El bombero vasco que
plantó cara a Arabia Saudí... y ganó la batalla
Ignacio Robles siempre ha sostenido que su caso
fue "un aviso a navegantes". Una advertencia a cualquiera que trabaja
alrededor de los envíos de armamento a Arabia Saudí. Este cabo
de bomberos se negó a dirigir en marzo de 2017 un retén de seguridad durante el
embarque en el puerto de Bilbao de un cargamento con "bombas y proyectiles
de mortero" con destino al país árabe. Alegó objeción de conciencia,
al entender que aquellas 720 toneladas de armas podían ser utilizadas en ña
guerra de Yemen, donde Arabia Saudí lidera desde 2015 una
intervención militar e impone un bloqueo que ha acabado creando la peor
catástrofe humanitaria de la actualidad.
La acción de Robles provocó un retraso de 14
minutos en el embarque de aquellas bombas y un expediente disciplinario
por falta muy grave que pudo costarle entre dos y cuatro años de
empleo y sueldo. Al expediente, abierto por la Diputación de Vizcaya, se
añadieron después nuevas acusaciones, como "poner en peligro a la
población", lo que suponía entre tres y seis años sin trabajo ni salario.
Ningún jefe del servicio de bomberos se comunicó con Robles, quien conoció las
acusaciones por la prensa.
"Hubo presiones, llamadas del puerto al
Servicio de Bomberos para forzar la situación. Para el puerto de Bilbao,
la naviera Bahri [la naviera nacional de Arabia Saudí] es un
cliente muy bueno y no querían perderlo", asegura Robles a El
Confidencial. Precisamente con Bahri se han producido "faltas muy graves
de ordenación marítima", sostiene el cabo de bomberos.
"Con los envíos a Arabia Saudí se
han falseado los registros, se han cambiado banderas [en los buques
mercantes] o los cargueros han entrado en el puerto sin localizador",
denuncia este bombero de Vizcaya. Consultadas por este diario, fuentes de la
Autoridad Portuaria del Puerto de Bilbao aseguran que "todo buque y
mercancía se gestionan cumpliendo la legalidad vigente" y añaden que
"el buque (de la naviera Bahri) no atraca ya en Bilbao. Hace escala en
Santander".
Tras mucho dinero invertido en abogados y muchas
noches sin dormir, este bombero de Vizcaya 'ganó' la batalla legal:
su caso se resolvió en febrero de 2018 y el expediente se quedó en una
falta leve. "He gastado demasiado, por eso decidí no
recurrir", dice.
La
catástrofe que Robles intentó evitar
Debido a su cercanía a algunas de las mayores fábricas
de armamento de España, el puerto de Bilbao es el principal punto de salida
de armas para la exportación. Una actividad que el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el
consulado saudí en Estambul ha puesto de nuevo sobre la mesa al activar un
debate que reaparece, como un alma en pena, cada cierto tiempo.
Tras más de 57.000 muertos, según cifras de Acled (Armed Conflict Location and Event
Data), dos millones de desplazados y una epidemia de cólera sin precedentes, la
situación en Yemen empeora. En una guerra que se ceba con los civiles —casi un
tercio de los ataques aéreos realizados desde marzo de 2015 no iba dirigido
contra emplazamientos militares—, las ONG advierten del grave deterioro de las
condiciones de vida de la población. Y una de las causas del agravamiento de la
situación es la ofensiva de las fuerzas gubernamentales —respaldadas por Arabia
Saudí— en la región de Al Hudeida, un puerto clave para la entrada de
alimentos y otros productos básicos.
La tropas yemeníes apoyadas por milicias aliadas
relanzaron la semana pasada la ofensiva sobre Al Hudeida, que había sido
suspendida en junio para intentar entablar consultas de paz entre los bandos
con mediación de la ONU, que finalmente no se produjeron. El Gobierno del
presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, apoyado por la coalición árabe, intenta
recuperar el control de esta urbe estratégica, dominada por los hutíes desde
finales de 2014, a través de que llegan al Yemen el 70% de los suministros
básicos y la ayuda humanitaria.
La que ya es la peor catástrofe humanitaria de la actualidad se enfrenta
ahora a una “enorme hambruna inminente”, según la ONU. Hasta 14 millones de
personas, la mitad de la población de Yemen, pronto dependerán por completo de
la ayuda humanitaria para sobrevivir, advierte el Consejo de Seguridad el jefe
humanitario de Naciones Unidas, que asegura que dicha hambruna será mucho más
grave de lo que ninguna organización humanitaria "haya visto nunca".
Unicef cifra en 400.000 los niños yemeníes que ya sufren de malnutrición severa
aguda.
No obstante, Médicos Sin Fronteras (MSF), que alerta del grave deterioro de las condiciones de vida de la
población después de tres años de guerra, asegura que los datos recopilados
en los centros de salud que apoya en las gobernaciones de Hajja, Ibb, Taiz,
Amran y Saada “no indican focos de hambruna ni una hambruna inminente”. Eso no
quiere decir que las tasas de desnutrición aguda severa no estén aumentando.
Muchas áreas del país son inaccesibles por los ataques aéreos y los combates,
por ello, MSF sostiene que no hay datos creíbles para declarar que la
hambruna es inminente, al igual que tampoco se conoce el número real
de víctimas mortales, que desde agosto de 2016 se ha mantenido sin cambios en
10.000 personas.
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