¿Qué tipo de trabajo hacían
los serenos?
Oficialmente el trabajo de sereno desapareció en el
año 1986, pero se trata de una profesión que todavía algunos recuerdan.
Allá en el año
1986, la prehistoria en muchos aspectos para unos o “ayer mismo” para otros, se
daba por finalizado un tipo de trabajo que en la actualidad ha quedado en el
olvido: el de sereno. Con el paso del tiempo la sociedad cambia, muta y se
transforma, de manera que profesiones que tenían presencia en el pasado
desaparecen para dejar paso a nuevos trabajos. No ocurrirá solo en el futuro
con la incorporación de los robots en rutinas de trabajo, sino
que también ha ocurrido en el pasado tal y como demuestra esta profesión de la
que hoy os hablamos.
Para resumir, el
sereno era aquella persona que patrullaba las calles de noche
para ayudar a quien lo necesitara. Eso incluía a quienes habían bebido
demasiado y no tenían ni siquiera capacidad para introducir la llave en la
puerta de su casa. Para solucionar la papeleta estaba el sereno, que con la
máxima privacidad y elegancia ayudaría a que cualquier persona pudiera llegar a
la cama para dormir la mona por mucho alcohol que hubiera bebido.
El equipo
que usaba el sereno estaba formado por un gorro muy característico,
un guardapolvos y un silbato, utilizado este último como sistema para llamar a
los compañeros que hubiera en zonas cercanas en el caso de necesitar ayuda.
A los serenos les hemos visto en muchas películas y
series, dado que en el pasado eran considerados un elemento crucial en la
sociedad de la época. Desaparecieron porque sus profesionales se integraron en
el ayuntamiento y suponemos que debido a la ampliación de las patrullas
por parte de la policía tradicional, aunque hay que entender que su papel
siempre ha sido distinto. También suponemos que tiene mucho que ver la realidad
de una sociedad actual que es muy distinta a la del pasado. Si bien incluso en
los años 80, cuando desaparecieron los serenos, la tranquilidad en las calles
era mayor, actualmente no sabríamos si un sereno podría ayudar o si necesitaría
más ayuda de la que podría proporcionar.
Leemos en prensa y
blogs que el último sereno de Madrid fue un hombre llamado
Manuel Amago, que trabajó durante más de 50 años en el barrio de Salamanca y
ayudó con su trabajo a multitud de personas. Hizo amistad con famosos, con
jóvenes y mayores, en general con cualquiera que necesitara su apoyo. Comenzó
en este trabajo al heredar el puesto de su padre y siempre habló positivamente
de la profesión, aunque tuviera sus momentos malos debido al frío
principalmente. Aunque la profesión dejó de existir en 1986, a Manuel no le
gustó la decisión y continuó realizando su papel hasta que le permitieron las
fuerzas. En agradecimiento los vecinos del barrio de Salamanca le dedicaron una
placa en la calle Doctor Gómez Ulla.
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¡ Maravillosos !
ResponderEliminarEn casi todas las poblaciones, en llegada la noche, el sereno hacia su ronda por calles y plazas. Este oficio hace mucho que se perdió, yo no llegue a conocer la labor de un sereno, pero si recuerdo oír a mis padres sobre alguna de las personas que en la población ejercieron el oficio de serenos o vigilantes nocturnos.
ResponderEliminarEn mi pueblo los serenos iban canturreando una clásica tonadilla: “Ave María Purísima… las once… Sereno” y así hacían su ronda cambiando a cada hora, al final de la tonadilla señalaban si estaba lloviendo o la noche estaba nublada.
Otra curiosidad de mi pueblo era que los serenos llegados los domingos y fiestas de precepto, después de estar toda la noche canturreando su cantinela, en el último turno cuanto comenzaba a clarear el nuevo día, en vez de vocear golpeaban las puertas de las casas diciendo en voz alta “van a tocar las campanas a misa” (la primera misa en día festivo siempre era muy de mañana).
En aquellos tiempos en las casas no había un reloj despertador – mucho menos un teléfono móvil – por ello cuando un vecino debía madrugar, para que el sereno supiese cuando debía despertase, colocaban a la puerta de sus casas tantas piedrecitas (dos, tres, cuatro…) indicando a que hora debían ser avisados.
Otros rayaban con carbón sobre la acera tantas rayas igual a la hora en que quería ser avisado por el sereno
Y así transcurría plácidamente la vida de estos servidores públicos que además de vigilar la población mantenían una constante comunicación con los moradores del lugar.
“Ave María Purísima… mis saludos para los participantes del blog …” AMÉN
Saludos:
Jomaral, me has hecho reir, debo ser muy mayor. Mis recuerdos me dicen , cuando vivía en Aviles, Asturias, que a las noches estaba el sereno por las calles rondando. Quiero hasta recordar que en alguna ocasión me había abierto la puerta del portal. Sera un sueño? no lo se, lo que si se que yo era muy jovencica. Preguntare a mis hermanos mayores y te cuento.
EliminarGracias Jomaral