miércoles, 16 de octubre de 2024

Capitulo Final - "Las Sombras del Casco Viejo"

 


Capítulo final: Ecos en la Sombra

Los días habían pasado, y el Casco Viejo seguía envuelto en su habitual bullicio. Las luces de los bares se reflejaban en los adoquines húmedos, y el sonido de las conversaciones y risas llenaba el aire. Sin embargo, en un rincón del mismo bar donde Marta y Sara habían comenzado su búsqueda, dos amigos, Carlos y Adrián, se encontraban sentados con una cerveza en la mano y una preocupación que no podían sacarse de la cabeza.

—Hace días que no las veo —comentó Carlos, mirando por la ventana hacia las callejuelas oscuras que serpenteaban por el Casco Viejo.

—Ni yo —respondió Adrián, con el ceño fruncido—. Marta y Sara nunca se habrían ido sin decirnos nada.

Carlos suspiró, dándole un trago a su cerveza. Habían preguntado en todas partes, pero nadie parecía saber nada. Era como si se hubieran desvanecido en el aire. Las habían visto por última vez aquella noche, aquí mismo, hablando sobre algo que parecía preocuparlas. Y luego... nada.

—No sé, tío. Algo no me cuadra —dijo Carlos, apoyando la botella en la mesa con un sonido seco—. Todo esto... este sitio. Algo raro pasa aquí.

Adrián asintió en silencio. Ambos lo sentían. El Casco Viejo siempre había tenido su propio ritmo, su propio latido, pero últimamente había algo diferente, algo que no podían describir. Era como si una presencia invisible acechara en los rincones, observando, esperando.

—¿Y si fueron a buscar a Jon? —aventuró Adrián, casi como si no quisiera pronunciar las palabras.

Carlos se quedó en silencio, pero la mención del nombre de Jon le dio un vuelco al estómago. La desaparición de Jon había sido igual de extraña, sin rastro alguno. Marta y Sara habían estado obsesionadas con encontrar respuestas, pero ahora, ellos también parecían haber desaparecido en la misma sombra.

—Es como si el Casco Viejo los hubiera tragado —murmuró Carlos, sin apartar la vista de las sombras que empezaban a invadir las calles al caer la noche.

Adrián se removió inquieto en su asiento, sintiendo cómo la tensión crecía a su alrededor. Algo en la atmósfera había cambiado. Las risas en el bar parecían lejanas, distorsionadas, como si estuvieran escuchando a través de un velo. El aire se volvía denso, y una sensación de opresión empezó a apoderarse de ambos.

—¿Crees que deberíamos buscarlas? —preguntó Adrián en voz baja, temiendo la respuesta.

Carlos no respondió de inmediato. La idea de aventurarse en las sombras del Casco Viejo le resultaba inquietante. Pero al mismo tiempo, no podían quedarse de brazos cruzados.

—Tal vez... deberíamos hacerlo —dijo finalmente, aunque una parte de él deseaba no haberlo dicho.

Ambos se quedaron en silencio, dejando que sus pensamientos giraran en torno a la posibilidad de que Marta y Sara estuvieran perdidas en algo mucho más oscuro de lo que podían comprender. Afuera, las sombras seguían moviéndose, como si esperaran. Como si el Casco Viejo tuviera su propia historia que contar, y ellos estuvieran a punto de formar parte de ella.


Así termina la historia de Marta y Sara... o tal vez, solo comienza. ¿Qué les pasó? Eso quedará en la mente de quienes se atrevan a explorar las sombras del Casco Viejo.


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