viernes, 9 de agosto de 2024

El club de los Secretos

 


Título: "El Club de los Secretos"

En un pequeño pueblo costero, donde las olas rompían suavemente contra las rocas y el aire olía a sal y a nostalgia, un grupo de jubilados se reunía cada jueves en el salón comunitario. Se hacían llamar "El Club de los Secretos".

A simple vista, eran un grupo de personas mayores que compartían historias del pasado, jugaban a las cartas y tomaban té. Sin embargo, había algo más, algo que ninguno de los jóvenes del pueblo se atrevía a investigar demasiado. La mayoría asumía que eran simplemente viejas leyendas, recuerdos de tiempos ya pasados. Pero Marta, una mujer de 70 años recién jubilada que había decidido mudarse a este apacible lugar para vivir sus últimos años en paz, no tardó en darse cuenta de que había algo extraño en aquellas reuniones.

Marta era una ex-detective, famosa en su juventud por resolver casos que parecían imposibles. A pesar de su jubilación, su instinto seguía intacto, y su curiosidad la llevó a acercarse poco a poco al club.

Una tarde, después de una partida de ajedrez con Alberto, un ex-militar de mirada severa y silenciosa, Marta sintió que algo en su entorno había cambiado. Una de las viejas que había estado presente durante toda la partida, Mercedes, dejó caer un comentario en voz baja, casi como si fuera un error.

"Lo encontramos por fin... pero hay que mantenerlo oculto".

Marta fingió no escuchar, pero su mente empezó a trabajar a toda velocidad. Esa noche, no pudo dormir. ¿Qué era lo que habían encontrado? ¿Por qué debía mantenerse oculto?

Decidió asistir a las reuniones del club más seguido, con la excusa de querer socializar y conocer mejor a sus nuevos vecinos. Lo que descubrió durante las siguientes semanas la dejó perpleja. Los jubilados compartían más que recuerdos; parecían estar investigando algo. Entre charlas aparentemente inofensivas, había fragmentos de información que no encajaban. Mencionaban nombres de personas que no vivían en el pueblo, hablaban de lugares que parecían existir solo en sus memorias, y a veces, alguien traía un objeto antiguo y polvoriento que examinaban con sumo cuidado antes de guardarlo nuevamente en un cajón con llave.

Una noche, cuando todos se habían retirado, Marta decidió quedarse un poco más en el salón comunitario, fingiendo que había olvidado su bufanda. Con el salón vacío, se acercó al cajón donde guardaban los objetos y, usando una horquilla de su cabello, lo abrió. Lo que encontró la dejó sin aliento: un diario antiguo, con hojas amarillentas y una portada de cuero desgastado. Lo abrió con cuidado, notando que las primeras páginas estaban llenas de crípticas notas y dibujos que parecían mapas o diagramas.

De repente, un ruido la sobresaltó. Al volverse, vio a Alberto en la puerta, observándola con una mirada fría.

—No debiste hacer eso, Marta —dijo él con voz grave—. Ahora no tienes elección, debes formar parte del Club de los Secretos, y créeme, no es una oferta.

Marta supo en ese instante que su vida tranquila había llegado a su fin. Había desatado algo que no podía volver a encerrarse, y ahora, debía descubrir qué era lo que aquellos jubilados estaban protegiendo, o morir en el intento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, todo comentario o escrito CONSTRUCTIVO, espero entre todos no avergonzarnos de ponernos al nivel de los que no queremos.
Gracias