lo suyo.

Más bien parecen comerciantes con material a vender al mejor postor.

La amenaza hoy es unas posibles nuevas elecciones.

¿Para qué?

El resultado iba a ser el mismo, trapicheo y más trapicheo.

Una vez ganado el puesto, si son  contrarios a los que estaban vienen los cambios.

En vez de mirar adelante, no, mejor revisar todo lo hecho por los derrocados.

Y como siempre les parece mal, empiezan a deshacer lo hecho.

Hacerlo y deshacerlo cuesta mucho dinero.

Pero ellos no lo pagan, lo pagamos nosotros.

No se dan cuenta que están ahogando a la vaca y en cualquier momento dejará de dar leche.

P O L I T I C O S = T R A P I C H E A D O R E S