Qué alimentos se deben
lavar y cuáles no
LO QUE NO HAY QUE LAVAR
Carnes y pescados
Al sacar el pescado de la bolsa de la pescadería
puede parecer buena idea pasarlo un poco debajo del grifo para quitarle las
escamas o la sangre. Con la carne se suele hacer menos, pero de vez en cuando
también nos ponemos pulcros y le damos un bañito a la ternera o al pollo antes
de pasarlos por la sartén. En ambos casos lo estaríamos haciendo mal: según
Rosa Ramírez, consultora en seguridad alimentaria y tecnóloga de los alimentos,
“las carnes y los pescados no se deben lavar, ya que pueden contener bacterias
patógenas y la limpieza puede contribuir a propagarlas”. Lo que recomienda
nuestra experta es cocinarlas bien, “de tal manera que se alcance en el centro
del alimento una temperatura superior a los 65 ºC”. Otra recomendación
importante es manipular estos alimentos justo cuando vayan a ser cocinados, ya
que cuando se cortan, se está aumentando la superficie de exposición, lo que
puede contribuir a una mayor contaminación.
¿Qué hacemos cuando queremos comer la carne cruda
o el pescado sin cocinar? Para evitar sustos con la Escherichia coli,
salmonella, y otras contaminaciones, desde la Organización de Consumidores y
Usuarios (OCU) recomiendan evitar el consumo de carne picada y el pollo
crudos. Este tipo de carnes hay que cocinarlos bien. Además, ya sabemos que en
la cocina las prisas no son buenas, así que si la carne no se ha descongelado
del todo, no la pongas a cocinar ni la descongeles debajo del grifo de agua
caliente.
En el caso de las carnes la congelación y
posterior descongelación no eliminaría los contaminantes, por lo que “debemos
comprar carnes de calidad, así como garantizar unas buenas prácticas de
manipulación, realizando las elaboraciones poco tiempo antes de su consumo”,
dice Rosa Ramírez. También hay que evitar mantener este producto a temperatura
ambiente si no va a ser consumido al momento.
Hemos oído hablar mucho del anisakis, ¿verdad?
Pues para evitar este riesgo, la recomendación inicial es comprar pescado de
calidad, limpio y sin vísceras (si no está eviscerado, debemos eliminarlas lo
antes posible). Desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y
Nutrición (AECOSAN) advierten que si el pescado se va a consumir crudo o
con una preparación que no asegure la desaparición del parásito se debe
congelar a una temperatura de -20ºC o inferior y mantener el producto congelado
al menos cinco días, ojo a esto, antes eran dos. Esta temperatura sólo se
alcanza en frigoríficos de 3 estrellas o más. En caso de que tu nevera no sea
de este tipo, la recomendación es que compres el pescado congelado. También hay
que prestar atención a la descongelación, al igual que la carne, siempre en
frío y nunca a temperatura ambiente ni con el truquito del agua. Si vas a comer
el pescado bien cocinado, no es necesario que lo congeles antes.
Huevos
Si se compran en el súper, el mercado o cualquier
otra tienda, ya vienen tan limpios que ni nuestro yo más obsesivo gritará
“¡lávalo!”. Pero de vez en cuando puede aparecer algún huevo con rastros de
suciedad del corral. Los huevos no se tienen que lavar si no van a ser consumidos
inmediatamente, puesto que su cáscara está cubierta por una membrana que hace
de barrera y al lavarlos quedarían expuestos a contaminaciones. Si traen
suciedad, quítasela con un cepillito en seco.
Cuando vayas a cocinarlos si están sucios,
entonces, sí, lávalos. Para hacerlo, sumérgelos en un recipiente con agua y un
pellizco de sal. Luego sécalos con un papel de cocina y úsalos inmediatamente.
Por su parte, la Federación Española de Productores de Huevos y Ovoproductos
(FEDEREOVO) advierte que la temperatura ideal para mantener el huevo es entre 1
y 10ºC y que, para evitar posibles contaminaciones, no rompamos la cáscara en
el mismo recipiente en el que vamos a batir o cocinar el huevo ni separemos las
yemas y las claras con la propia cáscara.
Legumbres y vegetales en conserva
El líquido de los vegetales en conserva no es más
que agua, sal, ácido cítrico y a veces azúcar y metabiosulfitos en cantidades
perfectamente reguladas y legales. Si vamos a consumir este tipo de productos
podemos tirar el líquido de gobierno, aunque como sus ingredientes indican, es
comestible. Lo que no debemos hacer es lavarlas, pues les quitamos propiedades
y además ya han sido higienizadas en la fábrica. Tampoco debemos preocuparnos
por la espumita que aparece al escurrir las legumbres, pues es perfectamente
comestible, como explica Claudi Mans, catedrático emérito de Ingeniería Química
en la Universidad de Barcelona en este post.
Hongos
No es recomendable ponerlos debajo del grifo, y
jamás hay que lavarlos y guardarlos sin secar para consumirlos más tarde.
También hay que retirarles el plástico en el que suelen venir del supermercado,
ya que son alimentos que absorben mucho la humedad y pueden perder propiedades
organolépticas. Nuestro nutricionista Comidista habitual, Juan Revenga, explica en su web que para limpiar las setas hay que hacerlo con mucha
delicadeza y una a una, de tal modo que “lo mejor suele ser acompañarse de un
trapito húmedo, papel de cocina también humedecido o incluso de un cepillo
suave para frotar con esa misma suavidad la parte superior del sombrerete de
las setas”.
Después de este paso, las secamos y las dejamos
en papel absorbente hasta que las cocinemos. Si la parte que está sucia es la
base, podemos cortar el trozo en el que está agarrada la tierra. Las setas más
carnosas -champiñones, boletus, rovellones- sí se pueden limpiar con un poco de
agua mojándolas con la mano, pero recuerda: a grifo abierto, no.
Ensaladas lavadas
Lavar la ensalada de bolsa no es más seguro, ya que
vienen perfectamente arregladas y al ponerlas en la pila aumenta la exposición
a las posibles bacterias que estén en la superficie de la cocina. Ahórrate el
trabajo, limpiar sobre limpio no tiene sentido.
Pasta
¿Eres de los que cuece la pasta y después le da una
lavadita? Pues mal. Según Ramírez, “la pasta no debe lavarse ni antes ni
después del cocinado ya que se eliminan almidones y esto hace que pierda
adherencia, sabor y se ablande”. Además, hace llorar a los italianos.
ALIMENTOS QUE SÍ DEBEMOS LAVAR (Y CÓMO HACERLO)
Frutas y verduras frescas
Estos alimentos hay que lavarlos siempre, tanto si
vamos a comerlos crudos como cocinados, con piel o sin piel. Según Rosa
Ramírez, “no sólo porque puedan ser causantes de contaminación microbiana y dar
lugar a intoxicaciones alimentarias sino que pueden contener restos de tierra,
insectos, fertilizantes, plaguicidas, etc.”.
¿Cómo lavarlos? Desde AECOSAN recomiendan hacerlo bajo el grifo si vas a
consumirlas peladas o sumergiéndolas en agua potable con una cucharadita de
lejía (específica para desinfección de agua y bebida) y después aclarándolas
con abundante agua, si consumes la verdura cruda o la fruta con piel. “Si
después se cortan se deberán conservar en refrigeración en recipientes
cerrados”, indica Rosa Ramírez.
El arroz
Es recomendable lavarlo antes de cocinarlo ya que es
un cereal expuesto a la presencia de arsénico a través de la tierra y el
abundante agua en el que crece. “Es recomendable lavarlo antes del cocinado
poniéndolo en remojo, después enjuagarlo y cocinarlo”, nos dice la tecnóloga.
Usa un colador bien fino para no perder parte del cereal por el camino.
Las legumbres secas
Lavándolas bien antes de ponerlas en remojo les
quitaremos los restos de polvo y eliminaremos cualquier bichito que puedan
tener. Ponlas en un bol con abundante agua, dales unas vueltas -ayudará a que
cualquier cosa ligera, como un insecto o las pieles sueltas- atrapada entre
ellas suba a la superfície. Saca las impuerzas, pásalas bajo el grifo y ponlas
en remojo -si lo necesitan- o lleva directamente a ebullición.
La quinoa
Tiene un componente llamado saponina que, además de
ser tóxico -no te asustes si hasta ahora no la lavabas; mucha quinoa tendrías
que comer para que te pasara algo- tiene un regustillo amargo que puede
estropearte la comida. Remuévela un par de minutos bajo el grifo en un colador
fino, y ya la tienes lista para cocinar.
Cómo puedes -y debes- evitar la
contaminación de los alimentos
Los expertos en seguridad alimentaria remarcan que las
buenas prácticas durante la manipulación son fundamentales, ya que la contaminación
puede darse a través de las manos, la ropa u objetos personales como anillos.
Para evitarlo, es importante tener esto en cuenta:
- Lávate bien las manos: Los manipuladores pueden ser
los causantes de muchas intoxicaciones alimentarias debido a una higiene
deficiente, sobre todo de las manos. No seas guarrete, lávatelas siempre antes
y durante la preparación de alimentos, después de ir al lavabo, después de
estornudar, rascarse, manipular dinero, usar el móvil o cualquier objeto
susceptible de contaminación. Para lavarlas correctamente usa jabón, agua tibia
y dedica al menos 20 segundos.
- Ten cuidado con los objetos personales menudos como
pendientes, anillos, etc. Pueden almacenar restos o caer dentro de la comida y
provocar alguna asfixia.
- No estornudes, tosas, te rasques, toques el pelo,
etc. encima de los alimentos ya que pueden transmitirse microorganismos.
- Mantén separados y tapados los alimentos lavados de
los que no, y no uses la misma tabla ni utensilios para manipular los alimentos
lavados y los no lavados. Es una pereza fregar cacharros, pero más pereza da
intoxicarse.
- Lávate las manos con agua tibia y jabón después de
manipular alimentos no lavados. Además, acostúmbrate a limpiarte las manos
frecuentemente durante la preparación de la comida. ¿Te has fijado en las veces
que se lava Arguiñano las manos cuando cocina? Pues nosotros lo mismo.
- Para evitar la contaminación cruzada, mejor olvidar
lo de pasar un poco el trapito en los cuchillos sucios. Ten muy limpios los
utensilios y las superficies de cocina que utilices, y presta especial atención
a la limpieza de los mismos con los alimentos que se vayan a consumir en crudo.
- Usa utensilios y equipos distintos -cuchillos,
tablas, etc.- para manipular diferentes alimentos.
- Separa los alimentos crudos de los cocinados, ya que
los primeros pueden contaminar a los segundos -la organización del frigorífico
es clave aquí- y consérvalos tapados para protegerlos de de la exposición a los
microrganismos presentes en el aire, insectos u objetos que puedan caer.
La higiene sanitaria en los alimentos compete a todos, se esté en posesión del carnet de manipulador o se sea un simple consumidor.
ResponderEliminarLos productos de alimentación pueden contaminarse tanto en los procesos de preparación industrial como en las cocinas familiares, de ahí la importancia que tiene conocer la manera sana de manipular dichos alimentos.
Alimentarnos lo hacemos a diario y una perfecta manipulación de los alimentos que vayamos a tomar va en favor de nuestra salud y vitalidad.
Saludos:
Por supuesto que si, nuestra cocina debería de estar libre de contaminaciones. Bastantes traemos a casa. Abrazos!!!
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