¿Por qué los europeos
trabajamos menos horas que los estadounidenses?
Los europeos trabajamos muchas menos horas que los
estadounidenses: en concreto, el número de horas anuales trabajadas
por ciudadano apenas supera las 700; en cambio, en EEUU se aproxima a las 850
horas. Acaso se piense que este diferencial está fuertemente vinculado
a distintos estilos de vida: aquello de que "los americanos viven para
trabajar y los europeos trabajan para vivir". Pero lo cierto es que durante
los años cincuenta y sesenta, los europeos trabajaban muchísimas más horas que
los estadounidenses: mientras que estos dedicaban menos de 800 horas anuales
'per cápita' al trabajo (y durante algunos ejercicios, menos de 700), nosotros
lo hacíamos durante 1.000 horas anuales.
Así pues, a menos
que se haya producido un giro 'copernicano' en la cultura europea durante las
últimas décadas, no parece que la actual brecha horaria sea atribuible a
factores folclóricos: en su momento, los europeos hemos sido mucho más
laboriosos que los estadounidenses.
Acaso
entonces tal diferencia se deba al progresivo enriquecimiento que hemos
experimentado en Europa: en los años cincuenta y sesenta, el Viejo
Continente estaba asolado por las inclemencias de la guerra y, en
consecuencia, sus ciudadanos tenían que trabajar durante largas jornadas para
posibilitar la reconstrucción y la elevación de nuestros estándares de vida.
De hecho, no es en
absoluto descartable que, conforme nuestra renta 'per cápita' aumenta, los
ciudadanos optemos por disfrutar de mayor tiempo libre (en términos económicos, diríamos que el efecto renta sobre la
demanda de ocio resultaría más potente que el efecto sustitución). Pero,
nuevamente, esta hipótesis casa mal con la realidad: durante
ese mismo periodo, EEUU también se ha enriquecido de un modo muy notable y, de
hecho, en la actualidad el estadounidense medio es bastante más acaudalado que
el europeo medio (la renta 'per cápita' en la Unión Europea es de 42.500
dólares internacionales, mientras que en EEUU es de 60.000 dólares: un 41%
más).
Por cada
euro adicional que ingresa un ciudadano español a partir de los 60.000 euros,
el fisco le llega a arrebatar casi medio euro
De hecho, en el
gráfico superior también podemos observar cómo las horas trabajadas aumentan no
solo en EEUU sino también en otro grupo de países dentro del que se
incluyen economías tan o más ricas que la europea: Australia (49.300 dólares
internacionales), Canadá (46.500 dólares internacionales), Hong Kong (61.600
dólares internacionales), Islandia (55.300 dólares internacionales), Japón
(42.000 dólares internacionales), Nueva Zelanda (40.700 dólares
internacionales), Singapur (94.100 dólares internacionales), Corea del Sur
(38.800 dólares internacionales) y Taiwán (45.900 dólares internacionales).
No parece, pues,
que el enriquecimiento económico conduzca indefectiblemente hacia una
reducción del número de horas trabajadas: mucho menos, a una reducción
de la magnitud que ha experimentado Europa desde los años sesenta. Entonces,
¿por qué? Como en tantos otros aspectos de nuestra realidad económica, los
impuestos son los culpables.
Todo impuesto
tiene efectos sobre el comportamiento de los agentes económicos: si mi factura
tributaria aumenta conforme trabajo durante más horas (y, por tanto, conforme
crecen los ingresos totales que obtengo a fin de mes), entonces tenderé a
trabajar durante menos horas. En España, por ejemplo, el tipo marginal máximo
del IRPF es del 45% a partir de 60.000 euros; en EEUU, en cambio,
es del 37% a partir de los 500.000 dólares. O dicho de otro modo, por
cada euro adicional que ingresa un español a partir de 60.000 euros, el fisco
le arrebata casi medio euro; en cambio, por cada dólar adicional que
ingresa un estadounidense entre 82.500 y 157.500 dólares, el fisco solo le
quita el 24% (la mitad que en España). La diferencia de incentivos a trabajar
durante más horas en EEUU frente a España (o cualquier otro país europeo)
resulta más que evidente.
Por cada
dólar adicional que ingresa un estadounidense entre 82.500 y 157.500 dólares,
el fisco solo le quita el 24% (la mitad que en España)
No se trata, por
cierto, de una observación casual y anecdótica. Los economistas Lee
Ohanian, Andrea Raffo, Richard Rogerson han estimado que la divergente evolución de los tipos
impositivos explica la mayor parte del diferencial de horas trabajadas entre
países. Más en particular, estos economistas distinguen entre tres
grupos de economías: aquellas que han visto reducir el número de horas
trabajadas más de un 25% durante los últimos 50 años (grupo 1), aquellas que
han experimentado una caída de entre el 25% y el 10% (grupo 2) y aquellas que
han sufrido una caída de menos del 10% o que incluso han registrado subidas
(grupo 3). Y lo que observamos es que, si bien la cuña fiscal (la parte de
nuestros sueldos de la que se apropia el Estado) ha aumentado para los
tres grupos desde los años cincuenta, esta deja de crecer (e incluso
se revierte) para el grupo 3 mientras continúa profundizándose para el grupo 1.
En suma: aquellos
países que desangran fiscalmente más a sus trabajadores son los países
donde estos ciudadanos deciden trabajar un menor número de horas. Los
obreros se protegen de la parasitación estatal de su trabajo trabajando durante
menos horas.
Personalmente, no tengo
nada en contra de una reducción de la jornada laboral siempre que sea el
resultado de una decisión voluntaria: cuando se prefiere más tiempo libre a un
mayor sueldo, es lógico (y eficiente) que se opte por trabajar durante menos
horas. Sin embargo, si el trabajador preferiría estar empleado durante más
horas (para ingresar más a fin de mes) y el sistema impositivo altera
radicalmente la que habría sido su decisión óptima, entonces sí
tenemos un problema importante: no solo lo empobrecemos después de impuestos
(menor renta disponible) sino también antes de ellos (menor cantidad de horas
trabajadas). Europa sigue necesitando una profunda reforma fiscal.
A mí me parece que los europeos trabajamos menos horas por culpa de los impuestos el fisco se lleva. Hay muy poquitos alicientes para que el trabajador se ilusione en realizar horas extras (renumeradas) y al final de mes ver incrementado su salario.
ResponderEliminarLos periódicos se hacen eco de esta noticia: “Los españoles dejan de pagar impuestos a partir de hoy”; la hacienda pública ha estado casi medio año extrayendo coercitivamente del salario de los trabajadores la parte proporcional a los impuestos que estos deben abonar al fisco.
Medio año trabajando para el estado y ahora tenemos por delante medio año para gastar el dinero que ganemos en lo que nos plazca.
La gente tiene más ingresos en Estados Unidos, por lo que "los trabajadores tienen un incentivo más para esforzarse y ascender en la compañía ya que una promoción supone más dinero para el empleado
La regularización laboral y sindicalización de los trabajadores parecen ser los factores dominantes que explican las diferencias entre Estados Unidos y Europa.
Otra cosa está clara: la diferencia de las horas trabajadas entre estadounidenses y europeos va más allá de la cultura. A principios de los años setenta, según un estudio, la gente de Estados Unidos y de Europa Occidental trabajaba el mismo número de horas por semana.
Saludos:
Pues algo ha cambiado para que hayamos llegado a esa diferencia.
EliminarY creo que nada bueno.
Un Abrazo!!!!