Capítulo
6: Ecos entre líneas
La noche había
sido inquieta para Nuestra Cartera. Las palabras de Clara resonaban en
su mente como un eco que no podía ignorar: “David era un soñador”. Por la
mañana, mientras preparaba su carro, decidió que era hora de profundizar en el
misterio. Su primera parada sería la biblioteca del barrio, un lugar que había
guardado tantas historias como las cartas que ella repartía.
Al llegar, la
bibliotecaria, doña Carmen, la recibió con su habitual sonrisa curiosa.
—¡Nuestra Cartera!
¿A qué debo el honor de su visita? —preguntó, ajustándose las gafas.
—Busco información
sobre un hombre llamado David Gómez. Vivía en el barrio hace muchos años, y
creo que su historia está ligada a alguien que conocí ayer —explicó, tratando
de sonar casual.
Carmen asintió y
la condujo hacia una sala donde se guardaban periódicos antiguos y registros de
vecinos. Durante horas, revisaron titulares descoloridos y columnas que
hablaban de una época en la que el barrio aún estaba creciendo. Finalmente, un
pequeño artículo llamó su atención: “Desaparece vecino tras denunciar
irregularidades en su empresa”.
El nombre de David
Gómez estaba claramente mencionado, junto con un comentario intrigante: “Se le
vio por última vez cerca del puente viejo. Su ausencia deja muchas preguntas y
pocos rastros.”
La bibliotecaria
dejó escapar un silbido.
—Esto es más que
una simple historia de amor, ¿no crees? Parece que David tenía enemigos. Quizá
su desaparición no fue tan voluntaria como parecía.
Ese pensamiento
dejó a Nuestra Cartera intranquila. Decidió guardar una copia del
artículo y continuar su ruta, pero su mente estaba llena de preguntas. ¿Había
alguien en el barrio que recordara más detalles? ¿Estaba Clara al tanto de esta
parte de la historia?
Esa tarde,
mientras entregaba cartas, algo inusual sucedió. Un sobre sin remitente
apareció entre los demás. La dirección era confusa, pero el destinatario era
claro: Clara. Su corazón dio un vuelco. Decidió entregarlo en mano, sin
demoras.
Cuando Clara abrió
la puerta, Nuestra Cartera le mostró el sobre.
—Esto llegó hoy.
No sé de dónde viene, pero creo que debería verlo —dijo con cautela.
Clara lo tomó con
manos temblorosas y lo abrió con cuidado. Dentro, solo había una fotografía.
Era antigua, desgastada, y mostraba a un joven sonriente junto a un puente que Nuestra
Cartera reconoció de inmediato: el puente viejo.
—¿Qué significa
esto? —preguntó Clara, con la voz quebrada.
Nuestra
Cartera no tenía respuestas, pero sí
una sensación clara: el misterio de David Gómez apenas estaba comenzando.
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