Carmena
lanza un polémico plan para erradicar el 'chabolismo vertical' en Madrid
La alcaldesa no quiere que las familias
procedentes de poblados chabolistas sean realojadas todas juntas en
determinados bloques, porque conforman "guetos".
Para ello, propone que solo viva una sola
familia en estas condiciones por inmueble, insertándola con el resto de la
sociedad, y la construcción de campamentos específicos.
Un total de
1.200 personas
viven hoy en bloques de edificios de la capital que el propio Ayuntamiento de
Madrid denomina como 'chabolismo
vertical'. Son familias que antes residían en poblados
marginales y han sido realojadas por el Instituto
de Realojamiento e Integración Social (IRIS) en diversos
inmuebles sociales.
Manuela Carmena, la alcaldesa de
Madrid, ha decidido
erradicar este sistema, ya que considera que lo único que
fomenta son 'guetos',
donde las familias se encierran en una singular realidad, aunque esta vez
insertadas en sitios dignos, pero siguen mostrando la misma conflictividad
que antes.
Desde núcleos chabolistas como Las
Mimbreras, La Rosilla, Barranquillas y otros, en la década del
90 más de 5.000 personas
perdieron sus chabolas y muchas de ellas fueron realojadas en
pisos sociales en Madrid.
El plan del
Ayuntamiento de la capital consistirá en derivar a cada familia en condiciones
de vulnerabilidad social,
que ya fueron realojadas, a inmuebles gestionados por el IRIS, pero no podrá
haber más de una familia
en esas condiciones por cada bloque.
El objetivo del
Consistorio es eliminar los guetos y favorecer la integración social con el resto de la
comunidad. Portavoces municipales han asegurado que "en cada bloque no podrá haber
más de una vivienda de estas características y que tiene que
existir una dispersión de las mismas por toda la ciudad".
Lo que aún no está
claro es cómo el Ayuntamiento conseguirá distribuir
a las familias que antes vivían en poblados chabolistas, y
ahora conviven unas con otras en determinados inmuebles de realojo social.
El Ayuntamiento
también busca atender las necesidades de colectivos nómades, con características especiales,
como las familias rumanas de etnia gitana, que suelen oponerse -por su
idiosincrasia- a
realojos en viviendas.
Para ellos contempla
la opción de construir
campamentos especiales, con todos los acondicionamientos, que
eviten situaciones como las que se viven hoy en el poblado de El Gallinero, por
ejemplo, donde la
insalubridad se torna evidente.
La idea parte de los
denominados campamentos de Actuación
Integral con Minorías Étnicas del Este (APOI) que fueron
impulsados en su momento por el PP. Sin embargo, el Ayuntamiento quiere darle una vuelta a ese
proyecto, porque considera que la mayoría de esos emplazamientos están situados
en lugares retirados de la capital, donde no llega el transporte público.
El Gobierno municipal
pretende campamentos dotados
con baños, cocinas y que posean servicios esenciales como agua
caliente. Todo, sumado a la labor de asistentes sociales que hagan un
seguimiento de las familias realojadas en estos sitios.
Entre los terrenos
que se barajan para llevar adelante este programa se barajan dos predios en la zona de Embajadores,
que en la actualidad son propiedad de ADIF.
En la actualidad, el
Ayuntamiento de Madrid tiene identificados 135 asentamientos repartidos en los 21 distritos de la capital.
Allí están censadas al menos 1.226
personas, aunque el número podría llegar a duplicarse, debido a
que existen decenas de familias (como en el mencionado Gallinero) que no están
registradas ni empadronadas.
Un caso aparte es el
de la Cañada Real
Galiana, que estaría fuera de este proyecto, ya que el
Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid trabajan en una ordenación especial del poblado,
teniendo en cuenta la vertiente urbanística, social y policial de
características singulares que presenta.
Cuando comenzaron a surgir el chabolismos o campamentos ilegales, ninguna autoridad intento parar aquello; muy al contrario ciertos partidos políticos, entonces en la oposición, se pusieron de parte de los chabolistas.
ResponderEliminarAhora llama la atención las decisiones que adoptan ciertos ayuntamientos con el fin de eliminar todos los asentamientos ilegales.
La idea de la alcaldesa de Madrid de regular lo que se conoce como “chabolismo vertical”, puede temer más buena voluntad para resolver un problema, pero dicho asunto tiene muy difícil solución.
El ubicar a una familia procedente de los poblados marginales en cada bloque de viviendas sociales, no garantiza el fin de los conflictos vecinales. Más bien puede suceder que dicha familia se sienta como aislada entre vecinos de mentalidad distinta a la suya y termine por alojar en su vivienda a otros congéneres de su misma etnia.
Con ello tarde o temprano, estas personas, si no terminan de integrarse en un entorno social, creado artificialmente por la autoridad municipal, la convivencia vecinal acabara saltando por los aires y entonces se verá que medidas adopta el consistorio y sobre todo de parte de cual etnia se pondrán los políticos.
La idea propuesta por la alcaldesa no parece mala, pero los resultados finales pueden ser inciertos, el paso del tiempo dará razones o las quitara.
Saludos: