Muchas personas sufren trastorno afectivo
estacional como consecuencia de los cambios estacionales, sobre todo cuando
se va el verano, los días se acortan, el sol se cubre de nubes y la
temperatura empieza a descender.
Y es que el otoño/invierno puede resultar
una estación triste. Volvemos de vacaciones
y nos incorporamos a la rutina, dispuestos a afrontar todos los cambios
climáticos típicos de esta estación del año.
Para la mayoría de la gente, una taza de
chocolate caliente, una película en el sofá o una guerra de bolas de nieve,
pueden aliviar esta sensación de melancolía y hacer más llevaderos el viento y
la lluvia. Pero existen otras personas que no encuentran consuelo en ellas.
Si la aproximación del invierno hace que
pierdas el interés en muchas cosas y te hace sentir triste, puedes estar
sufriendo el trastorno afectivo estacional.
¿Qué es el trastorno afectivo estacional
(TAE)?
El trastorno afectivo estacional es un
tipo específico de depresión que se produce en la misma época cada año. La
mayoría de las personas experimentan el trastorno durante el otoño y el
invierno, aunque en ocasiones algunos sufren episodios durante la primavera y
el verano.
Los síntomas del trastorno afectivo estacional pueden comenzar de
manera moderada y empeorar a medida que avanza la temporada. Este trastorno
puede ser debilitante y puede tener un efecto destructivo sobre la vida de
quienes la padecen.
Los expertos creen que el trastorno
afectivo estacional se desarrolla por la falta de exposición a la luz solar de
forma regular.
Es un trastorno común en países de mayor
latitud donde los inviernos son prolongados y las horas de sol son escasas.
Las personas que padecen el trastorno
pueden ser especialmente sensibles a la luz, por lo que la falta de luz solar
puede tener mayor efecto en ellos.
También es posible que exista un factor
genético de la enfermedad (se desarrolla a menudo en familias con antecedentes
de TAE, abuso de alcohol o
depresión).
El trastorno afectivo estacional se
presenta con más frecuencia en mujeres (entre el 60% y 90% de las personas
que sufren TAE son mujeres)
Síntomas del
trastorno afectivo estacional
Los individuos con TAE suelen experimentar
los siguientes síntomas:
·
Sentimientos de tristeza, irritabilidad o ansiedad
·
Sentimientos de desesperanza
·
Sentimientos de culpa e inutilidad
·
Indiferencia
·
Pérdida de interés en actividades
habituales
·
Pérdida de interés en estar cerca de otros
·
Fatiga
- Dificultad para
concentrarse
- Explosiones de ira
- Pensamientos suicidas
- Disminución del deseo
sexual
- Deseo de consumir
hidratos de carbono
- Aumento de peso
A diferencia de la depresión o la tristeza
asociada al invierno, el trastorno afectivo estacional comienza y termina en
las mismas épocas del año, cada año. Para ser
diagnosticado con TAE, un individuo debe experimentar estos episodios al menos
dos años consecutivos.
Aunque el TAE ocurre con mayor
frecuencia durante los meses de otoño y el invierno, es importante tener en
cuenta que algunas personas experimentan episodios durante la primavera y el
verano.
Muchos de los síntomas (como la depresión
y la ansiedad) son los mismos en ambos casos. Sin embargo, mientras que el
trastorno afectivo estacional de invierno implica el aumento de peso y
aumento del apetito, el de verano incluye con frecuencia la pérdida de peso y
disminución del apetito.
Además, muchas personas que experimentan
TAE en verano, informan de un aumento del deseo sexual.
Para
combatir el TAE, muchos médicos prescriben terapia de luz, también conocida
como fototerapia. Con este tratamiento, los pacientes están expuestos a la luz
natural o artificial a diario.
La gran
mayoría de los pacientes trastorno afectivo estacional han informado de
encontrar la terapia de luz útil en el manejo de la enfermedad, y reportan
beneficios a los cuatro días de comenzar el tratamiento.
También
puede resultar de utilidad la terapia,
una dieta
saludable y el ejercicio
físico. El mantenimiento de la rutina y el horario de sueño también es
importante.
Muchas
personas que padecen trastorno afectivo estacional, no acuden a
tratamiento por temor a ser tildados de dramáticos o vagos, ya
que piensan que la gente cree que están fingiendo la enfermedad. Si crees que
puede ser tu caso, te recomendamos que busques ayuda profesional.
Son trastornos del siglo XXI
ResponderEliminarEl que no tenga un trastorno, que tire la primera piedra.
Yo creo que tengo un ciento, todas las piedras para mi. Gracias Anonimo por estar
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