"Las pinté porque
estaban horrorosas": la historia tras el Ecce Homo de Asturias
Cecilia Gómez, la
autora del Ecce Homo de Borja (Zaragoza), ha creado escuela. Seis años
después de su polémica restauración, una vecina del pequeño pueblo de Rañadoiro, en el concejo asturiano de
Tineo, ha decidido hacer lo mismo con tres tallas de madera de
los siglos XV y XVI ubicadas en la ermita del lugar.
Se trata de tres
figuras, una de la Virgen con el Niño y Santa Ana, otra de San Pedro, y otra de
la Virgen con el Niño Jesús, éstas dos últimas policromadas. Las tres
tallas de madera eran bastante sobrias hasta que llegó Marisa Menéndez,
la restauradora. Ahora lucen con vivos colores, desde el "verde
lechuga" al fucsia o el azul añil. Todo muy discreto.
El resultado no
ha pasado desapercibido en medios locales ni en la prensa nacional y su autora,
una de las 16 vecinas de la localidad, ha salido a defender de su
trabajo. "Yo no soy profesional: simplemente las pinté porque
estaban horrorosas", ha declarado en La Nueva España, donde cuentan que la vecina retiró las
piezas artísticas de la ermita hace años y se las llevó a casa con la buena
intención de adecentarlas. "Tenía el permiso del párroco y estaban
horrorosas", asegura la improvisada restauradora, que contó con el apoyo
de los vecinos del pueblo.
"Las
pinté como pude y con los colores que me parecieron, a los vecinos les
gustó. Pregunta en el pueblo y verás", declara en El Comercio, donde describen su trabajo como
"crimen artístico" y hablan de "Santa Ana con eyeliner y
unos labios rosa fucsia más dignos de una actriz de Hollywood", de
"la mirada estrábica" de San Pedro, del "pelo verde
turquesa" de la Virgen y del "Niño con un look que recuerda
más a las figuras de Playmobil o al universo kitsch de las películas
de Almodóvar que al estilo tardo-románico popular al que pertenece".
Preguntadas por la
polémica restauración, fuentes del Arzobispado de Oviedo se han
remitido al párroco Arturo García, famoso por sus incursiones en política
y que estos días se encuentra en el Santuario de Covadonga, en el otro extremo
de Asturias, para la celebración de la novena de la Santina.
Por su parte el
experto Luis Saro, que hace 15 años tuvo que restaurar las
tallas tras un intento de mejora similar, ha tildado la acción de la vecina de
"aberración" y ha asegura en La Nueva España que no tiene
claro si podrán reconstruirse como hace 15 años. "Tuvimos suerte porque se
mantuvo la policromía original", ha dicho.
Ni ésta ni la de
Borja son las únicas restauraciones de piezas antiguas de gran valor por manos
inexpertas. Posteriormente se han producido otras polémicas restauraciones como
la de una imagen del altar mayor de la parroquia de San Sebastián de Reinosa
(Cantabria) o la de una talla de San Jorge del siglo XVI, en la iglesia
de San Miguel de Estella (Navarra).
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