Qué agua es mejor, ¿la del manantial de la montaña o la
de la fuente de la ciudad?
Un informe de la OCU estudió ambas en un laboratorio y
este es el resultado
Las
fuentes de agua son importantes para la vida en las ciudades, más aún cuando
llega el verano, las temperaturas suben y la sed aprieta. Sin embargo, no siempre están en las condiciones adecuadas para que su agua pueda ser
consumida sin ningún peligro, según un informe realizado por la Organización de
Consumidores y Usuarios (OCU). Y el estar en la ciudad no es el motivo de que
el agua no tenga la mejor calidad: las de manantial, que parecen tan limpias y
cristalinas, tampoco cumplen las condiciones.
Tras analizar
el agua de 14 fuentes y manantiales de toda España —dos de cada tres de las que
se analizaron—, los resultados fueron desalentadores. El laboratorio reveló que
el agua de ocho de las muestras tomadas tiene problemas que desaconsejan
beberla. "Principalmente encontramos recuentos altos de bacterias
fecales", explica Ileana Izverniceanu, directora de Relaciones
Institucionales y Comunicación y portavoz de la OCU. Esto, aclara, "indica
una alta probabilidad de que haya otros microbios susceptibles de causar
enfermedades". De hecho, en algunos puntos detectaron la presencia de
bacterias patógenas como la Salmonella y la Pseudomonas aeruginosa.
Consumir esta
agua puede afectar a su salud, aclara Izverniceanu: "Mucha gente se lleva
a casa garrafas de agua de estas fuentes y manantiales y las guarda en casa
durante días. Un agua que no lleva desinfectante y que, si está contaminada, los
microbios se multiplicarán rápidamente aumentando las posibilidades de generar
enfermedades". Algo que puede ser peor, añade José María Cots,
coordinador nacional del Grupo de Trabajo sobre Enfermedades Infecciosas de la SemFIC, "si la fuente
o el manantial están cerca de una explotación ganadera".
En las fuentes de ciudad el problema está en la instalación
Conviene
aclarar que en la mayoría de los casos de los que trata el informe de la OCU
son manantiales y fuentes públicas naturales de pueblos o que están en las
montañas. Aunque hay excepciones, como la fuente de La Salud en el
Parque del Oeste de Madrid.
"Es
cierto que en las ciudades pueden convivir fuentes públicas conectadas al
agua de red y otras
y otras que vienen directamente de manantiales". En estos casos, el problema de la contaminación
del agua tiene que ver con que "no hay una legislación específica que
garantice su calidad higiénico-sanitaria y tampoco están afectadas por la norma
que regula la calidad del agua de suministro de la red municipal", comenta
la portavoz de la OCU.
A diferencia de los manantiales o fuentes de pueblos y
montañas, el problema de las fuentes de ciudad no viene por el agua,
que está conectada a la red de suministro municipal y es la misma que sale del
grifo de casa, sino por el mantenimiento de la instalación, indica Izverniceanu
y señala que el grifo y los alrededores "también pueden suponer un foco de
infecciones".
Las
ciudades cuentan con sistemas de limpieza para las fuentes
Uno de los posibles motivos por los que se pueden contaminar
los grifos y recipientes, explica Cots, es la presencia de animales como
palomas o perros. Por esto, aclara, "los ayuntamientos deben limpiar las
fuentes periódicamente para evitar estas contaminaciones".
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