Víctor, el niño que estudiaba bajo una farola,
encuentra ayuda en un millonario
La imagen del crío dio la vuelta al mundo y animó a
Ahmed Mubarak, de 31 años, a echarle una mano: reconstruirá su casa y su
colegio
Con un
bolígrafo en una mano y los ojos pegados a un libro, el niño peruano Víctor
Martín Angulo, doce años, se sienta junto a una farola situada al lado de su
casa, buscando luz para poder hacer los deberes. Su madre, Rosa, ya no tiene
dinero para pagar la factura de la luz de su ruinosa vivienda, donde malvive
esta humilde familia del municipio de Moche, una localidad de 30.000 habitantes
a 550 kilómetros de Lima, en la provincia de Trujillo.
Probablemente,
la de Víctor sea la triste cotidianeidad de muchos menores en los países más
pobres del mundo. Pero, a veces, la casualidad y la generosidad pueden hacer
que el destino cambie. Un día del pasado marzo, las cámaras de seguridad de
Moche grabaron a Víctor, empeñado en seguir estudiando, y la imagen llegó a las
redes sociales, donde se convirtió en viral. De una punta a otra del mundo se
desató la solidaridad hacia el pequeño y el alcalde de su localidad dio el
primer paso y prometió que pagaría el recibo de la luz de su casa, además de
regalarle un estuche con utensilios escolares.
Pero la
ola de cariño que desataron las imágenes de Víctor Martín no quedó ahí. En
Londres, el millonario de origen bareiní Jacob Yusuf Ahmed Mubarak, de 31 años
y dueño de una fábrica de chocolates, se sintió tan conmovido que decidió tomar
cartas en el asunto. Primero, anunció que ayudaría al niño. Pero, después, fue
más allá y decidió viajar hasta Perú para conocer en primera persona las
condiciones de vida de su pupilo. «¿Cómo puede alguien, desde otro continente,
venir a verme?», se preguntó Víctor. La respuesta se la dio Mubarak cuando por
fin se conocieron. «Yo también tuve una infancia así y me he visto reflejado en
él», desveló el inversor.
El
encuentro entre el aplicado alumno y el generoso empresario se produjo hace unos
días y ambos congeniaron rápidamente. Mubarak se comprometió a rehabilitar la
vivienda de la familia y, también, a montar un negocio para que Rosa pueda
ganarse la vida de una manera digna. «Gracias por la ayuda que nos brinda,
muchas gracias. Le agradezco mucho que haya tenido el tiempo y la amabilidad de
venir a mi humilde hogar porque nadie lo hace», dijo a una televisión peruana
Rosa, que desveló también el motivo por el que Víctor se esfuerza tanto en sus
estudios: «Él quiere convertirse en policía para evitar que haya tanta
corrupción y drogas en el país».
Pero a
la historia de amistad entre el niño peruano y el millonario de Baréin le
faltaba un nuevo giro. Una vez que habían cogido confianza, Víctor se atrevió a
pedirle a Mubarak algo más: que financiara la remodelación de la escuela Ramiro
Ñique de Moche, en la que estudian sus compañeros y él. La respuesta del
millonario fue 'sí'. «Lo primero que me gustaría hacer es que cada grado de la
escuela, tanto de primaria como secundaria, tenga instalaciones
independientes», dijo Mubarak.
Eso sí,
para que la trama fuera completa, tenían que surgir inconvenientes. El abogado
de Mubarak denunció en un primer momento que la administración peruana estaba
poniendo obstáculos a su inversión. El pasado viernes el Ministerio de
Educación de Perú zanjó la cuestión con un tuit: «El viceministro de Gestión
Institucional, Guido Rospigliosi, y el ciudadano árabe, Yaqoob Ahmed, firmaron
carta de intención en la que se compromete a realizar donación para la IE
Ramiro Ñique de Moche». Mubarak se ha comprometido a regresar a esta localidad
peruana en el mes de diciembre para ver la nueva casa del niño y la escuela
Hace un corto espacio de tiempo leí esta noticia en la prensa y reconozco que me emociono. Que fuerza de voluntad la de este niño para seguir aprendiendo y seguramente con la esperanza de que el día de mañana tener más oportunidades de las que hoy sus padres le pueden ofrecer.
ResponderEliminarAhora la historia del niño que hacia los deberes en la calle, a la luz de una farola, vuelve a ser noticia - una grata noticia – pues un benefactor ha acudido en su ayuda, y esta ayuda no va solo destinada a él, sino que incluye el hogar donde reside, su familia y los demás alumnos de la escuela a la que asiste Víctor.
El empresario bahreiní Jacob Yusuf Ahmed Mubarak, ha dado una gran lección a toda la sociedad, Las imágenes del pasado marzo despertaron en las redes sociales una ola de solidaridad y cariño, pero pese a ello fue escasa la movilización de las gentes para ayudar económicamente a esta familia.
Y es que con un poco de ayuda de parte de muchos se pueden llevar a cabo grandes obras sociales en favor de los más necesitados. Pero por desgracia la simpatía mundial que despertaron las imágenes de Víctor en haciendo los deberes en la calle, solo sirvieron para que una sola persona pusiera los medio necesarios para remediar la pobreza del protagonista de esta historia.
Ojala este final feliz además de emocionarnos, nos haga también reflexionar sobre las personas que por una razón u otra viven en una permanente penuria y que con la ayuda proveniente de las sociedades del estado bienestar se podría llevar a cabo un mundo mejor en favor de nuestros semejantes.
Saludos:
Eso es un quimera, amigo!
EliminarCada dia somos mas egoístas pensando solo en nosotros.
Un Abrazo!!!!